Capítulo IV; Irrealidad

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Sasuke

Lo había encontrado, había encontrado el factor que me convertía en humano, sabía que debía de existir un desencadenante, algo que propiciara en mi siendo un chico.

— ¿Estás loco? No digas cosas así y tan fuerte — sus mejillas que usualmente eran blancas justo ahora tenían un suave tono carmesí —. Ponte algo encima, por favor

— ¿No lo entiendes Sakura? Tienes que tocarme, solo así seguiré siendo un hombre.

Estaba más que claro, en un principio creí que eran los baños, esa noche, la noche donde cambié por primera vez, lo que había sido diferente fue que Sakura me había dado una ducha, nunca antes en mi vida había tomado una, pensé que si me bañaba todos los días podría continuar en esta forma, pero luego volví a ser un gato, a pesar de que había tomado mi baño habitual, y me mantuve así durante cuatro días.

— Piénsalo Sakura — su rostro denotaba confusión, pero es que todo era tan claro —. ¿Qué sucedió durante estos días?

— Nada, no ha pasado nada.

— ¡Exacto! No ha pasado nada, no me has tocado durante cuatro días. ¿Y qué pasó cuando te arrojaste sobre la cama? — se sentó suavemente de nuevo en su silla, pensativa.

— Te atrapé antes de caer.

— Me tocaste Sakura, estoy seguro que es eso.

Intenté explicarle mi teoría, no le había contado antes que estaba buscando la forma de quedarme como un chico, no quería hacerlo hasta que estuviera seguro. Analicé muy a detalle cada una de las acciones que sucedieron en mi primer transformación, un baño, la luna roja, Sakura tomándome entre sus brazos por primera vez después de haberme rescatado. Sabía que la luna roja había cambiado algo, y que esa extraña mujer tenía un papel muy importante dentro de todo esto.

— No tiene sentido, ya te había tocado antes, justo cuando te encontré ¿Por qué no te transformaste esa noche? — seguía reacia a mi hipótesis.

— Por la luna, todavía no había sucedido la luna roja — seguía sin creerme.

— ¿Luna roja? No existe la luna roja Sasuke, solo fue una pesadilla — sonaba molesta, pero no sabía exactamente porque.

— ¿Te molesta? — me miró confundida —. Esto, que vuelva a ser un chico — suspiró cansada, el gesto hizo que algo en mi pecho se apretara un poco.

— No es eso Sasuke, ni siquiera es contigo, lo siento — aún mantenía las mejillas coloradas, ¿Podría estar enferma?

Pasó, una especie de relámpago y el mundo volvió a verse enorme, de nuevo era un felino lleno de pelos, pero estaba bien, era perfecto, justamente lo que necesitaba en estos momentos.

Sakura me veía desde su asiento, sorprendida porque el cambio ocurría pocas veces frente a ella, seguramente no terminaba de acostumbrarse de todo, maulle con fuerza para asegurarme de que tenía toda su atención. Volví a acercarme a ella y aunque en un principio se echó para atrás después entendió lo que intentaba hacer, si la teoría era cierta tenían que tomarse un par de aspectos en cuenta, no era únicamente tocarla y ya, tenía que asegurarme de que fuese piel contra piel o no funcionaria.

Me froté contra su pie izquierdo, solo con un poco serviría, luego, con mucho cuidado de no tocar otra cosa camine hasta sentarme frente a ella, a una distancia de medio metro donde fuera capaz de observarme. Parecía entender mi propósito porque se quedó sentada mirándome fijamente durante los siguientes minutos, el cambio no sucedía de inmediato, ocurría algunos momentos después que Sakura me tocase, aunque estos solían variar en durabilidad, ya encontraría yo la manera de averiguar si eso también se podía controlar.

Gato de media noche [Sasusaku] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora