Chapter I| Sand

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(N/A): Este capitulo está situado entre los eventos del caso del Noatic y El caso en S.
Advertencia: Ningúna.

"La vida es un sueño; lo que nos mata es el despertar".
Virginia Woolf.

𝕺scuras. Así eran las calles de los barrios bajos en Whitechapel, Londres.

A paso lento y despreocupado, un joven rubio se paseaba siendo las luces de los pocos bares situados su guía.

¿Que de quién hablamos? Pues de William James Moriarty, el segundo hijo de la familia Moriarty. ¿Pero que hace un aristócrata como él en dichos lugar? Después de todo, estás calles solo alojaban las personas de la clase obrera, aquellos que eran repudiados por dichos aristócratas.

Pero no era el caso de William, quien hacia caso omiso a tales discriminaciones, y por otro lado, venía por una razón más compleja y profunda.

Vestido con andrajos, sucio con lodo a propósito y cabello despeinado planeaba colarse en uno de los bares sin llamar la atención de los demás.

¿Que por qué? Sencillo, luego de que uno de sus ayudantes en la labor del señor del crimen, Fred Porlock, le informara acerca de que las peticiones de ayuda hacia su anónima identidad por parte de los pueblerinos disminuyera su atención fue atrapada.

Y por supuesto que investigó antes de meter sus manos en el asunto. Así que por ende, encontró un posible candidato...

Una figura misteriosa pasea por las calles a altas horas de la noche. Primero pensaban que se trataba de una cortesana haciendo su trabajo, pero su atuendo era más varonil que femenino. Con un cigarrillo en la mano expulsaba el humo mientras se perdía en las oscuridades de los callejones luego de charlas con algunas personas.

Y todo justo ahora que le estaba ocurriendo esto a su trabajo. No podía tratarse de una mera coincidencia.

Así que, si quería atraer a los tiburones debía meter sus manos al agua primero. Por eso el mismísimo amo del crimen vendrá a ver a esta persona él mismo.

Bisagras oxidadas, vidrios rotos en la entrada y un fuerte escándalo de peleas en el interior le avisaba a los recién llegados que estaban entrando a un bar de quinta categoría. Pero como era lo de menos, se adentró en el negocio.

Tenía a sus colegas en el sitio, el coronel Sebastián Moran sentado mientras hacía trampa en un juego de póker disfrutando al máximo su posición con dos cortesanas colgando sobre sus hombros. Fred esperando para hacer su aparición en escena. Y William quien apenas había entrado para hacer su mejor actuación.

Todo como lo había planeado, hoy era noche de apuestas por eso habían demasiadas personas viendo como las parejas lo daban todo probando su suerte con las barajas.

Pero eso no era importante, al menos no para él.

Se acercó a la vieja barra, solo había alcohol de quinta, nada comparado al añejado vino al que tenía acceso gracias a su hermano Albert.

El viejo cantinero le miró y pregunto sobre que le apetecía a lo que el respondió que le recomendara una bebida.

— En ese caso, este ron es nuevo. Le serviré un poco — Contestó el viejo girandose hacia el estante de madera con las botellas.

Letra Escarlata | William J Moriarty X Fem Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora