Verano

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Han pasado un mes desde que se ambos saiyajins se hospedaran en la casa dálmata. Lo que para la mayoría de la familia pensaban en aventuras y desaventuras de ensueño acompañados por estos dos sujetos poderosos, (bueno, al menos con Son Goku porque con Vegeta es apenas una tela sensible que hay que saberse tratar bien). Es verdad que hubo algo de esa accion, de ese deseo; travesuras de los perritos por Candem Town hubo, y mucha mas de la que uno pensaría, lo único decepcionante es que en diez "problemas" que se metían solo dos de ellos estaban involucrados los saiyajins, casi se podría decir que la vida con o sin ellos no cambio mucho, o ambos no estaban en casa o estaban agotados para poder "jugar" a lo que sea que les pidan. Sorprendentemente, el que mas participaba en sus aventuras era el orgulloso Vegeta; no eran muchas, pero eran mas de las que Son Goku se involucraba.
Una vez el repentido cambio del clima provoco una nevada después de la violenta tormenta de anoche. Un día, en el que Doug y Delilah tendrían un día libre para pasar tiempo con sus cachorros, ¿y porque no?, también con los huéspedes. Era un momento ideal para que Son Goku dejara a un lado lo que sea que hace cuando sale de casa a las cinco de la madrugada y regresa a las siete de la noche, sin embargo, el clima no le fue un problema, agarro su chaqueta, se apretó su bufanda y salió como de costumbre. Antes de que agarrara esa dicha de madrugar, otros dálmatas se acercaban con el afán de jugar, al principio tuvo que aceptar y dejar a un lado lo que quería hacer por ellos, no es que no le gustara jugar, solo que siente que las horas pasan muy rápido y al final del día resulta en una "perdida de tiempo". Desde esos días se ha puesto a madrugar para evitar la culpa de negarse a jugar con ellos y que sintieran mal, o al menos eso piensa. 
Al contrario de lo que muchos pensarían, Vegeta si aceptaría pasar un rato con ellos en su evento familiar de copos de nieve, cosa que no era muy gratificante para los canes, pero no es como si le fueran a pedirle que no asistiera, eso seria desagradable. Antes de salir al exterior, primero tenían que organizarse, llevar gorros que los protejan del frio y algún accesorio por si querían surfear en nieve, el problema es que son noventa y siete dálmatas a los que Doug y Delilah tendrían que atender, por suerte sus hijos mayores se encargarían de un bando y ellos de otro, lo que desencadenaría en un tierno juego competitivo por ver cual carismático y cuan rápido pueden hacer que los mas cachorros atiendan sus ordenes. Vegeta por otro lado se quedaría de brazos cruzados reposando en la pared de la sala, si el no ayudaba es por dos razones: La primera es que no quiere y la segunda es que simplemente no puede, no sabe como criar, atender, o hasta incluso educar a nadie que no sea a base de dominación al mas puro estilo saiyajin. Aunque es cierto que no apoyo en la organización, si que evito algunos inconvenientes que estaban a su alcance como evitar que una cachorra que llevaba un gorro de invierno ushanka se escapara por la ventana, y a diferencia de demás dálmatas que se les puede considerar cachorras, esta en particular, era la mas joven de todas, no contaba ni con manchas y apenas se le desarrollaban los dientes.
Cuando vio que sus manos la sostenían su primer impulso fue morderlo, pero al ver que resulto inútil solo se tuvo que resignar. En primer lugar quería ya ir afuera, las estrellas de nieve de alrededor le resultaba tan cosquilleante que le provocaba ganas de tragárselo. 
"¿Te he visto antes?, ¿como te llamas dálmata?". Solo respondió con ladridos, parece que aun no ha "aprendido a ladrar" correctamente, por lo que solo tiraría baba de su boca. "Hmmn, lo suponía. Quédate tranquila mientras que los tortolos de tu familia terminen de organizarse" . Volvería a recostarse de nuevo en la pared y esperaría a los demás. 

Terminados todos de organizarse se pusieron en fila a la puerta. Dylan conto una vez mas para asegurarse de que todos estuvieran, luego abrieron la puerta y salieron como locos a tocar la nieve. Vegeta tomo un camino distinto que los dálmatas, se había subido a los tejados mientras cruzaba los brazos y observaba el horizonte. Era un clima helado, nunca había presenciado la nieve en los tantos viajes que ha hecho a planetas, tal vez fue a la hora y el lugar incorrecto, pero que bueno que al final haya podido conocer este "invierno", es reconfortante  para la vista y a la vez tan solitario... Bueno, no tan solitario. Sintió que por alguna razón los perros gritaban mas de desesperación que de diversion: resulta que se había perdido entre la espesa nieve uno de sus hermanos, "¿no se supone que estaban todos vigilándose?", se pregunto mientras los observaba desde lo alto. Tal vez lo mas descarado es que ningún momento llamaron a Vegeta aun y que resultara "impertinente", se olvidaron por completo de su existencia, cosa que es entendible hasta cierto punto por razones mas que obvias.
Él príncipe tomo vuelo alrededor de las calles hasta encontrarse a esa misma pequeña atascada en la nieve. Lo mas aterrador es que al frente llegaba una quitanieves a llevarse todo lo que este a su paso

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⏰ Última actualización: Aug 20 ⏰

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Duo Saiyajin en la Calle DalmatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora