La noche habia caído hace unas cuantas horas atrás, Axl caminaba despacio para salir de aquel parque en el que había estado toda la tarde, un gran impacto hizo que callera al suelo.
Al alzar la vista vio a un joven rubio de ojos azules que luchaba por levantarse, cuando lo hizo le ofreció su ayuda.
-Lo lamento, iba apresurado y no vi por donde iba.- Se disculpo el rubio.
-Oh, no te preocupes. Estoy bien.- Axl le sonrió.
En ese momento sus miradas conectaron, el azul cielo del rubio no se apartó en ningún momento.
-Soy Kurt.- El rubio noto como el mayor tampoco apartó la mirada.
-Oh, yo me llamo Axl.- Apartó la mirada.
-Nos vemos.- Dijo seguro, volviendo a correr.
Axl sonrió por aquel extraño encuentro, volvió a caminar a su casa.
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El día siguiente, Kurt no podía sacarse la imagen de aquel chico tan lindo con el que había chocado y esperando encontrarlo había caminado al parque donde chocaron la noche anterior.
Ahí lo encontró en una banca leyendo uno de sus libros favoritos “Get in the ring” un libro muy triste y romántico de una autora que no recordaba su nombre.
Camino hasta el chico con una sonrisa, se sentó a su lado y lo saludo tímido.
-Hola, Axl.- Aquel saludo hizo que apartará su vista del libro.
-Oh, hola.- Puso el libro entre sus piernas poniendo un separador que el libro traía.- No pensé volver a verte.- Sonrió, porque el también esperaba ese encuentro.
-Bueno, aqui estamos.- Miro el libro.- Amo ese libro.- Le sonrió.
-Oh, ¿en verdad?- El rubio asintió.- Yo igual, es seguro la tercera vez que me lo leo y lo sigo amando como la primera vez que lo leí.
-¿Cómo no amarlo? La parte en que los protagonistas empiezan a vivir juntos es simplemente hermosa y como intentan llevar su amor aún sabiendo la rivalidad de los demas integrantes de sus bandas.
-Si. ¡Están lindo todo!. Cuando confiesan su amor, como lo cuida cuando se enferma, pero no supero el final. Solo espero que la segunda parte se publique rápido.
-Yo igual, quiero saber qué va a pasar con ellos y si podrán estar juntos.
-La autora si que nos quiere ver sufrir.
Los chicos siguieron hablando sobre aquel libro que amaban, sobre un poco de ellos, sus gustos, su vida, sobre todo aquello que les gustara y tenian en comun. Muchas veces durante la plática las miradas de los dos conectaron.
Tanto habían pasado hablando que no vieron cuando la noche cayó. Axl tuvo que regresar a su casa.
-Tengo que irme, ya es muy tarde.- Axl tomo el libro entre sus manos levantándose de la banca para irse.- Ame hablar contigo, por qué no me pasas tu número.
