십일: «Regreso»

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Por las mañanitas el cielo estaba de color durazno con degradado de color naranja; sin embargo, el color durazno resaltaba en todo esplendor. Empezaba el nuevo semestre en la carrera de diseño de interiores.

Jimin se había levantado a las cinco de la mañana para prepararse y preparar el bolso café de Byul-Jie, ahora mismo estaba haciéndolo metiendo un biberón con agua y una tacita con tapa donde estaba su leche en polvo, toallas húmedas, una muda de ropa por accidentes, una manta de color púrpura; por último su oso de peluche.

El pequeño estaba bien dormido en su cuna con su pijama de enterizo de color amarillo, como los pollitos que colgaban en la cuna para entretenerlo. Yoongi se lavaba los dientes en el lavamanos del baño y con la luz apagada de la habitación para no despertar a su hijo, preparándose para trabajar.

Cuando estuvo bien arreglado mirándose al espejo, Jimin entró a la habitación sonriendo al ver a Yoongi de espaldas, se acercó sigilosamente hasta rodear sus brazos pequeños con el cuerpo de su esposo.

-¿Por qué tan guapo señor Min?- exclamó con la voz amortiguada por la espalda larga.

-Es para impresionar a un chico bello de cabellos rubios y ojos celestes como el cielo- se dio la vuelta ahora rodeando de brazos a Jimin rio suavemente colocando sus ojos como rendijas, un eyes smile tan encantador-... Con una sonrisa tan linda.

-Gi... - pronunció ente sus labios suavemente con un tono suave que le endulzaba el oído a Yoongi.

-Hazlo de nuevo, me fascinas- acercó su rostro provocando que sus narices de botón se tocaran levemente, Jimin volvió a recrear esa dulce sonrisa con sus mejillas sonrojadas.

-Gigi- solo faltó eso para juntar sus labios suavemente, saboreando sus labios gorditos y rosados, Jimin coloco las manos en sus omóplatos apretando la camisa cuando Yoongi le hizo abrir más la boca para que su lengua explorara su interior.

Yoongi se sentía en las nubes con el sabor dulce de sus labios esponjosos, su lenguas se tocaron y entrelazaron entre sí provocando que el mayor tomara los muslos gruesos de su esposo y levantarlo escuchando un jadeo sorpresivo de él; sin embargo, no rompió el contacto, sus labios solo se movían suavemente hasta ladear sus cabezas para profundizar el beso. Jimin subió sus manos hasta llegar al cuello de su esposo acariciando la extensión del lugar.

Un quejido más un llanto los detuvo, Jimin fue bajado respirando erráticamente con sus mejillas sonrojadas y labios brillosos más que el gloss que utilizaba. Yoongi estaba igual solo que lo rojo se le notaba más por su piel blanquecina.

-Byul-Jie, que oportuno- exclamó el azabache.

El bebé tenía sus ojos llorosos con un pucherito en sus labios cuando fue tomado por Jimin.

-Buenos días al bebé más lindo del planeta- le empezó a dar varios besitos a sus mejillas y hacerle cosquillas en su pancita el punto débil de los Min.

Las risas del pequeño Byul llenan de regocijo el corazón de sus padres, felices por el retoño que han engendrado con mucho amor.

-Son las seis de la mañana es hora del baño Byul, oleras rico- dejó el último beso en su cabecita.

Yoongi arreglo la cama para ir a la sala y preparar el desayuno para los dos, porque Byul comía un Gerber en la mañana.

Jimin estaba en el baño con la bañera de Byul, el bebé estaba entretenido con los patitos del agua los apretaba creando un pitido mientras que le lavaban los cabellos con el shampoo de bebé. Lo cubrió con la toalla colocándole el gorrito con orejas que tenía yendo a la habitación y colocarlo en el cambiador.

-Te pondré guapo para ir a la Universidad, Byul- el bebé balbuceo moviendo sus pies en el aire mostrando sus nalgitas cubiertas por un pañal de figuras de animales con olor a manzanilla. Jimin buscaba un enterizo de los tanto que tenía su hijo y que le compraba sus abuelos. Encontró el elegido de color menta con rayas blancas, se lo colocó a su hijo luego de secarlo y ponerle crema para que su piel no se roce por la fricción.

Yoongi tocó la puerta abierta esperando e el umbral de la habitación.

-Tock, tock, ¿los señoritos Min ya están listos?- dice cómicamente causando risas en Jimin, Byul chillo extendiendo sus brazos al ver a su papá pato- el desayuno esta listo.

-Ya estamos listos señor Min- le siguió la corriente tomando a byul en sus brazos y caminar hacia su esposo.

-Que alivio Señor Min, creí que se iban a tardar como un siglo- Jimin hizo un puchero.

-No es cierto, no mientas Yoongi- dijo tiernamente. El azabache se rio al ver que su esposo había caído, sabía que Jimin se molestaba cada vez que hablaban sobre su tiempo en alistarse para salir a cualquier lado.

-Ven con papá, Byul- el bebé sonrió mostrando sus dientes en crecimiento viéndose tan lindo. Jimin se cruzó de brazos todavía molesto pero, sus mejillas no dejaban que se veía super enojado- no te enojes cariño, sabes que por más tiempo te dilates hace que me quede maravillado por tu hermosura, aunque no necesites verte lindo con maquillaje y ropa elegante porque sin eso sigues siendo el chico más lindo, hermoso de mi corazón y no del planeta porque soy celoso- Jimin sonrió lentamente descruzando los brazos. Cada palabra de Yoongi pronunciaba lo derretía como mantequilla en aceite caliente.

Al llegar a la Universidad se bajo del automóvil de su esposo luego de darle una linda despedida, Byul estaba en el trasportín de color durazno mirando alrededor con su mordedor en manos. Como Jimin pensó todos los estudiantes pusieron sus ojos en ellos mientras caminaba con seguridad y rostro serio, totalmente opuesto a Byul-Jie que sonreía a todos mostrando sus encías rositas con pequeños dientitos en crecimiento.

Todos se morían por el bebé tan lindo del planeta Tierra.

-¡Jiminie!- Taehyung apareció alzando su brazo, Jimin relajo su mirada deteniéndose en los pasillos de la universidad- Oh, trajiste al pequeño Byul, hola pequeñín- le pellizco la mejilla obteniendo un bufido del bebé que hacía un puchero con cejas fruncidas.

Oh, Oh, el pequeño no deseaba que nadie le tocara las mejillas por ahora.

Jimin se rio al ver la expresión herida de Taehyung por el rechazo del diablillo adorable.

-Estoy herido- tocó su pecho- Jimin dile a Byul que me de la medicina que es una sonrisita con dientitos- Jimin seguía riéndose.

-No seas payaso Tae, vamos al aula.

-Déjame sostenerlo, me moriría de verdad si no lo hago ahorita- Jimin rodo los ojos dándole el trasportín.

Tae sonrió feliz por su capricho cumplido.

El bebé miraba curioso el lugar sintiendo que estaban en un lugar que conocía muy bien pero, que no recordaba totalmente, suspiro haciendo de nuevo un puchero mirando su mordedor de color llamativo, se removió del lugar en que estaba mordiendo el objeto que calmaba la picazón de sus dientes.

Había sido puesto en la mesa mirando a un señor de barba gris señalando con un dispositivo negro la pantalla grande enfrente, eso no le interesó a él sino al punto rojo que había en la pantalla siendo movido varias veces por el señor barbudo cada vez que movía el brazo con el dispositivo negro en manos; elevó sus brazos gorditos queriendo alcanzar el punto rojo, sus ojos brillaban y su boca estaba entreabierta fascinado por la cosa nueva que había descubierto.

Jimin abrió el bolso café de su hijo tomando el biberón con agua. Byul cerró sus ojos lentamente cuando succionaba de la manila tocando el biberón rojo.

Su papá Mimi quería verlo dormido y lo hizo. Se fue al país de los sueños.

Jimin acarició el cabello de su hijo guardando luego el biberón.

-Pst- llamó Tae- el viejo queda viendo hacia acá exactamente a Byul.

-Que mire que no está interrumpiendo la clase- se encogió de hombros. El decano tenía un aura muy problemática que no le gusto para nada a Jimin.



















안기에.


윤민: Un bebé en la universidad. ym.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora