Dolly y Vegeta

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Vegeta presentía que Dawinks estaría holgazaneando en algún lugar de su pequeña recamara, mordiéndose la cola o dando vueltas como lo haría un perro, y sorprendentemente no tenia razón, él dálmata si estaba dando vueltas, pero alrededor de la capsula y mordiendo un destornillador como un enfermo. Lo notó estresado, nervioso y algo desubicado, pues venia de arreglar la maquina de masaje de Dylan y ahora tenia que lidiar con esto. El príncipe se hizo notar de su presencia mediante un pequeño ruido gutural de sus adentros 
---Ah, eres tu Vegeta, no te había notado---
Dawinks salto de la capsula y escupió el destornillador para luego dirigirse a Vegeta
--¿No estarás creyendo que toque algo sin saber que?... No importa, se porque estas aquí--
Al príncipe le pareció curioso lo que dijo, en suma a los nervios de Dawinks le indico que efectivamente toco algo de la capsula
---Mira, la responsabilidad es tuya. La supervivencia de tu familia depende de que hagas bien las cosas---
El can rodeo los ojos ante esa amenaza vacía. Vegeta no se atrevería a matar a todos los dálmatas, lo único que quiere llegar con eso es infundirle el miedo para que así mágicamente haga las cosas bien. No siempre suele funcionarle, no todos trabajan bajo presión, pero su naturaleza de salvaje lo ciega de toda amabilidad.
Estuvo algos minutos explicando todo lo que sabia de la capsula, su funcionamiento, que debe y que no debe manejar por ninguna circunstancia. Fue demasiado cansino para Dawinks que Vegeta recalcara una y otra vez en lo que NO se debe hacer, le aseguraba que estaría en buenas patas, pero aun así seguía recordándole ya que todo su destino dependía de un dálmata.   

---Ya entendí Vegeta, no soy un tonto, ya entendí

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---Ya entendí Vegeta, no soy un tonto, ya entendí. Tengo una introducción algo... No te voy a mentir, bastante mediocre, pero al fin y al cabo es una introducción a la tecnología alienígena. Voy a investigar mas a fondo por mi cuenta, ahora vete de mi cuarto.--- 

---Como sea, ten cuidado con lo que haces---

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---Como sea, ten cuidado con lo que haces---

Salió del cuarto de Dawinks y se dirigió a la puerta principal a esperar a Dolly. Estando ahí, vio al fondo a Goku con Dylan conversando de algo que no le importa el saber que, cargaban esas vibras alegras que siempre traen, lo cual se le era bastante repugnante, también decepcionante debido a que prefiere pasar el tiempo con un animal que entrenar su Super Saiyayin. Ahora Dylan agarro su aspiradora y empezó a pasarla por las alfombras del salón traspirando el polvo y los pelos de sus hermanos regados por doquier. Goku se marcho lo mas rápido que pudo cuando el can giro su cabeza y le ladro algo que no escucho por la distancia en la que se encontraba, posiblemente le haya pedido ayuda en las tareas del hogar ya que de otra forma no tendría sentido, el saiyajin era muy perezoso para esa clase de deberes. 
Al cabo de unos minutos Dolly bajo las escaleras con un casco de protección que usaba cuando iba a patinar. Agacharía un poco la cabeza y entre refunfuños le comento: "Odio tener que hacerlo, pero vamos a ir a conseguirte un atuendo nuevo".  El príncipe miro intrigado, no sabe como es el mercado en este mundo, no sabe que es lo accesible para todos y que no, pero esta seguro de que para atuendos se necesita algo de valor para dar.   
Vegeta: ¿Es gratis?
Dolly: ¿Qué cosa es gratis?
Vegeta: La ropa.
Dolly: Para humanos no y para perros no lo se, ¿quién que sea un perro usaría ropa?
Vegeta: Eso no me importa, lo que quiero saber es ¿cómo vas a pagarme la ropa?, eres un perro
Dolly: Con el dinero de mis hermanas
Vegeta: ¿Tripe D?
Dolly: Si
<Se quitaría el casco y le mostraría que adentro estaba ochenta libras en total>
Dolly: Obvio no lo voy a comprar yo, eso seria raro. Lo compraras tu
Vegeta: Hmmn... Pues andando, llévame a una estúpida tienda de ropa, quiero ir a bañarme lo mas pronto posible
Dolly: Uy si, apestas y mucho, muuuuucho
Vegeta: Mi olor no es tan fuerte, ¿verdad?
Dolly: Claro que no, pero igual apestas mucho.
<Frunce el ceño>
Vegeta: Ah, eres una maldita, ya entendí lo que quisiste decir... Como sea, no perdamos el tiempo.

Daria la vuelta e intentaría abrir la puerta sin recordarse que no podía abrirla sin una huella de alguien de la familia dálmata. Dolly se acerco al detector y puso su pata desbloqueando así la puerta y ambos llendo al exterior. 
Caminan por un buen tiempo, manteniendo un poco la distancia entre ambos y sin romper el hielo que había, y seguiría así hasta que llegaron a una pequeña tienda de cuatro esquinas que vendía ropa.

Dolly: Bueno... Aquí vive una amiga, ella y su mascota puede ofrecerte varios conjuntos. Por favor, se respetuoso 
Vegeta: Siento que ya he estado aquí antes...
Dolly: ¿De verdad?, ¿conoces a mi amiga?... ¿Espera, no le hiciste algo?
Vegeta: Ni se quien es tu amiga, solo dije que me parece conocido este lugar
<Dolly entrecerró los ojos y ladraría con mucha lentitud>
Dolly: Siiiiii, claro... Mas te vale señor príncipe de la amargura. 
<Se acerco y dio pequeños golpes a la puerta. Minutos después entreabrió la puerta una pequeña y peluda Pomerania. Vegeta se cuestionó el como pudo abrir esa puerta si su tamaño no le favorece, debería ser imposible que sus patas alcanzaran la perilla, si es que de casualidad tiene patas porque su pelaje es tan denso que parece una bola de nieve> 
Dolly: Hola bola de nieve, hace tiempo que no te visito

Duo Saiyajin en la Calle DalmatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora