Capítulo XIII; Cuando las hojas caen

371 47 25
                                    

Sasuke

Fue difícil despedirse de los abuelos, más difícil fue ver en el rostro de Sakura la decepción.

Hizo todo lo que pudo en este último par de días para intentar romper de una vez por todas con esta maldición/bendición pero parece que no funcionó. No me siento triste ni nada parecido, aunque desde el principio me hubiesen dicho que esto duraría solo algunos meses yo habría aceptado, porque en estos meses había sido muy feliz, mucho más que cuando era un simple gato.

— Antes de irnos por completo, he reservado una noche en una posada — Sakura arrastraba su maleta con algo de dificultad, llevábamos muchos obsequios —. Las aguas termales, es lo último en la lista.

Sabía que era su última esperanza, los ojos no mienten como escuché a alguien decir alguna vez.

— Me da curiosidad el porque las personas disfrutan sumergirse en aguas calientes, yo prefiero las que son más frescas.

— Eso dices porque aún no las pruebas, son relajantes, cuando te sumergues sientes que todos tus males desaparecen — subimos al tren qué acababa de pararse frente a nosotros.

Vaya que si tengo males.

No tardamos mucho viajando hasta nuestra próxima parada, el sitio aún conserva un ambiente pueblerino a pesar de estar más cerca de la ciudad que el pueblo donde viven los abuelos de Sakura.

Tomamos un pequeño coche de transporte que nos dejó relativamente cerca del sitio.

— Parece que no tienes problemas con mostrarte al desnudo con otras personas — se aclaró un poco la garganta —. Así que supongo que estarás bien.

— ¿Eh? ¿No vas a estar conmigo?

— No, tendremos que conformarnos con los baños públicos, el dinero no me alcanzó para una privada.

— Tenía bastantes ganas de bañarme contigo — noté el ligero sonrojo en sus mejillas —. Pero supongo que la experiencia se disfruta igual, ya tendremos tiempo para los dos esta noche — sentí un pequeño golpe en el costado.

— No puedes decir esas cosas en voz alta — miró a todos lados, pero nadie parecía querer entrar o salir del lugar —. No vuelvas a hacerlo — me tomó de la mano para finalmente entrar.

— Creo que es algo que no puedo prometer.

Al lugar es cómodo, las paredes y suelos de madera hacen que huela realmente bien.

Una vez que nos han asignado la habitación procedemos a buscarla para no tener que andar cargando con el equipaje.

La habitación es simple, cómoda y espaciosa, no hay cama pero he notado el futón enrollado dentro del armario.

— Toda una experiencia — tenemos una ventana que se abre a dos piezas, el cielo brilla bastante.

— Y eso no es nada — abre el armario y de este saca dos batas y un par de toallas —. Desnudo sin estar desnudo.

Una vez cambiados me muestra el camino hacia los vestidores, de un lado se encuentra el de las mujeres y del otro el de los hombres, lastimosamente me tengo que separar de ella. Se asegura de explicarme el procedimiento por décima vez para asegurarse de que lo he entendido.

— Si te sientes un poco mareado debes salir, puede que el calor te descoloque al ser tu primera vez — se despide finalmente de mi.

No hay muchos hombres en el vestidor, y cuando me quitó la bata para ir con la toalla a las aguas solo hay apenas unos cuantos.

Gato de media noche [Sasusaku] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora