POV: Juanjo
Por el poco tiempo que queda, opto por quedarme fuera de la uni. Total, se suponía que tenía permiso para hacerlo, ¿no?
Voy a la entrada principal, a esperar a mis amigos, mientras repaso el temario que teóricamente están dando esta última hora. ¿Me hace falta hacerlo? Claramente no, ya me lo lei todo nada más empezar el curso. Pero me estoy aburriendo y ahora mismo, cómo calcular el valor de una “x” sin nada más que saber su potencia, me parece de lo más interesante.
Podría cotillear el insta de Martin, pero no quiero que se me escape un like, que él crea que le estoy stalkeando y decida echarse para atrás. Y eso no sería bueno, ni para él —que “perdería” la oportunidad de mejorar sus notas—, ni para mi —que con la excusa podría saltarme las clases que hasta me parecen aburridas, de lo fáciles que son—.
– ¿Cuánto tiempo llevas ahí? – me pregunta Bea.
Levanto mi cabeza del libro. Todos están saliendo, ya. Parece que ha sonado el timbre y ni me he dado cuenta, sumido en mis pensamientos.
– Unos quince minutos. – contesto, mirando la hora en mi reloj.
– ¿Cómo te ha ido con el “Proyecto Urrutia”? – pregunta Alvaro.
– Más bien de lo que me esperaba, la verdad. – contesto yo, mientras nos dirigimos a la boca de metro – Ha aceptado mi ayuda. Incluso me ha dado su insta, para que pueda comunicarme con él.
– ¿Y ya habéis quedado para la primera clase? – pregunta Bea.
– No voy a darle clases. Solo vamos a estudiar y a hacer los deberes juntos y, si tiene alguna duda, le ayudaré. Como cuando quedamos nosotros para estudiar. – aclaro – Y no, aún no hemos quedado. Mañana le enviaré un mensaje o se lo preguntaré en persona, si me lo encuentro. Por hoy, me conformo con lo que he conseguido.
– Cambiando de tema radicalmente. – empieza Alvaro – Han abierto una nueva cafetería en mi barrio y tiene muy buena pinta. ¿Podríamos ir allí a hacer los deberes?
– ¿Realmente quieres hacer los deberes o solo quieres espiar al barista? – pregunta Bea, riendo.
– ¿Y por qué no ambas? – se ríe el.
– ¿Qué me he perdido?
– A Alvaro le gusta el nuevo de su clase y ha descubierto que trabaja en la nueva cafetería de su barrio. – me explica ella.
– ¡No me gusta! Pero no negaré que me parece interesante. – dice y reímos los tres.
******
Subimos a casa de Albaro y nos partimos las sobras que tenía de ayer, junto con una pizza que hemos pedido de camino aquí.
– Este viernes hay fiesta en casa de Naiara. Se ha vuelto loca. Quiere invitar a toda la uni. – dice él.
– ¿Y nos lo dices ahora? – pregunta Bea.
– Me he enterado hoy. – se defiende Álvaro – Iremos, ¿no?
– La semana que viene empieza la época de exámenes. – les recuerdo.
– ¿Y desde cuándo te preocupa eso a ti? – pregunta Bea – Si vas sobrado.
– Si yo lo digo por vosotros. – digo, haciéndole reír – A mi salir por ahí no me va a afectar.
– Pues entonces vamos. – dice Bea – No pasa nada, si los exámenes de primer trimestre van un poco regular. Un suspenso siempre se puede recuperar, pero una fiesta no. – dice y esta vez reímos los tres.
Lavamos los platos y cubiertos que hemos usado —para que luego no lo tenga que hacer todo Alvaro, él solo— y vamos a la nueva cafetería.
– ¿Es ese? – pregunto, mirando disimuladamente a un chico que debe tener nuestra edad y que tiene el pelo decolorado a blanco.
– Es ese. – me confirma Bea.
– No está mal. Te pega. – comento y Álvaro se pone rojo.
Sin decir nada más al respecto, nos ponemos a hacer los deberes del día y a empezar a repasar el temario de los exámenes de la semana que viene.
******
Otro dia mas en clase, esperando a que suene el timbre. Odio la educación física. ¿Por qué tenemos que hacer educación física en la uni? Para “mantener una vida saludable”. Pues que nos enseñen a preparar una dieta adecuada para cada uno, o que nos hagan hacer ejercicios adaptados a las capacidades individuales. Es inhumano que evalúen de la misma forma a alguien que lleva toda su vida haciendo de porte, que a alguien que no sale de su casa. Eso es algo que siempre me ha molestado, y no precisamente por mi —tengo una condición física bastante buena—, pero esque joder, no puedes juzgar a un pez por su habilidad de trepar arboles.
Desde que soy el presidente del consejo estudiantil, he hecho todo lo posible para conseguir un cambio en este sistema y lo único que he conseguido, es que las personas con dificultades médicas puedan optar a correr 10 minutos en vez de 12, cuando hacemos el test de cooper —que es una vez por trimestre—. No es mucho, lo sé, pero es más de lo que consiguieron los presidentes previos a mi —cosa que me parece deplorable, la verdad—.
Por fin, suena el tan esperado y ruidoso timbre y todos salimos fuera —no sin antes pasar por las duchas, claro—.
De camino a la cafetería, veo a Martin apartado en un rincón, fumandose algo, con otros chicos. Iría a decirle algo, pero sé que ahora no es el momento ideal.
Como de costumbre, Bea y Álvaro me han guardado un sitio, junto con un café y, mientras ellos continúan la conversación que estaban teniendo antes de llegar yo, decido entrar a insta y enviarle un mensaje a Martin.
Juanjo
Te he visto fuera, pero no he querido molestar.
¿Te apetece quedar hoy para estudiar un poco?
La semana que viene empiezan los exámenes.Para mi sorpresa, tengo la respuesta en menos de dos minutos.
Martin
A las cinco en la biblio.Juanjo
Perfecto. Ahí nos vemos.
– Esta tarde no podré estudiar con vosotros, chicos. – les digo a mis amigos.– ¿Has quedado con el Urrutia? – pregunta Alvaro y yo asiento – Pues preparate para que te vuelen sillas a la cabeza.
– Que bruto eres, Alvaro. – dice Bea – Seguro que no va a ser tan malo.
– Es que no va a ser malo. – digo yo – Hemos quedado para estudiar un rato, no para empezar una guerra civil en la uni.
– Te juro que a veces me cuesta entender cómo eres capaz de ver a todo el mundo, con tan buenos ojos. – dice Álvaro.
******
Son las cinco y ya estoy en la biblioteca. Evidentemente, no creo que vaya a ser puntual, así que empiezo a hacer los deberes que me han puesto hoy.
A las cinco y media, empiezo a pensar que no va a venir. Que se le habrá olvidado o que simplemente ha decidido no dejarme plantado. Pero aun no pierdo la fe y aun me queda un trabajo por acabar. No lo tengo que presentar hasta dentro de un mes, pero faena hecha, es faena de la que no me tendré que preocupar después.
Casi a las seis, las puertas de la biblioteca se abren, dejando pasar a un Martin empapado y temblando de frío.
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Y aquí tenéis el segundo capítulo!
Hoy solo he podido publicar un capítulo porque he estado todo el dia fuera de casa y no he podido empezar a escribir hasta después de cenar 😅
Pero mañana, como mínimo intentaré subir dos capítulos, o uno pero que sea más largo!
Espero que os guste💕
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Proyecto Urrutia
FanfictionMartin Urrutia es el "chico malo" de la universidad, siempre faltando a clase o liándola por ahí. Juanjo Bona es el presidente del consejo de alumnos y como tal, es el "elegido" para encaminar a Martin por el buen camino, pero... ¿será capaz de hace...