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Rayne Senpai.

Ayer vi que pasaste por mi salón, apenas contuve la emoción.

Te veías muy lindo, te asomabas con cuidado como una suricata.

Mi pobre corazón de pollo casi muere por tanta ternura.

Te prepare otra vez unas galletas, pero ésta vez de limón. Ojalá que te gusten.

Te deje una sorpresa en el salón de música.

Con cariño, D~

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PD: Gracias por las gomitas con formas de conejo, de ahora en adelante, son mis favoritas.

El bicolor no pudo evitar curvar sus labios, no se notaba pero ahí estaba, una imperceptible sonrisa, al leer el final de la carta, era como ver a un niño pequeño.

Guardó todo y apresuró el pasó hacia el salón de música, al parecer estaba vacío. Entro, sigilosamente, reviso cada rincón del lugar.

Noto que en el piano había algo diferente, había círculos con números en algunas teclas. Tocó en orden las teclas, la melodía producida le recordaba a algo, en su cabeza estaba el recuerdo de haberla escuchado alguna vez.

Mientras pensaba escucho como la puerta del salón era abierta, miro en esa dirección y únicamente vio una mano dejar una gardenia atada a un papelito.

Sin pensarlo dos veces corrió para saber de quién era esa mano, la figura estaba encapuchada. Llegaron al final del pasillo y antes de que el extraño pudiera poner un pie en las escaleras fue detenido por Rayne, quién lo sostenía del antebrazo. Quitó la capucha. Un largo y rubio cabello apareció.

Miro la cara del extraño, era un hombre. Las cejas estaban bien marcadas, sus líneas faciales lo hacían ver muy masculino, además era un poco más alto que él.

—Qué...

Antes de que pudiera terminar su oración el chico se libro del agarre y bajo corriendo por las escaleras. Rayne volvió al salón de música y recogió la flor junto con el papel.

«Él es mi ex-novio, ahora amigo de toda la vida».

—¿Y qué se supone que haga con esta información?

—Tal vez, seguir al chico o ver más seguido a su grupo de amigos.

—¡Maldición, no hagas eso!—- Delisaster miraba sonriente a su amigo, este último se fruncía el ceño debido a la sorpresa.

—Que exagerado —bufó—, por cierto mientras tú estabas haciendo tu persecución de FBI, yo investigue el salón. Encontré un papel debajo de la silla del piano— Se lo extendió a Rayne, que lo miró con cautela. Cómo si esperara que Delisaster hiciera alguna de sus típicas bromas de mal gusto.

«El comienzo de esta melodía es especial para mí, es la canción que tocabas el día que te conocí».

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¡Delisaster ayudando a su hermanito! Hice diminutos cambios para que se adapte más al personaje, no se ustedes pero imagino a Delisaster como el amigo que te juega malísimas bromas a cada rato.

Super ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora