2 años después
-¡Feliz cumpleaños, mi pequeña revoltosa!-Davidson sonrió dejando a la vista sus relucientes dientes. Estaba parado frente a mí sosteniendo entre sus manos un regaló.
Aún no podía creer que pasaron dos años desde que llegamos a su casa a pedir ayuda, después de aquél día todo pareció volver a la normalidad gracias al hombre frente a mí que nos ayudo a contar la verdad que Alexa y yo necesitábamos decir para no meternos en problemas. Para que nadie sospechara ambas fuimos a terapia, los padres de mi amiga decidieron llevarla con uno de los psicólogos recomendados por el gobierno pero mis padres prefirieron confiar en el profesor que nos puso a salvo de aquellos malintencionados que nos tenian secuestradas y durante éste tiempo él fue mi ayuda en todo sentido, gracias a él volveré a la escuela sin repetir o cursar años que debí pasar a está edad, no volvería a ver aquél edificio sombrío lleno de cerraduras y reglas... Podía estar tranquila de jamás volver a ese lugar que me apartaba de quiénes me importan, ya nunca volvería a estar lejos de mi familia.
-Este es el momento en que saltas de emoción y me besas-Una risa burlona salió de sus labios trayendo a la realidad mi mente.
-Lo siento-Deje escapar un poco de aire para después mostrarle una amplia sonrisa.
-¿En qué pensabas?
Traté de desviar mi vista pero al igual que en todo esté tiempo ésta regreso inmediatamente a él como si tuviera alguna clase de imán.
-Los últimos dos años pasaron rápido. Mañana regreso a la escuela... Una escuela de verdad.
-Una dónde no sientas la necesidad de escapar-De nuevo una risa salió de él.
Asentí-Por fin podremos dejar eso atrás-Tome el regalo que aún sostenía entre sus manos y lo abrí, Davidson tenía su mirada ansiosa sobre mí a la espera de que terminará de quitar el papel que envolvía su obsequio.
-Si lo detestas me iré a casa-Me burlé ante su respuesta anticipada y exagerada-Es verdad, verte a la cara de nuevo sería demasiado vergonzoso.
Lo que había dentro de aquella caja envuelta era un collar de oro-¿Un sol?-Alce una ceja y sonreí burlona.
-Sabía que era muy obvio-Hizo una mueca con la boca que solo causo que el momento fuera más divertido.
-¿Me ayudas?-Extendí la pequeña caja abierta, él la tomó de nuevo sacando el collar-A partir de mañana ya no serás más mi profesor-Me dí la vuelta mientras recogía mi cabello llena de nervios y tristeza.
-Lo sé-El collar paso frente a mí cayendo suavemente en mi pecho, podía sentir el calor de sus dedos rozando mi piel con mucha delicadeza. No estoy dispuesta a dejarlo ir.
-¿Ya no nos veremos más?-Mi voz salió igual que un silbido a la distancia, sin fuerza, prácticamente imposible de escuchar. Me dí la vuelta dudando de todo, esperando que él dijera que una vez como mínimo sintió algo más durante mis terapias; tenía una pizca de esperanza ya que en varias ocasiones terminabamos demasiado cerca del otro sin que ninguno se moviera como si ambos disfrutaramos de la cercanía que había.
-No te deprimas-Su tipica y magnífica sonrisa apareció en su rostro-Tienes mi número-Subio una de sus manos hasta llegar al pequeño dije de sol en mi cuello-Estare siempre que lo necesites-La vista de éste bajo hacía su mano donde sostenía aún el dije; una de las cosas que lograban confundirme era su mirada, nunca he sabido lo que piensa exactamente como ahora, incluso después de dos años no lograba saberlo-No te metas en problemas de nuevo-Se burlo al mismo tiempo que sentía su mano bajar por mi pecho.
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Aventura Prohibida
Teen FictionLa felicidad de Melany se esfuma cuando le dan la noticia de qué continuará con la tradición familiar de ir por 3 años al colegio "Padre de la misericordia". Sin poder hacer nada sobre la decisión de sus padres entra al colegio con la esperanza de q...