XXII| Tiempo inesperado

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Perspectiva de Adeline.

Caí de bruces hacia un lado por la impresión despertando a William en el acto quien se quejó frotándose los ojos.

Gemí por el dolor de cabeza y me senté intentando recomponerme.

- ¿Adeline? - preguntó con voz ronca haciendo que mi respiración se atorara en mi garganta.

- ¿Que haces aquí? Y buenos días también.

Estaba tan confundida y avergonzada que se me olvidó un momento mi jaqueca. Vi a William sentarse y quitarse una toalla que parecía estar húmeda de la frente y caí en cuentas de más o menos que pasaba.

- Cuando volvimos tenía un poco de fiebre. Dije que iba a decirle a Louis sobre esto y te ofreciste a cuidarme en su lugar. No sé cuando te quedaste dormida, yo me había rendido al sueño.

No se cuando empecé a reprimir un suspiro hasta que lo dejé escapar - Vaya, que alivio.

- Si te preocupaba por otra cosa, te aseguro que nunca te pondría una mano encima sin tu consentimiento.

Osea, ¿Lo haría con mi consentimiento?... ¡ADELINE! ¿Que diablos piensas?

Claro, es hermoso, guapo y caballeroso, ¿Pero follar con Liam? ¡No lo sé! Tal vez si, tal vez no. Depende...

Ya, cambia de tema.

Carraspeando asentí dando un paso hacia atrás - Bueno... Uhm, entonces ¿como te sientes?

- Mejor, supongo.

Esa respuesta no me convence lo suficiente así que llevo mi mano a su frente dándome cuenta de que mi acción casi lo hace retroceder.

- Liam, estás ardiendo en fiebre - Incluso le corre el sudor por el rostro, empiezo a sentirme mal por haberlo hecho acompañarme en mi demencia al bailar bajo la lluvia. Es obvio que con sus bajas defensas no iba a resultar nada bueno.

Incluso dejé mi jaqueca de lado y mojé la toalla para pasarla de nuevo por su frente. Entonces cuando giré para repetir mi acción, me di cuenta de otra cosa mientras que se quitaba el saco, aunque estaba de espaldas, la delgadez de Liam no pasó desapercibida para mi.

- Liam... Enserio, deberías cuidar más tu salud.

El rubio no me responde nada más que un tarareo y deja el saco sobre un mueble antes de volver a echarse. Me preocupa lo delgado que está, seguro que a Louis y al señor Albert también.

Suspiro y me siento a un lado quitándome los guantes con frustración. Luego me llevo la mano al bolsillo de mi vestido y saco mi reloj de bolsillo, el que siempre me acompaña.

- ¿Tu herida de la mano cicatrizó? - cuestionó con cansancio.

Llevé mis ojos a mi mano y me di cuenta de que había olvidado el hecho de que me había lastimado la mano en la primera misión. Por suerte ya había sanado y solo quedó la marca.

- Uhmm, si. Ya hizo su proceso.

Tengo un presentimiento, algo está a punto de cambiar pero no sé qué.

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⏰ Última actualización: 14 hours ago ⏰

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Letra Escarlata | William J Moriarty X Fem Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora