POV: Juanjo
Me despierto en una cama que no es la mía. Solo. Juro recordar haberme dormido entre los brazos de alguien.
– ¿Martin? – le llamo, con la voz aún ronca.
– ¿Necesitas algo? – pregunta saliendo del baño, ya vestido y con el pelo mojado.
– No. Es que, me he levantado y estaba solo y… – digo, sin saber muy bien que quiero decir, exactamente.
– Lo siento, no quería dejarte solo, pero… – empieza a decir – Es que me he levantado… bueno, con una erección matutina. Y no quería hacerte sentir incómodo, así que me he dado una ducha de agua fría, para que se me bajara. – me explica.
– Gracias. – le agradezco de todo corazón.
– ¿Quieres desayunar algo? Tendría que ir a comprar así que puedes pedirme lo que quieras.
– Preferiría desayunar en mi casa. Ya te he molestado suficiente. – digo, saliendo de la cama para buscar mi ropa.
– No me has molestado. – responde él, rápidamente – Y menos por la situación que es. – dice, ahora hablando con más cuidado – Puedo dejarte ropa, si quieres. Una camisa, aunque sea. –dice, cuando yo desdoblo mi camisa, que está rota por varias zonas.
¿Me ha doblado la ropa? Yo no recuerdo haberlo hecho.
– Gracias.
******
Voy directo al piso de Álvaro, donde he quedado con él y con Bea. Ahora mismo, les necesito más que nunca.
– ¿Qué pasó, mi amor? – pregunta Bea, nada más verme la cara y yo me echo a llorar, contándoles todo.
– Estaba saliendo del hospital después de visitar a mi abuela y… Un señor me acorraló y empezó a tocarme y a besarme y… – se me rompe la voz en un sollozo y mis amigos me abrazan, sin decir nada, dándome mi tiempo para hablar – Y yo no podía hacer nada, él era más fuerte y no podía escaparme. – continuó hablando – Pero no hizo nada más. No pudo. – ellos me miran, ahora confundidos – Martin estaba allí y apartó al hombre de mi. Y luego dejo que me quedara en su piso, para cenar y dormir. De hecho, vengo de allí.
– ¿Martin? – pregunta Alvaro, sorprendido – ¿Martin Urrutia? – yo asiento con la cabeza – ¿Y qué hacía él allí?
– ¿Y eso qué más da ahora? Lo importante es que Juanjo esté bien. – dice Bea – ¿Llamaste a la policía? – niego con la cabeza – ¿Y a tu familia?
– Ayer por la mañana volvieron a Magallón. No quiero preocuparles por algo que ellos no pueden arreglar, desde allí. Y tampoco es algo que me apetezca ir contando, y menos por teléfono. – digo – Ya se lo diré cuando nos volvamos a ver y no sea todo tan reciente.
– ¿Qué necesitas? – pregunta Alvaro.
– Ir al psicólogo. Pero ya llamaré el lunes. – digo yo – De momento me limitaré a ir a casa y a tumbarme con mi gato en el sofá o en la cama.
******
Ya han pasado un par de semanas, e ir al psicólogo me ha ayudado mucho a “superar” el suceso. Aun así, siempre que voy a visitar a mi abuela de noche le envio un mensaje a Marin. No ha bajado ni una vez, pero siempre le veo en el balcón, pendiente de quien pasa por la calle. Cosa que, en parte, lo agradezco. Así puedo llorar antes —o después— de entrar al hospital, con tranquilidad.
La época de exámenes ha acabado y en nada nos envían las notas. De hecho, en teoría nos las tienen que mandar hoy.
Alvaro Bea y yo estamos en la cafetería, cuando todo el mundo recibe el correo tan esperado. Como era de esperar, saqué diez en todo, aunque tenía miedo de sacar alguna nota más “baja”. Todo el tema del viejo verde me ha tenido un poco distraído —cosa que supongo que los profesores habrán tenido en cuenta, ya que se lo conté a la directora—.
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Proyecto Urrutia
FanfictionMartin Urrutia es el "chico malo" de la universidad, siempre faltando a clase o liándola por ahí. Juanjo Bona es el presidente del consejo de alumnos y como tal, es el "elegido" para encaminar a Martin por el buen camino, pero... ¿será capaz de hace...