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Pov. Alexa

- Volveré en un momento, no se mueva- La hermana Piedad hablo a mis espaldas con su tono serio habitual, dió unos pasos hasta que se escucho que abrió la vieja puerta de madera y así es como por fin quede completamente sola en la capilla del colegio.

No recuerdo cuanto tiempo había pasado casitigada, pero era el suficiente para que mis rodillas y brazos dolieran. Sentía que mis brazos temblaban y pronto se caerían junto con los libros que sostenían, mis rodillas ya no soportaban estar pegadas al suelo, juraría que se fusionarian con el suelo de la capilla en cualquier momento.

-¡Dios! - Baje mis brazos haciendo que los libros cayeran por todos lados; tal vez fue mala idea descansar porque ahora el dolor paso hasta mis hombros casi llegando al cuello. Me tome unos segundos para sobarme y estirar un poco los brazos.

-¿Hola?- Era una voz masculina detrás de mí.

-Hola -Trate de sonar lo más tranquila posible, no quería verme cómo alguien a quien atraparon incumpliendo su castigo... Lo era pero no debía verme así.

-La hermana Piedad-Se me quedo viendo dudoso mientras avanzaba hacia mí -Creí que estaba aquí.

-Ah.. ¡Ah! La hermana Piedad - Se me escapó una risa nerviosa - Mmh bueno, ella salió pero dijo que volviera - Me quede viendo el suelo rogando porque no me fuera a poner más horas de castigo.

-¿Qué te tiene aquí? ¿No deberías estar en el comedor?

- Debería estar levantando esos libros- Seguí viendo el suelo, o bueno, los zapatos del hombre que ahora ya estaba frente a mí.

-Levantate, debes ir al comedor.

En ese momento se escucharon unos pasos veloces junto a una voz decir - Te dije que no te movieras, ahora entiendo porque tus padres estaban desesperados y temían por tu educación- Llegó a mi altura y comenzó a levantar los libros del suelo-Levanta las manos- Ordenó y yo solo obedecí.

-Hermana- La voz del hombre sonó diferente a la de hace un momento, antes fue dulce y tranquila pero ahora se escuchaba molesta y bastante sería.

-Digame, profesor- Levanté por fin la vista y pude ver en su cara que estaba sorprendida por el tono de voz del hombre.

-No creó que quiera qué llegue una demanda al colegio por maltrato ¿O sí?

-¿Perdon?

-La alumna debería estar comiendo junto a las otras.

-Lo que esta niña necesita es un castigo ejemplar-Puso el último libro que faltaba en la pila que sostenía- Es una irrespetuosa y el señor- El hombre la interrumpió.

-No creo que al señor le parezca que castiguen a uno de sus hijos de esta manera- Con el susto de que llego en el momento menos indicado para mí no había notado que era bastante atractivo... Era muy guapo realmente,  y tenía una mirada dominante, sin duda alguna estar de rodillas no era la mejor cosa en éste momento «Alexa piensa en la biblia, piensa en la biblia, aburrete, no pienses, no pienses» sentí cómo toda mi piel se erizaba y mi corazón latia fuerte ante la imagen de ese hombre que es la prueba de que Dios existe ¿Sino quien podría hacer creación tan divina? Es más alto que la hermana, desde mi posición podía admirar cada centímetro de él; vestía pantalón y camisa de vestir, ambos le quedaban bastante ajustados, su mano izquierda la tenía dentro del bolsillo del pantalón y sobresalía en su muñeca un reloj plateado, su mano derecha estaba moviendose conforme hablaba con la hermana Piedad, no llevaba corbata y tenía la camisa muy bien abotonada y arreglada, en su rostro apenas se notaban unos pequeños puntos avisando que comenzara a salir nuevamente su barba, sus ojos no debajan de ver a la hermana, se veía seguro, era hipnotizante toda su energía.

Aventura ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora