Dragón Bael

PARTE...19...

Kuisha se sentó frente a Apolo.  Una expresión de tensión apareció en su rostro mientras se concentraba en lo que tenía entre sus manos.  Una esfera negra giraba salvajemente entre sus palmas, su energía se disparaba en lugares aleatorios, algunos la golpeaban y el diablo hacía una mueca de dolor.

"No debes forzarlo. Las energías tienen que fluir naturalmente o-"

Antes de que pudiera advertirle, la esfera colapsó sobre sí misma y desapareció.  Unas cuantas chispas rozaron su piel haciéndola agitar los brazos en un intento de aliviar la sensación de escozor.  La reina se miró las palmas y vio las marcas rojas del fracaso.  Ella suspiró de frustración y bajó la cabeza en señal de derrota.  Empapada en sudor, había estado en este nuevo entrenamiento desde que Issei y Artemis se fueron a cazar.  Eso fue hace horas.

Apollo se rió suavemente, llamando la atención de la joven rubia.  "Tomemos un descanso por ahora. No podrás tener éxito cuando parezca que tienes muchas cosas en la cabeza".

La Reina se puso tensa.  "¿C-Cómo supiste...?"

Apolo volvió a reírse.  "Hija, cuando tienes mi edad, tiendes a captar muchas de estas cosas. Aunque sería difícil no decirlo".  Ella hizo un puchero ante su golpe, pero él le dedicó una sonrisa tranquilizadora poco después.  "¿Te importaría hablar de ello? ¿Es el entrenamiento real o algo más?"

Kuisha miró hacia el último lugar donde vio desaparecer a Issei y Artemis.  Apolo captó hacia dónde se dirigían sus ojos y los engranajes de su cabeza comenzaron a girar.  Por supuesto, él conocía la reputación de su hermana entre aquellos fuera de su panteón y sus pensamientos se centraron en eso.

"Ella no es como dicen que es", comentó.  Llamó la atención de la chica mientras lo miraba confundida.

"¿Eh?"

"Mi hermana. Ella no odia a los hombres como todos la retratan. Lo más probable es que simplemente me odie, jaja".

Intentó que la risa se extendiera hacia ella, pero ni siquiera consiguió una sonrisa.  Muy pronto, su propia sonrisa desapareció mientras continuaba estudiando a la chica y sus expresiones conflictivas.  Ella se sentó allí, mirándose los pies, con el ceño fruncido estropeando su rostro.

"Lo siento si esa broma fue de mal gusto", se disculpó el dios.

"No, no es nada de eso. Es más aún..." Kuisha hizo una pausa.  Se mordió el labio inferior, los conflictos seguían arrasando en su mente.

"¿Es Issei?"  Luego preguntó.  Los ojos de Kuisha se abrieron como los de un niño atrapado con la mano en el tarro de galletas.  Casi se lo pierde debido a que ella agachó la cabeza.  "Te preocupas por él".

Kuisha suspiró.  No había razón para ocultarlo.  El dios probablemente seguiría cavando si lo hiciera.  "Estoy preocupada por él".

"No me preocuparía mucho. Mi hermana conoce estos bosques como la palma de su mano. Y es más que capaz de manejar cualquier bestia que se atreva a desafiarlos".

La Reina lanzó otro suspiro.  "No es así. Issei es fuerte, muy fuerte. Al menos físicamente. Temo más por su estado mental y emocional".

Esto hizo que el dios alzara una ceja.  "Pero Issei parece comportarse muy bien. Es todo un hombre a seguir".

"Sí, se comporta bien frente a los demás, pero eso es porque-".  Le tomó un momento a las palabras del hombre de cabello rizado llegar a ella.  Su reacción inmediata fue sonrojarse, sabiendo exactamente lo que quería decir el ser.  "Espera, Issei y yo no somos... de esa... manera..."

Apolo enarcó una ceja.  "¿Oh? Supongo que por la química que tienen entre ustedes".

"¡Somos realmente buenos compañeros de equipo-!"