14.-La persona encapuchada

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El lugar donde ahora Casper se había colocado no era exactamente donde le había mostrado Bianca, a él le gustaba explorar y tratando de encontrar mejores precios, se aventuró por lo bordes de la ciduad, algo a considerar era que esas zonas parecían algo peligrosas pero si tenían un bajo costo le bastaban.

Terminó encontrándose en un lugar algo desolado con casas vacías o por lo menos donde no hacían mucho ruido, lo que le gustó para evitar lo bullicioso de las calles centrales.

Con pasto en los alrededores, un camino de tierrra en lugar de la usual calle de piso de ladrillos fue algo que le dió algo de nostalgia.

Luego de instalarse y acomodar la habitación, Casper se dió cuenta que estaba atardeciendo y se le hacía tarde para ir con Bianca al bosque.

Luego de pasar unas casas, se detuvo al darse cuenta que una persona encapuchada estaba frente a él; por la oscuridad no podía apreciar bien su rostro pero le pareció que era una chica con una altura parecida a la de él.

Cuando le preguntó si tenía alguna consulta con él o buscaba a alguna persona, ella abrió su mano derecha y múltiples círculos de hechizo empezaron a rodearla hasta que inmediatamente se condensaron en su mano derecha, luego, unos picos de hielo salieron del suelo y me rodearon al punto de casi encerrarme.

Al ver lo que estaba ocurriendo saqué mi espada y con unos cortes y una patada pude quebrarlos con algo de facilidad. Mis destrezas se habían incrementado algo desde mi último encuentro, lo cual me dio la idea de que seguramente con los lobos había subido algunos niveles.

Mientras había estado rompiendo él hielo, con uno de sus dedos de la mano izquierda estaba delineando en el aire con magia, de modo que formba círculos mágicos parecidos a los anteriores que iban saliendo a una elevada velocidad.

Algo respecto a la magia en este mundo era que los hechizos tenían una estructura predefinida, normalmente bastaba mentalizar la forma del conjuro y comprender su funcionamiento para poder transmitirlos en la realidad. Pero en este caso parecía como si ella misma estuviera fabricándolos manualmente.

Cuando combino los nuevos circulos volvió a crear otros que la rodearon y luego algunos se juntaron en su mano derecha, al activar el segundo se formón una lanza de luz, que a una velocidad considerable, estuve cerca de no esquivar, después de tirar algunos, hice un arrastre de tierra del piso al aire para obstruir su visión y acercarme, en ese momento, luego de un sonido que era similar al que hacía cuando unía círculos me acerque lo más posible para poder combatir a corta distancia.

Sin embargo, al estar muy cerca de ella, choqué con una pared de luz que al mirar alrededor con el polvo despejado, se había formado una jaula de 4 metros cuadrados de un material brillante y en el centro unas bombas de humo habían a expulsar una nube de color verde que ya había respirado.

Mi visión se volvió borrosa y la jaula sin agujeros impedía ver por el humo, en ese momento no pude pensar claro, viendo que la pared enfrente mío se había dañado un poco solo con mi tropiezo anterior, decidí confiar en mis habilidades de espada y concentrandome con lo poco que me quedaba, hice 2 cortes para formar una X que daño considerablemente la pared, y para terminar de romperlo hice una estocada en el punto de intersección de los golpes anteriores y mi espada pudo atravesar la luz.

La encapuchada en un descuido estuvo a punto de recibir el ataque pero lo logra esquivar al ponerse de costado, pero aún así recibió un corte en su brazo izquierdo.

Esto hizo que perdiera la concentración y ocasionó que el resto de la estructura se desmoronara en el aire.

Un fugaz recuerdo de Bianca diciendome que estaba utilizando demasiado mi habilidad me hizo dudar un momento, tal vez debí de haber hecho una regresión de mi estado a unos segundos al pasado; mi ubicación o al menos para salir de la jaula, esto me daba a entender que todavía me faltaba mucha practica si pensaba dominar estas habilidades.

Y mientras varios pensamientos volaban a mi alrededor, con la visión borrosa, a punto de perder el conocimiento, pude ver que la chica se me acercaba.

"No te preocupes, sólo queremos hacerte unas preguntas".

Y la última imagen que paso por mi cabeza fue la de su rostro al descubierto, con la luz de la noche sobre nosotros.


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