𝑴𝒊 𝒗𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒐 (Enzo Vogrincic)

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La noche anterior nuevamente había peleado con Enzo, siempre había algo con lo que peleábamos, ayer las grabaciones se habían extendido por unas cosas que habían salido mal en el set. 

Había estado intentando hablar con Enzo, casi siempre cuando terminaba de grabar, ambos nos sentamos a platicar sobre su día y sobre el mío, pero en los últimos días eso había cambiado, Enzo ya casi no me contaba nada, y todas las veces que intentaba hablarlo solo decía que quería descansar.

-Lo único que te pido es que hablemos-

-Yo no quiero hablar Abril, ¿por que no puedes entender eso?-

-Algo en ti ha cambiado, ya no me cuentas nada, y cada que intento entablar una conversación contigo, solo terminamos peleando-

-¿Que queres que te cuente? todo el día estoy grabando, además que vos estas ahí todo el tiempo, termino cansado, pero es algo que vos no entendes porque no tienes la misma rutina que y carga de trabajo que yo, ¿Qué más queres que te cuente? -

-Yo también estoy cansada Enzo, como vos decís todo el día estoy ahí, con ustedes, y también termino agotada al final del día, pero aun así me esfuerzo por tener un momento de tranquilidad contigo pero siempre es lo contrario-

-¿Y que piensas, que yo no me esfuerzo? hablas como si fueras la única que hace algo por esta relación-

-Porque se que es así-

Enzo me miro de forma seria, sabia que odiaba que digiera esas cosas, pero también se que decía la verdad.

-¿Entonces por que no terminas con todo esto si así piensas?-

-Porque yo no quiero dejarte Enzo, se que las cosas podrán mejorar y seremos los mismos de antes, además que te amo demasiado para dejarte-

Los dos nos quedamos sin decir nada más, podía notar el fastidio en su cara, y yo solo me sentía cada vez más confundida y dolida, empezaba a odiar ese comportamiento en él, por más esfuerzo que diera por entenderlo, ya me estaba cansando.

-Te dejare que descanses, duerme bien y cena algo antes de irte a la cama-

Lo deje solo en su habitación ignorando el como pronunciaba una y otra vez mi nombre, mi vista se iba nublando cada vez más con cada paso que daba. No fui consciente ni en que momento había salido del hotel y me encontraba caminando sin rumbo.

Limpie las pocas lagrimas que había en mi cara, la cabeza comenzaba a dolerme, pero el corazón me dolía más.