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Es domingo por la noche, el sol ha descendido y un gigantesco grupo de nubes llega anunciando el inicio de la época nevada.

Mientras el resto de reclusos ya se encuentra en sus respectivas celdas, listos para dormir puesto que no hay más que puedan hacer hasta el día siguiente, un hombre algo mayor camina sigiloso por el cuarto de vigilancia, viendo a los inconscientes encargados de dicha área antes de desconectar las grabaciones y apagar las cámaras.

Ah, redención.

Cuántos años había esperado para tenerla.

Fred cierra el cuarto con llave y se dirige al complejo donde el equipo lo espera, saludando a colegas que se topa en el camino llega hasta la entrada, mostrando su credencial y señalando su reloj.

“Joder ¿ya son las nueve? El día pasó volando, toma” dice entregándole la tarjeta de acceso “Suerte con el turno” y sin más, desaparece por el pasillo, dejándolo completamente solo.

Mira fijamente su reloj, las manecillas cada vez más cerca de la hora justa acordada.

Abre la puerta en silencio, uno a uno liberando a los chicos, pasando de Phil y Missa a Pac y Fit, seguido de Foolish y por último… el anciano. El mayor que lo ve a la cara como hacía muchos años no lo hacía y no puede evitar sentir nostalgia al ver el maduro rostro contrario, las líneas de expresión, canas y pequeñas pecas en su naríz.

“Ha pasado tiempo” habla al fin, para sorpresa de Fred quien se mantiene callado.

“Tenemos que irnos antes de que alguien lo note” interrumpe Philza por lo bajo, avanzando a la salida con el resto.

Cruzan de prisa los pasillos, cada uno luciendo exactamente igual al anterior como un maldito laberinto, sus pasos resuenan en un casi imperceptible eco que acompaña los latidos desbocados de cada uno, estaban nerviosos.

No.

Estaban muertos del miedo.

Y es que no todos los días tenían que enfrentarse a un maldito fantasma.

El guardia se adelanta, abriendo la última puerta dando paso al frío viento del exterior y casi quiere llorar.

Justo como aquél día.

“Rápido todos, salgan” el rubio les guía.

Cruzan el patio, algunos árboles e incluso la covacha de limpieza donde hacía unas semanas había empezado todo, lentamente se acercan al muro que indica el final de la prisión pero no es exactamente allí a dónde se dirigen sino al jardín.

El jardín de rosas.

Fit y Pac con previas indicaciones del rubio comienzan a sacar algunos objetos que el hombre les ha pedido, por su parte Missa mantiene oculto el libro junto a Foolish resguardados bajo un árbol. Phil se acerca al lugar donde las rosas florecen, con la ayuda del abuelo arrancando de raíz todo un rosal, justo el que se encuentra en el medio.

“Aún no entiendo para que es todo esto” habla el mayor, claramente confundido, puesto que todos le han estado dando órdenes sin siquiera haberle contado el plan.

“Ya lo verá, solo tenga paciencia”

La pareja de esposos intercambian miradas cómplices, nerviosos pero firmes a la idea de que había cosas que era mejor que él nunca supiese.

“De igual forma, agradezco su ayuda” responde, de mala forma pero la intención es lo que cuenta.

Cómo que tenía razón al seguir pensando que el alma de su joven amado permanecía en este mundo por él. Que si bien era cierto, las razones eran completamente diferentes, ya que había sido aquel chico el que decidió aferrarse a él.

Unchained Melody || GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora