Vegeta vuelve de la muerte gracias a las esferas del dragón de Namek. Antes de que el sea trasportado a la tierra por el ultimo deseo, logro a toda velocidad interceptar a Dende para modificar el deseo: Solo el y el saiyayin Son Goku se quedarían co...
La wea creo que debí cortar en dos este cap XD (ya me tarde mucho así que lo hare completo)
En lo alto de la torre del reloj se encontraba el orgulloso sayayin quien yacía recostado en el borde con los ojos cerrados y las piernas colgando del abismo enfrentándose a la posibilidad de caer y darse un leve raspón. Vegeta Contemplaba la refrescante brisa del amanecer que golpeaba y secaba todo su cuerpo ante la fuerte lluvia de ayer. De pronto unos ladridos de perro se escucharon a la lejanía. ---Maldita sabandija, !Ya cállate¡--- Vegeta se levanta gira en busca de los ladridos molestos. Se da cuenta de que provenían de un edificio cercano cuyo balcón se encontraba el causante de aquellos sonidos, un husky desesperado que mascullaba algunas palabras al sayayin. Es sorprendente que ha esta distancia el perro haya notado la presencia de un "humano" en la torre. ---Perro estúpido--- Tan amargado como siempre es, Vegeta desvió su mirada para saltar de la torre y desaparecer por completo de la vista del husky horrorizado. Consternado por lo que vio, se adentro lentamente a la sala, perturbado y confundido por lo antes visto, "¿porque se lanzo?". No quería bajar del edificio y salir afuera para investigar, "¿para que hacerlo si ya se lo que me voy a encontrar?" era la primera vez que veía ocurrir algo así en Londres, espera con ansias que sea la ultima vez que vea algo por el estilo.
Vegeta desciende como pluma y aterriza cerca de una tienda cerrada. Tiene la suerte de que en sus alrededores no hay nadie cerca que haya visto al sayayin caer desde tal altura, aun esta amaneciendo y las personas están despertando para continuar su vida rutinaria, solo hay pocos autos circulando por la zona. ---!Oye mira¡ un cliente nos esta esperando en la puerta--- Vegeta volteo de inmediato al escuchar dicho ladrido de una Pomerania con lo que parecía ser una correa extremadamente larga atada a su... ¿cuello?. El príncipe solo veía una bola de nieve tan esponjosa que no se notaba sus patas. ---¿Como que cliente?--- Expreso Vegeta con disgusto La can de inmediato volteo con sorpresa, "¿como supo que decían mis ladridos?" <se pregunto para si misma>. No se atrevería a volver a ladrar hasta que su humano llego con unas llaves en sus manos ---Hola señor, ¿Cuánto tiempo llevas aquí esperando? solo abrimos a las seis en punto---Vegeta frunció el ceño ---Solo fue casualidad, no estoy esperando a nadie--- El príncipe se abre camino empujando levemente al hombre !!...!! ---¿Oye cual es tu problema?--- <Vegeta inclino un poco la cabeza> ---Mi problema es que pierdo el tiempo hablando, concéntrate en tu tienda y yo en lo mío--- Sin mas se marcho del lugar.
El príncipe llega parque con las esperanzas al suelo, el lugar no esta como lo dejo y aquella capsula fue encontrada por los terrícolas, quien sabe donde estara ahora, puede que estén intentado repararla o rompiendo las piezas para reutilizarlas en sus primitivos inventos. Vegeta se sentaría en una de las bancas del parque y sujetaría su cabeza mientras pensaba en aquella situación ---"Tengo miedo de que la curiosidad de otros destruyan mis deseos, no quiero vivir en una sociedad llena de tontos y débiles que solo saben desaprovechar sus recursos"--- por un momento llega a pensar en desatarse y amenazar, pero ¿de que le serviría? eso no lo ayudara a salir de este planeta, solo obtendría su capsula tal y como esta, inservible como su miserable existencia en este mundo, ¿que puede hacer un sayayin como el en un lugar donde no es un reto gobernar? ¿Cuál es la razón de Vegeta para vivir ahora?. Solo por esta vez en su vida tendrá que confiar en que los terrícolas harán un gran trabajo reparando su capsula.
A sus espaldas sintió como era observado por alguien como aquella vez en el bosque. Simplemente se levanto de la banca y se retiro del lugar, sin embargo aquellas miradas eran tan acosadoras que lo seguían a todas partes. Cuando el se digno a mirar a sus acosadores se dio cuenta de que se trataban de los mismos perros de aquella vez. ---Que decepción, esos dos están buscando que los mate algún día---
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