PACTO DE SANGRE - EL NUEVO REY - LIBRO 1

CAPÍTULO 5 TIERRA ANTES DEL DIA NEGRO

El segundo mundo realmente era un lugar con reglas pero también con una libertad y felicidad de entre la mayoría de sus habitantes que ningún humano podría alcanzar jamás, era rico no solamente en flora y fauna sino también en cultura. El rey Coser fue el primer monarca, era inteligente y tenaz, fue creado de la sombra reflejada en el sol de Adan, pero no era como él, estos seres solo fueron creados con un propósito, de las piedras se crearon ejércitos y pueblos, un mundo dentro de otro, el mayor secreto jamás contado, él les dió a elegir a los primeros líderes de cada elemento el tipo vestiduras humanas que más amaban para que esas fueran las distinciones entre cada grupo, estas debían ser aptas para su elemento, otorgándoles facilidades y poder del mismo. El reino tierra por ejemplo era especialista en la extracción de piedra preciosa, así como el paraíso animal, por lo que vestían con grandes coronas y joyas tan pesadas como su elaboración, habían elegido las vestiduras de las grandes familias otomanas, su carácter era fuerte y decidido como su elemento, los del reino fuego amaban el calor, vivían en el desierto, eligieron las vestiduras del antiguo egipto era muy común verlos en shenti, rodeados de joyas, lanzas y tiaras fabricadas con oro, eran de piel blanca y negra, todos tenían cabello rojo al igual que ojos negros con delineados sumamente artesanales de modo que al usar su poder los ojos les brillaban en tonos guindas haciendolos ver majestuosos, estos elementos eran los más estrictos y fieles a las reglas divinas de Dios, además de ser los más diplomáticos, considerados como "la realeza dentro de la misma realeza" pues desde pequeños aprendían las historias de toda criatura buena o mala, contrarios del reino aire que vivían al este de la capital, sus tierras estaban en el cielo en las míticas montañas flotantes de Publom, personas albinas, siempre descalzos habían elegido la vestidura griega, se podían observar túnicas blancas y cabellos con trenzas finamente acompañadas de hojas de higo, se mantenían alejados de las diplomacias que no involucraran a su pueblo, asún asi eran tres familias las que lideraban el elemento, Los Borques, Los Pavlidis y los Seretem, la primera era la política, la segunda la fortaleza espiritual y la tercera los tesoreros, por esta razon eran catalogados como "un elemento de poca importancia", los del reino agua considerados los mas salvajes y radicales, decidieron las vestiduras de la vieja Tenochtitlan, los hombres usaban máxtlat con su tilmatli, las mujeres cueitl con quechquémitl, en este elemento vivian en manglares, junglas y cavernas submarinas al norte de la capital, sin embargo estaban divididos en dos regiones y esta a su vez eran gobernadas por dos familias, la primera por la familia Durman y la segunda por sus primos los Aleska que eran la región helada, gracias a su capacidad de respiración bajo el agua eran sumamente ágiles, altos de cabelleras negras, piernas largas, al contacto con el agua sus ojos se volvían grises, los otros elementos les tenían un poco de miedo debido a los largos aretes de piedra y perforaciones en el rostro.

El rey Jeomi Forte era el gobernante de todo el elemento tierra, sus viviendas se encontraban al Oeste de la capital, pasando bosques y ríos, el reino tierra estaba rodeado de mesetas verdes como si se tratara de una gran fortaleza, pero esta gran fortaleza tenía problemas internos en la raíz de la misma familia original.

Las hermanas Forte tenían una pelea constante por el derecho de liderazgo cuando su padre dejara la vida atrás, mientras que su hermano pequeño solo podía estar a la expectativa de esta discusión interminable ya que la protección a su madre le era más importante, Noelia Sucra y Jeomi Forte se enamoraron y casaron pero la hermana de Jeomi nunca estuvo de acuerdo con la unión diciendo que su hermano merecía un elemento más fuerte y no solamente el de conocimiento, Marreli la hija mayor había asistido a la expedición por orden de su padre, era valiente y de alma guerrera como él, Aurelia era toda una diplomática inteligente como su madre y Eduardo de tan solo quince años era tan terco y fuerte como la misma tierra.

-Padre, debo insistir el motivo por el que mi hermana asistió a la expedición y yo no- inició Aurelia en lo aposentos de su padre

- Hija mía hemos hablado de esto, tu deber es estar aquí para los asuntos del reino, confío en la fuerza de tu hermana y en tu sabiduría, te necesito aquí para algo de suma importancia también- respondió el padre de larga barba y anillos en mano