•| That's Not My Neighbor |•
"Sé como Henry... Pero mejor."
-Seré mejor que Henry. Si soy mejor que el tal vez me den un seguro de vida o algo por el estilo.
Basado en el videojuego That's Not My Neighbor (Personajes y universo...
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—¿Me considero a mi misma como una mujer ejemplar? Yo diría que si. Tengo veinte años y tengo un buen empleo. Además, aún no estoy muerta por los doppelgangers. —Soltó una risita nerviosa.
Estaba claro que aúnque ella intentaba actuar natural ante la situación los nervios la estaban matando.
Hace dos días ella inició su trabajo como portera del edificio, ¿y cuál fue el primer vecino al que tuvo que atender? Fue un maldito doppelganger, el más feo jamás visto. Se supone que los dopplegangers tenían que parecer lo más humanos posibles, así ellos pasarían más desapercibida. Pero al parecer no todo los doppelgangers se veían muy humanos.
—¿Eso sería una ventaja o una desventaja para mí? —Susurró para si misma.
—Es una ventaja, así no morirás tan rápido.
—Uh...
La joven inmediatamente levantó la mirada, lo primero que ella observó fue a un chico que parecía de su edad. Él estaba uniformado y tenía una gorra blanca que decía "milkman" con letras azules. La joven solo encontró una explicación, él es el lechero. Aunque para ser lechero se ve bastante serio y cansado. Quizás es porque se tiene que levantar muy temprano para trabajar.
—¡Muy buenas tardes! Soy la nueva portera, mi nombre es __. Mucho gusto.
—Si, eso ya lo sabía. Puede que yo esté cansado por mi trabajo, pero aún sé reconocer a al nuevo personal de este edificio.
—Entiendo perfectamente... Entonces dígame qué necesita.
Él soltó un suspiro y después deslizó los papeles por la pequeña ventanilla de mental.
La chica comenzó a revisar los papeles, aparentemente aquel hombre se llama Francis Mosses y vive en el edificio en uno de los departamentos. Su motivo es entrar al edificio y regresar a su departamento pues él acaba de regresar de su trabajo como lechero. Todo parecía normal, el papeleo estaba correcto y tenía el sello de la D.D.D, no había motivos de sospecha.
—Muy bien, parece que todo está perfecto. Ya puedes entrar a tu departamento joven Francis.
—Si, y por cierto... —Él la miro directamente.— No me llames por mi nombre de pila. Soy mayor que tu, entonces soy el joven Mosses para ti.
—H-huh... Seguro, no hay problema. Disculpe por mi descuido.
Él ni siquiera se molestó en responder, simplemente se dió la vuelta y comenzó a subir por las escaleras del edificio.
—Mierda... —Susurró.
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