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Estoy harta

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Estoy harta...

Harta de tantos sueños, más en los que aparecen ellos.

Me encontraba sentaba en el extremo de una mesa, del otro lado estaba alguien, pero no podía verle la cara. Quería hablar, pero nada salía de mi boca, puros suspiros o murmullos.

La persona tomo una copa y la llevo a sus labios, no pudo tomar el líquido ya que la puerta se abrió dejando ver a Ni-Ki.

—¡Ni-Ki!—Grito esa persona dejándome verle el rostro.

Era un chico bastante atractivo, tenia ojos marrones, cabello negro, labios carnosos, y tenía mirada de cachorro.

—¡Déjame estar con ella, Jake!—El chico se acercó a mi para abrazarme aún estando sentada.

—¡Eres un consentido!—Lo apunto con un dedo.—Mi amor dile algo.

Mi corazón dió un salto antes su apodó.

—Pequeño, Jake me propuso está cena desde un mes.—Acaricie su mejilla.

¿Pequeño? ¿Porque tengo tanta confianza con Ni-Ki? ¿Jake? ¿Será el último hermano?

—Pero florecita.—Puchereo el chico.—Quiero cariño y besos de mi novia.

—Yo también quiero eso, mocoso.—Le pego en la cabeza y me tomo de la mano levantándome.

—Nos veremos después, pequeño.—Mi cuerpo se movió por si solo y deje un pequeño beso en sus labios.

Sin más salí del comedor con Jake a mi lado tomándome de la mano.

—Diviértete cielo.—Me dijo Jay sonriendole de manera angelical.

—Lo haré, mi ángel.—Le lance un beso.

Aún tomados de las manos el chico y yo subimos al segundo de la casa. Reconocí el pasillo en seguida, era el de mi primer sueño. Entramos a una habitación que deduje que era de el; ambos nos acostamos en la cama y nos abrazabamos mientras el me daba caricias en la cabeza haciendo que poco a poco me quedara dormida.

Solté un gran bocado de aire cuando sentí a alguien mover mi hombro, mire al culpable y era Huening Kai.

—Te odio.—Le dije guardando mis cosas.

—Gracias por despertarme Kai, eres un gran amigo.—Dijo con sarcasmo.—De nada Eun-Ha.

Solo me reí de su actitud y tomé su mano para salir del aula donde nos esperaba Taehyun, el cual nos renegó por no apurarnos. Los tres íbamos discutiendo sobre que íbamos hacer saliendo de clases ya que era viernes; pero de repente sentí algo mojar mi blusa.

Me quería morir en ese momento...

Mi preciado uniforme estaba manchado de algo que parecía ser yogurt.

—¡Lo lamento tanto!—Escuche una voz.

Levante la mirada hecha furia, pero solo me quedé sorprendida al ver esos ojos de cachorro verme con preocupación y arrepentimiento.

𝘿𝙄𝙏𝙏𝙊 | 𝙀𝙉𝙃𝙔𝙋𝙀𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora