—¿QUE!? ¿COMO!? ¿¡TENEMOS QUE COGER!?— pregunté exalta y totalmente histeria.
—Re-relaciones sexuales— dijo Francisco corrigiéndome como si sufriera al escucharme.
—! ES LO MISMO!— me levanté del mueble mostrando en mi rostro un leve sonrojo del enojo.
—No, o sea sí, pero suena mejor decir relaciones sexuales... por favor dilo así— dijo en súplica.
—Bueno como sea, yo no quiero eso, no era parte del trato— negué con la cabeza repetidas veces.
—Se nos pasó decirte, pero debemos hacerlo sea como sea.
—No quiero, y‐yo soy vir‐virgen— ahora el sonrojo ya no era por enojo, sino que por otra cosa.... esto es totalmente incómodo.
—Yo también lo soy, no tienes que preocuparte.
—¿Por qué debemos hacerlo?— pregunté ahora más relajada del enojo peromanteniendo los nervios al 100.
—Es para convertirte en vampira...no es una opción no hacerlo, al menos que quieras sufrir.
—¿Sufrir? ¿No puedo convertirme en vampira sin tener que hacer eso?
—las mordidas de los vampiros son muy poderosas tanto que puedes morir del dolor... por eso esas transformaciones se hacen en las relaciones sexuales porque nuestra mordida se suaviza por así decirlo aparte de eso en la otra persona el dolor se siente como placer.
—¿Qué?... aguanta aguanta estás diciendo que tú y yo debemos tener relaciones sexuales para que yo no muera cuando me muerdas!- comencé a hablar mientras me acercaba a él hasta que él quedó pegado contra el mueble.
—Sí... eso es lo que quería decirte.
—¡Que gran momento de hablar Francisco, en serio!... ¡yo me voy!— dije para luego comenzar a subir las escaleras.
—Nuestra habitación es abajo al fondo la derecha.
—¡AY!, ¡cállate mejor!— di media vuelta y me dirigí hacia donde Francisco me había indicado llegando a un cuarto que definitivamente superaba de tamaño a mi antiguo cuarto... y eso que es solo un cuarto.
¿Qué tan grande es este lugar?
(...)
Ya era de noche no había hablado con nadie desde que había entrado al cuarto, solo había visto TV, ya que no tenía celular o algún otro medio de entretenimiento.
Me dirigí hacia el balcón detrás de unas grandes puertas de vidrio cubiertas de unas cortinas largas color negro.
El aire que llegaba a mi rostro me causaba paz, aquí era más frío que "El mundo humano", nuestro alrededor era bosques y nada más que bosques, solo había un largo camino de piedra que se extendía desde la puerta principal hasta quién sabe dónde.
—Podrías saltar y escapar— habló una voz conocida para mí.
—¿Qué haces acá?— pregunté volteando para ver al sujeto que hablaba, era el mismo— Tranquila está vez no te voy a agarrar, al menos que tú quieras.
—¿Qué te sucede a ti? Nunca voy a querer esa tontería, me da asco de solo pensarlo.
—Bueno solo jugaba nunca le haría eso a mi hermanito.
—¿Hermanito? ¿Francisco es tu hermano?
—No, no es mi hermano, le digo así de cariño desde que nos conocimos en la boda de mi hermana.
—¿Quién diría que él de recibir invitaciones de bodas ahora él sería que las daría?, ¿Cómo es la vida no?
—¿Puedes irte?
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Vampiros: A la luz de la Luna |Francisco Romero| (Nueva cuenta)
VampireEn un viaje a un campamento, Tina, con apenas 18 años se encuentra con un chico misterioso y extraño, el cual le revela un oscuro secreto dando una vuelta completa a la vida de Tina y que luego de ese encuentro varios secretos familiares comenzaran...