7.

0 0 0
                                    

Han pasado varios días desde la última vez que vi al profesor Davidson, no había rastro de él ni siquiera por los pasillos lo que era extraño ya que siempre durante el descanso se la pasaba con un montón de alumnas detrás de él para que les aclarará alguna cosa o simplemente algunas como Alexa que buscaban cualquier tontería para poder estar cerca, su ausencia se notaba y me hacía sentir culpable porqué quizá esté avergonzado por lo que pasó... O incluso arrepentido porqué fue pecado y todo lo hizo por ayudarme, ahora podría estar en un retiro pidiendo perdón a Dios y creo que debería hacer lo mismo para ayudarlo por lo menos su alma debería salvarse ya que la mía no tenía oportunidad de ser perdonada con tanto pecado junto. Deje salir un poco de aire por la boca y camine hasta la capilla del colegio, las clases habían terminado así qué fuera de estar en alguno de los talleres no tenía algo que hacer y podía estar en la capilla todo el tiempo que quisiera. El lugar estaba completamente solo, en silencio llegue hasta el frente del altar y me arrodillé para rezar; era relajante estar aquí, el olor del olibano comenzaba a llenar mis pulmones dándome una sensación de paz cómo si hubiera dejado de respirar durante mucho tiempo sin darme cuenta, el silencio en la capilla es lo mejor ya qué solo somos Dios y yo sin que nadie pueda arruinar el momento o interrumpir nuestro encuentro padre e hija. Tenía demasiado que preguntar sobre las cosas que han pasado los últimos días, debía saber si mi camino podría mejorar o si ya estaba destinada a ser desterrada de su reino... Aunque aún había una solución y el profesor Davidson realmente me ayudaría, la pesadilla no volvió a aparecer después de ese día pero seguía la sensación del pecado y la culpa que solamente desaparecerían hablando con Dios, debía tener una señal para entender su plan de porque estaba aquí para vivir tranquila.

Conforme pasaba el tiempo y analizaba mi comportamiento me entraban ganas de llorar, estaba yendo en contra de toda la educación que me dieron mi padres convirtiendo me en alguien igual de inaceptable que la tía Sam, era demasiada presión para tan pocos días y me sentía ahogada, decepcionada de mi misma no sabía porque actuaba así ni porque sentí esas cosas con el profesor era casi cómo si en la propia casa de Dios pudiera entrar el demonio a ponerme pruebas una y otra y otra y otra vez hasta que no pueda parar. Las lagrimas no dejaban de salir, me sentía libre de llorar pero eso lo hacía más difícil ya que no podía respirar con normalidad y mis ojos ardían, no paraba de suplicar por el perdón del señor, necesitaba ser digna de estar frente a él y frente a mi familia, quería poder verlos a la cara sin sentir el peso de todos mis errores.

Un quejido sonó detrás de mí, trate de limpiar mis lágrimas lo más rápido que pude no quería que me vieran y tuviera que tomar otra terapia... Creo que lo que paso era la razón por la que a mis padres no les gustaban esas cosas, era demasiado inapropiado- Te estuve buscando por todos lados, Mel- Me gire para ver a mi compañera de cuarto- ¿Por qué lloras?

-No es nada- Negué y me pase mi mano por la cara para limpiarla.

-Bueno- Me miró unos segundos y sonrió - Igual te pondrás feliz después de que te dé la noticia.

-¿Noticia?

-Aja-Asintio- Nos vamos.

- ¿A dónde?

-No a dónde sino de dónde - Dijo cómo si fuera lo más obvio - Vamos a fugarnos de aquí-Me agarró por los hombros y me sacudió- Dejaremos esté espantoso lugar- Ahí estaba... Mi señal, sabía que estar aquí era una mala idea y si Alexa estaba aquí debía ser eso que estaba esperando por fin mis suplicas fueron escuchadas.

-¿Cuando?

Levanto una ceja-¿En serio? Creí que debía sacarte arrastrando y gritando de aquí.

- Quiero salir de aquí- Asentí- No puedo quedarme más tiempo.

-Bien- Su sonrisa era tan grande que sus ojos se cerraban- Nos vamos cuando todos se duerman.

-¿Cómo nos llevaremos nuestras cosas?

-Solo podemos llevar lo que nos pongamos encima.

-¿Qué? No puedo dejar mis cosas.

-Tranquila- Agitó su mano frente a mí- Hay de todo en el lugar a dónde vamos, nos darán ropa, comida y dónde dormir. Eso sí deberemos trabajar atendiendo unas mesas pero no es para tanto.

-¿Estás segura?

-¡Que sí! No empieces a dudar porque el plan no funcionará así - Tenía razón, no podía ponerme nerviosa ni dudar, está era la señal de Dios y confiaba en que funcionaría.

Asentí soltando un suspiro para calmarme-Bien, no echaré a perder ésto no te preocupes.

-Entonces vamonos- Me dió un golpecito y me hizo una seña para levantarme- Debemos ir al comedor, ya casi es la hora de comer y la vieja estará buscando a todas para golpearlas- Escuché su risa mientras me ponía de pie.

Fuimos al comedor pasando todo con normalidad, la comida tenía poco sabor y debíamos comer pan con menos sabor e incluso se sentía chicloso al comerlo, comenzaba a contar las horas para irnos de aquí, poder tener una comida decente, sin regaños ni terapias por fin podía ser libre de ver a mis amigas, dejaría atrás todos mis errores y podría comenzar de nuevo fuera de aquí. Mis padres se pondrían furiosos al saber que escapé pero seguramente si les explico que Dios me dió está señal ellos entenderían que esté era el camino que debía seguir. Quería volver a mi casa, sentirme en mi hogar nuevamente y no aquí que estaba consumida en un ciclo de pecados sin fin, extraño a mi abuela aunque nunca ha sido la persona más cariñosa del mundo extraño su estado malhumorado y su comida, comida de verdad no cómo la que servían aquí; por fin dejaría toda esta confusión, estaría alejada de la tentación disfrazada de profesor y estaba más qué segura que jamás recibiría otra terapia ya que al fin entendía porque a mis padres no les gustaban.

Las horas pasaban y mi ansiedad se intensificaba solo quería irme de aquí, poder vivir tranquila cómo antes. No sabía aún como escaparemos pero confiaba en Alexa ya que se veía muy confiada cuando decía que estaríamos bien y tenía fe en que sabía lo qué hacía.

-No hagas grites pase lo que pase ¿Oíste? Debemos ser lo más discretos posible-Me quedé mirandola unos segundos.

-¿Qué se supone que puede pasar?

-Solo... No te asustes- Alexa se puso una blusa más encima.

-Me estás asustando tú- Era muy extraño lo que estaba pidiéndome y no entendía nada.

-Dijiste que querías ésto, haz lo que te digo y estaremos fuera de aquí sino tendremos que quedarnos a escuchar cómo la vieja esa viene a gritarnos cada mañana por tratar de huir- Tomó mis hombros y me empujo suavemente a la cama para sentarme- ¿O ya te echaste para atrás? Puedo dejarte pero me pesaría en la conciencia.

Negué- Está bien, sí quiero ir pero me preocupa lo que pueda pasar aún no me dices cómo vamos a irnos.

-Tú solo acuéstate-Se fue a su cama y se acostó- Relájate y si quieres duerme.

-¿Cómo me ire así?- Levanté una ceja.

-Shh- Apago la luz dando fin a nuestra conversación.

Trate de quedarme despierta para poder irnos sin ningún problema pero no podía, la falta de luz no ayudaba y mis ojos comenzaron a sentirse pesados, mi cuerpo no ponía de su parte haciéndose pesado con cada segundo que pasaba. Se escuchó la puerta abrirse de golpe y estrellándose contra la parte haciendo que saltará pero a pesar de eso no pude abrir mis ojos completamente por el sueño, solo ví la silueta de una mujer ahí parada diciendo qué ya era hora; mis ojos se cerraban cada vez que intentaba abrirlos solo escuche cuando Alexa me dijo “Tranquila, ellos nos ayudaran” para después ser levantada de mi cama cómo cuando papá me cargaba.


































Ya sé, ya sé no es día de actualización pero me atrase por el trabajo pero aquí está!!!

Gracias por leer 🅱️🆘❤️

Aventura ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora