Simplemente Encantador (03)

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Sergio se encontraba preparando el famoso tiramisú tradicional. Aprovecho que Jos Verstappen se había ido a una reunión después de cenar para prepararlo.

Cuidadosamente compro todos los ingredientes y materiales necesarios para crear el postre que más le encantaba. Y con tanta delicadeza y cariño preparo lo que tanto le encantaba, tiramisú. Este postre era muy especial para él y rara vez lo elaboraba, sin embargo, ver el sufrimiento de aquel alfa hizo que volviera a compartir esta deliciosa receta con la finalidad de darle esperanza a aquella alma, darle brillo a aquellos ojos y robarle sonrisas a aquel rostro.

Cuando la mezcle del tiramisú por fin ya estaba listo, Sergio eliminó cualquier rastro de aquel postre, abrió las ventanas por completo para ventilar la cocina. Escondió el bol en la nevera, camuflándolo con el resto de comida. Y rápidamente abandonó la mansión de los Verstappen para ir a tomar aire fresco en el jardín.

A Sergio le encantaba ver las estrellas en el cielo nocturno. Ver la luna llena era tranquilizante. El pecoso se relajó tanto que se quedó dormido.

Por otro lado, Max se encontraba observando todo este tiempo a Sergio.

Max era un alfa que trataba mejorar su vida por cada día que pasaba, su padre nunca le dio los mejores tratos. Su madre le daba toda la atención y cariño posible, pero al final de cuentas, su padre tenía más poder sobre el. Su hermana, Kelly, rara vez lo apoyaba. Su única pequeña esperanza era su hermana Victoria La única que le sacaba leves sonrisas.

Decidido, el neerlandés se dirigió al jardín. Mientras caminaba, fue cortando cada rosa roja que veía, y después a completo el ramo con unas gardenias de delicioso aroma.

Al llegar, se encontró al pecoso durmiendo plácidamente en el pasto, observó su rostro adornado de pecas cuidadosamente colocadas, su cabello algo largo que formaban unos rizos al final. Max de inmediato descubrió que aquel omega era la persona con la cual quería formar su vida. Pero en el fondo, temía la reacción de su padre ante sus actos de desobediencia.

Si le pidieran a Max describir a Sergio en dos palabras, diría que es:

"Simplemente Encantador"

Max no entendía que le sucedía, pero ese omega tenía algo que lo llenaba de deseo y lujuria; aún no comprendía por qué para todos, Sergio era un beta, pero él sabía que no era así.

Como un acto de cobardía, Max abandonó aquel ramo de flores a un costado del omega, y retomó el camino devuelta a su oficina.

Por otro lado, Sergio se despertó de golpe, un sueño, que parecía más como un recado, llegó a su mente.

"Eres la esperanza para un hombre desolado."

Cuando Sergio se levantó, unas feromonas llegaron de golpe a su nariz, reconocía a la perfección ese olor a vodka, era Max.

El pecoso se dio cuenta que ya era muy noche, tenía que ir a descansar. En el momento que movió sus manos para levantarse, sus dedos hallaron el ramo de flores que había dejado el alfa momentos atrás. Sergio se sorprendió, era un ramo muy bonito, y olía demasiado bien.

El pecoso se dirigió a su auto mientras abrazaba el ramo, sabía a la perfección quien era la persona responsable de ese ramo, y eso lo hacía aún más feliz.

"El sentimiento es recíproco"

Sergio llegó emocionado a su hogar, colocó las rosas y las gardenias en un florero de vidrio, les colocó suficiente agua y las acarició por última vez.

Después de cenar algo, se dirigió a su habitación. Hoy había sido un día muy emocionante, ya quería que amaneciera para darle su tiramisú a Max.

Sergio pensó en lo hermoso que se veía Max cuando sonreía, no podía evitar verlo con ojos de enamorado cada vez que el alfa mostraba su sonrisa, era simplemente encantador.

Tiramisú | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora