En las calles oscuras de Londres, por allá por el siglo XIV, se paseaba una figura masculina de delicados rasgos con un cigarrillo en la mano, era lo que decían los rumores. Cuando el trabajo de mensajero de Fred Porlock buscando personas en busca d...
Advertencia: Violencia, sangre, mención de drogas, abuso sexual (no explícito, solo mención) abuso psicológico.
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Perspectiva de Adeline
"¿Cuanto tiempo ha pasado? ¿Que pasó?"
Siento que mi cabeza quiere estallar pero mi cuerpo es tan ligero como una pluma, como si estuviera en las nubes.
Intento sentarme... Y no puedo.
Intento e intento, pero no puedo. Simplemente no puedo moverme.
Muevo mis ojos los cuales se sienten resecos, pero mis manos o pies no están atadas.
¿Por qué no puedo sentarme?
Una desesperación comienza a cegarme.
Adeline, vamos, vamos. Tu puedes.
Lo intento y no... Tampoco pude.
Del miedo solo quiero llorar.
No soy capaz de mover mi cuerpo. ¿Que me hicieron?
Opté por girar mis ojos alrededor de la habitación y juro que mi corazón se congeló en mi caja torácica cuando me doy cuenta de donde estoy.
Es mi casa, y no, no es donde estaba con los Moriarty. Es mi verdadera casa.
Un chirrido suena cuando la puerta fue medio abierta.
Ese sonido jamás lo voy a olvidar en mi vida.
Es como si estuviera en un libro de terror.
- Veo que mi linda muñeca despertó - Comentó la voz más horripilante que he escuchado en mi vida.
Solo asomó su cabeza y eso bastó para darme un sentimiento de incomodidad.
- D-d... Deja.. me ir - Fue lo único que pude articular. Mi lengua está adormecida.
Robert cerró la puerta y caminó a paso lento hacia la cama. Era casi como si disfrutara de esto. Uno de sus fetiches.
- Oh, querida. Te estuve esperando por tanto tiempo. Realmente me sentí preocupado de lo que te podría hacer el exterior - Se sienta pasando una pierna por encima de la otra - En realidad esta casa estuvo apagada sin tu chispa.
Una lágrima se desliza por mi mejilla.
Este hombre es mi trauma más grande. Mientras viva yo no seré libre, jamás.
