cap 83

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Álvaro, realmente te odio

"Bien", respondió Álvaro. ¿Cómo podía evitar reírse? Él la abrazó con fuerza,
bajó la cabeza y besó apasionadamente sus tentadores labios.
Ángela se deslizaba lentamente sobre el sofá; antes de darse cuenta de qué
estaba sucediendo. El deseo de Álvaro aumentaba cada vez más. De repente,
Ángela detuvo sus atrevidas manos, estaba avergonzada y sonrojada. "No..."
dijo ella. "Disfruta los fideos".
Recordó a Madina. Ángela ya sabía cuales eran las intenciones de Álvaro con
solo observar sus acciones. Había algo muy seductor en la manera que él se
inclinaba sobre ella mordiéndose el labio inferior, sabía con claridad y
exactitud lo que Álvaro quería hacer, pero ella no se atrevía... Después de
todo, técnicamente él no era su novio.
"Mmm", respondió él en voz baja. Sostuvo las manos pequeñas de Ángela
con fuerza tratando de aliviar su excitación, Ángela sintió dolor en las manos,
pero estaba tranquila; su enojo había desaparecido a causa del dolor.
Después de un rato, ella lo escuchó decir con voz ronca, "Ángela, no te
enamores de mí..."
Ángela se puso tensa. "¿Por qué?"
"Me temo que no podría darte la vida que esperas", aunque a pesar creer esto,
él quería intentarlo.
Ella estaba a un costado de su cuerpo, lo miró y le preguntó: "¿Pero tú sabes
realmente yo qué quiero?".
Ella estaba segura de que Taina tenía razón; Álvaro estaba enamorado de
alguien, pero... Ese alguien no era ella.
Álvaro guardó silencio. Se levantó del sofá y ayudó a Ángela a ponerse de
pie. "Lo que tú quieras, haré todo lo posible para concedértelo"."..." Ángela le dio un fuerte golpe en el hombro. "Eres tan molesto Álvaro.
¡Te odio! ¡Bastardo!".
¿Por qué le pidió que no se enamorara de él? ¿Por qué estaba a cargo de todo,
incluso de su corazón? ¿Y si ella ya estaba enamorada de él?
Los ojos de Álvaro se conmovieron al verla. Él sostuvo sus manos con
firmeza y con su pulgar acariciaba sus dedos con ternura. "Sí, soy un molesto
bastardo".
¿Esto es verdad? Él sabía que el futuro podría ser difícil, pero no podía evitar
abrazarla a medida que se acercaba.
Ángela apartó sus manos y suspiró profundamente, tratando de aclarar sus
pensamientos, intentaba cubrir su tristeza con orgullo. "Mmm". Ala grande,
¡Eres tan egocéntrico! ¡Tengo muchos admiradores! ¡Y tú estás fuera de mi
lista!
Ella pensó que había ocultado bien sus sentimientos. .. Pero estaba
equivocada, la armadura que había usado para esconderse tenía demasiadas
grietas, y una por una, Álvaro abrió cada grieta, dejando al descubierto la
profunda tristeza que había intentado ocultar.
Su pequeña chica era tan linda y adorable.
"Bueno, sí", admitió, "como tienes una cara bonita, apuesto a que debe haber
muchos hombres persiguiéndote". La primera mitad de la frase estaba llena
de ternura, pero su voz sonaba cada vez más infeliz al decir la segunda mitad
de la oración.
El aire se llenó de alegría en el apartamento debido a este tema.
Cuando Ángela lo escuchó decir estas cosas, se volvió más arrogante. "Por
supuesto, cuando estaba en la escuela, había muchos chicos persiguiéndome,
pero todos se asustaron por mi puño". "Jaja".
La chica recordó la forma en que había tratado a sus enamorados y se echó areír.
Álvaro acarició su cabeza, su miraba estaba llena de ternura.
A causa de las tonterías que dijo, Ángela había olvidado los fideos de
cumpleaños; solo lo recordó cuando lo vio caminar hacia la mesa del
comedor.
Los fideos ya estaban fríos, corrió rápidamente hasta la mesa del comedor y
antes que Álvaro llegara, llevó el tazón a la cocina, mientras decía: "Aquí no
hay nada".
Los fideos de cumpleaños no tenían buen sabor cuando se enfriaban, y
calentarlos no mejoraba su sabor. Para que Álvaro no pensara que los fideos
que ella cocinaba tenían mal sabor, prefirió esconderlos en algún lugar, pero
Álvaro ya había visto los fideos de cumpleaños con anterioridad.
Álvaro negó con la cabeza, suspiró y tomó el plato de sus manos, volvió a la
mesa del comedor, retiró la envoltura del plato y comenzó a comer los fideos.
"No, están fríos"... Era demasiado tarde, Álvaro comió un gran bocado de
fideos, sin mostrar ninguna reacción; en su lugar, asintió y dijo: "Tus
habilidades culinarias son como las de cualquier cocinero de televisión".
¿Qué estaba tramando? ¿Él la estaba felicitando?
Ángela sonrió ansiosamente. "Sé que los fideos que cociné están deliciosos,
¡pero tal vez deberíamos calentarlos primero!".
Después de terminar el segundo bocado de fideos, Álvaro miró a Ángela, y
ella entendió lo que trataba de decir, el viejo acuerdo: no se habla durante las
comidas. Ella se rió con satisfacción.
Álvaro continuó disfrutando los fideos de cumpleaños, Ángela se sentó a su
lado, mientras se apoyaba sobre su barbilla. Deseaba fotografiar este
momento para poder hacerlo inolvidable. ¡Álvaro estaba disfrutando de sus
fideos! ¡Qué alegría!'No le extrañaba que fuera un príncipe en el corazón de todos, ¡era tan
encantador, incluso en la mesa del comedor!'. ¡Nunca se cansaría de verlo
así! Cada movimiento que hacía era increíble. ¿Cómo era posible que Álvaro
fuera tan atractivo y elegante?
Poco después, Álvaro había terminado todo el plato.
Ángela le extendió unas servilletas. "¡Aquí tienes, Sr. Gu!"
El hombre sonrió profundamente, y de repente quiso divertirse con ella.
"¿Qué tal si lo haces por mí?"
"¿Qué?"
El hombre movió ligeramente su bonita boca, indicándole que la limpiara.
Ángela entendió lo que quiso decir, ella miró a Álvaro, y fingió estar enojada.
"¡Tú, ala grande! Cómo te atreves". Está bien, ¡quieres que te limpie la boca,
te voy a mostrar!.
Mientras decía esto, ella movió su cuerpo hacia él. Todo se sentía muy
tranquilo y natural.
Ángela podía ser la típica mujer mala si quisiera, pero también podía ser
tierna. Tomó algunas servilletas y limpió la boca de Álvaro muy suavemente,
era la primera vez que hacía esto; tenía miedo de estropear la encantadora
mirada de Álvaro.
Ángela actuó tan suavemente que su corazón y sus nervios fueron tentados...
Estaba tan concentrada, que no se dio cuenta del cambio físico del hombre.
¿Están sus labios limpios o no? Ángela se acercó un poco más a él, tenía los
ojos bien abiertos. Ella continuó limpiando su boca hasta que estuvo bien
limpia, de lo contrario, ¡el odioso monstruo la aborrecería!.
De repente, su mano fue tomada por el hombre; fue en ese momento que
Ángela se dio cuenta de que esto era lo más cercano e íntimo que habíanestado.
Con voz ronca, la cual desmentía su apremiante impulso, le dijo: "¿Estás
segura que estás limpiando mi boca?".
Estaba segura, así que asintió con firmeza, y sacudió suavemente las
servilletas que tenía en su mano mientras afirmaba.
Álvaro se acercó a sus oídos. "Pero, ¿Por qué siento que estas...
seduciéndome?" De no ser así, ¿cómo era posible qué él sintiera algo por
ella?
¿Seduciéndolo? ¡Vaya, eso no es cierto!.
Su cara se sonrojó. Ángela bajó una mano con la intención de ahuyentar la
idea de la seducción, entonces le secó la boca con la servilleta.
Álvaro la sujetó de la muñeca sin ninguna precaución, esto hizo que Ángela
cayera al instante sentada sobre sus piernas.
Para protegerse de la vergüenza, Ángela dijo con voz insistente: "Tú... Tú...
¡Hiciste esto a propósito!"
"Sí", bromeó. "¡Lo hice!"
Ángela no esperaba que él admitiría su crimen de una manera tan franca, no
sabía cómo reaccionar.
"Angie". Cuando dijo su nombre de esa manera, sonaba como una tierna
canción de cuna.
Ángela al escuchar esto, encendió su pasión nuevamente. Desechó las
servilletas en el bote de basura y tiró de su cuello hacia ella con las manos.
"Ala grande, dí mi nombre... !"
Álvaro la miró y sonrió al instante. "Angie".
"Oh, Dios mío", ella se rió. "La forma en que dices mi nombre... ¡Suenagrandioso!" ¡Ángela estaba totalmente inmersa en su hermosa voz y comenzó
a hablar sin pensar!
Álvaro sonrió, puso sus manos en su cintura, y le dio una respuesta médica:
"Tú eres la única persona que tiene esta enfermedad en el mundo".

Enamorada del doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora