•𝟑𝟎 𝐝í𝐚𝐬 𝐎𝐓𝐏• [𝗗𝘂𝘅𝗶𝗻𝗼 𝟭𝟴+]

˗ˏˋ 𝙵𝙴𝙻𝙰𝙲𝙸Ó𝙽 ˎˊ˗

˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗

—¿Estas seguro de querer continuar?— Preguntó un agitado castaño, aun asimilando lo que estaba pasando a casi altas horas de la noche. El joven pelinegro dejo escapar una suave risita.

—Tú no te preocupes, solo disfruta— Articuló con una voz suave pero seductora, poniendo más que nervioso y expectante a Aquino.

Con ambas manos, el de piel lechosa fue bajando con cierta lentitud desesperante el pantalón de pijama del ojimiel, dejando la prenda por debajo de sus rodillas, únicamente su bóxer impidiendo la libertad de su palpitante miembro.

Acariciaba aquel bulto con el dedo pulgar, brindando un par de pequeños y suaves besitos por sobre la casi húmeda tela gracias al fluido prese-minal.

Con dos de sus dedos de su mano libre, jugaba con el borde del bóxer color negro que traía puesto el castaño, causando una desesperación un poco más grande con tan solo unos simples movimientos.

Las respiraciones de ambos hombres resonaban por el lugar, al igual que el ruido de las finas gotas de lluvia impactando contra la ventana de la vivienda. El cielo se despejaba de a poco y con la misma lentitud con la que se estaban tomando las cosas, las nubes comenzando a abrir paso a la brillante luna.

El silenció que había entre ambas voces fue interrumpido gracias a un agitado castaño:

—Duxo, por favor...— Emitía junto a un sonoro jadeo, su respiración se agitaba ante las leves estimulaciones que solo lograban desesperarlo más.

—¿Qué pasa?— Sonreía levemente, notando la desesperación persistente. Aquino se quedo callado unos pocos minutos, tragando saliva.

—Necesito... necesito que seas más rápido, por favor— Se daba a notar lo urgido de placer rogando de esa manera, en cierto modo hablando de manera inconsciente y sin estar completamente seguro de las palabras que expulsaba.

—¿Por qué tanta urgencia?— Comentaba Duxo con una sonrisa más grande —Con calma, Aquinin. No te desesperes— Agregaba presión y un poco de velocidad a las caricias, observando cada mínima reacción del castaño ante la estimulación.

Para no hacer tan larga la espera, tomo con ambas manos el borde de la oscura ropa interior, jugando un poco con este. De manera lenta fue bajando de a poco la prenda, con la intención principal de desesperar y hacer sufrir un poco al ojimiel.

El pene del castaño realmente deseaba ser liberado, palpitaba necesitado de atención y comenzaba a doler un poco. Sentía su cuerpo arder en llamas, y la ropa que traía encima comenzaba a estorbarle.