cap 95

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Aprovecha la oportunidad

Una ligera agitación cruzó la cara de Simón cuando vio a Álvaro actuar con
ternura ante Ángela. ¿De verdad era Álvaro? ¿Cómo podía ser posible? ¡Él
siempre había sido indiferente y frío! Nunca había sido amoroso y tierno, ni
siquiera con Raquel...
Las emociones de Ángela fueron controladas bajo el hechizo de Álvaro. Ella
caminó hacia Simón con lágrimas en los ojos, "¿Puedes quedarte aquí para
cuidar a Nancy?"
A Nancy le gustaba Simón, y la haría muy feliz si al despertarse lo veía.
Simón, sin embargo, permaneció en silencio. Lo habían sorprendido actuando
de manera que él no esperaba, así que respondió después de un rato, "Ella...
He informado a Galo. "
Él no creía que Nancy quisiera verlo, así que le había pedido a Galo que fuera
a cuidarla.
Ángela lo miró disgustada, Él no podía entender por qué sus ojos ardían de
furia.
De acuerdo, si ella no podía persuadirlo, ¡Álvaro lo haría!
Ángela se arrojó a los brazos de Álvaro y le habló suave y tiernamente. "Ala
Grande, no puedo convencer al Sr. Su. ¿Puedes ayudarme a...?"
Simón Su se quedó sin habla.
Las cálidas notas de su voz derritieron el corazón de Álvaro, quien volteó a
ver a Simón. "Galo se encuentra en la Ciudad D en este momento, y no
regresará al menos hasta mañana por la mañana. Nancy necesita a alguien
que la cuide esta noche".
"Pero yo... eh...""Aprovecha la oportunidad", dijo Álvaro resueltamente.
...
Álvaro finalmente logró persuadir a Simón.
Álvaro y Ángela dejaron la habitación mientras Simón optaba por quedarse.
Llegó el amanecer, y Simón no había dormido. Nancy atraía toda su atención.
No fue hasta que Ximena le llevó el desayuno que se tomó un descanso y se
levantó para darse un regaderazo en el baño.
Ximena puso el desayuno sobre la mesa y chequeó los signos vitales de
Nancy. Seguía inconsciente. Ella había oído que Nancy y Ángela habían
resultado heridas la noche anterior. Los rumores habían corrido a través del
Departamento VVIP, pero ella no los creyó sino hasta que lo vio por sí
misma.
Pero la pregunta seguía siendo, ¿dónde estaba Ángela? ¡No la veía por
ningún lado!
Entonces se dedicó a cambiar el goteo intravenoso de Nancy. Cuando Simón
salió del baño, sus ojos estaban rojos y parecían cansados.
Ximena lo vio, el arma alrededor de su cinturón, la insignia reluciente, el
uniforme robusto ... ¡Era tan guapo!
Simón notó el interés de Ximena, pero estaba demasiado agotado para
entretener sus traviesas emociones. Con una cara seria le preguntó: "¿Hay
algo más que debas hacer aquí?"
Ximena, conteniéndose, hizo como que ya había terminado y salió de la
habitación.
En algún momento por la mañana, Nancy abrió lentamente los ojos.
"Agua...", pidió.Miró el techo y le pareció familiar. '¿Dónde lo he visto antes?', pensó
distraídamente.
Pronto, escuchó a alguien derramar agua de una jarra para ella, y un hombre
apareció ante su vista.
Sin embargo... Nancy era tan miope que no podía reconocer al hombre que
estaba delante de ella sin sus gafas.
Simón sumergió el hisopo en el vaso de agua y lo pasó por los labios
separados de Nancy para humedecerlos.
Sus ojos se veían hermosos y limpios sin gafas.
Ella tenía sed, así que se lamió los labios y graznó: "Quiero beber agua..."
"No debes beber mucha agua después de la operación". ¡Era la voz de Simón!
Nancy no podía creerlo!
¿O no lo era?
"Simón", intentó decir con voz ronca y tímida.
Él asintió. No supo qué decir cuando estuvo frente a Nancy. Él había resuelto
hacer todo lo posible para cuidarla, y Nancy estaba tan emocionada que casi
gritó. ¡Simón estaba cuidando de ella! ¡Nunca pensó que eso podría suceder
en todos sus años de vida!
Las lágrimas en los ojos de Nancy lo conmovieron, y experimentó una
punzada de tristeza por ella. Dejó el vaso a un lado y dijo con preocupación:
"¿Te sientes incómoda? Llamaré al médico".
"No. No..." Nancy negó con la cabeza y preguntó: "¿Dónde están mis
anteojos..."
Deseaba asegurarse de que lo que pasaba no fuera sólo una ilusión.
Ella vería todo claramente una vez que usara sus lentes.Se llevó las gafas a la nariz y toda duda desapareció. Era Simón quien estaba
de pie junto a la cama. Ella le sonrió y le preguntó: "Tú ... ¿Por qué estás
aquí? Ángela también resultó herida, ¿verdad? ¿Dónde está ella? ¿Cómo
está?"
"Ella está bien. Álvaro ya la ha llevado a su casa, y yo le he informado a tu
hermano. Él llegará en cualquier momento".
"Bien... ¿Te lastimaron?", preguntó con inquietud, temiendo por tener la
respuesta.
Todo estaba tranquilo en la sala. El cambio de enfermeras había comenzado
con el comienzo de un nuevo turno, y ahora todos permanecerían inactivos
por un tiempo. Simón miró a Nancy seriamente.
"No estoy herido", murmuró. Luego se disculpó: "Siendo un policía, no te
protegí. Te decepcioné por el incumplimiento de deber. Lo siento mucho."
Simón lamentó lo que les había sucedido a ambas mujeres, pero
especialmente verla a ella con esa horrible herida lo llenó de culpa y horror.
Nancy negó con la cabeza. Sabía lo que había pasado. Para protegerla, Simón
había enfrentado a docenas de sinvergüenzas, y todos ellos agitando sus
cuchillos. Fue peligroso. "Tú y Ángela son la razón por la que todavía esté
vivo. Debo agradecerte".
Si él no hubiera estado allí, ella habría sido descuartizada viva, pero Simón la
rescató.
"Tu... ¿Dónde está tu novio?"
"¿Qué?" Nancy nunca pensó que Simón haría esa pregunta.
¿Qué novio?
Él preguntó: "¿Por qué tu novio no mandó a alguien a protegerte?"
La relación de Nancy con su familia era un poco tensa, no solo con suhermana Gracia. A excepción de Galo, quien siempre se había mostrado
confiable e ingenioso, por lo que Simón pensó que era prudente informarle
únicamente a él de los acontecimientos que habían tenido lugar.
"¡No tengo novio!", Nancy refutó al instante. Tenía miedo de que él la
malinterpretara.
¿Cómo podría él pensar que tenía un novio? Nunca lo había tenido.
No obstante, él sí se había conseguido una novia, Gracia, a quien tanto
odiaba.
Simón puso cara de confusión cuando escuchó su respuesta. Estaba a punto
de decir algo cuando alguien abrió la puerta y entró, "Nancy, ¿cómo estás?
¡Qué te ha pasado!"
Era Galo.
Se había apurado tanto a llegar ahí desde la Ciudad D.
"Hermano". Nancy quiso sentarse cuando lo vio, pero su rostro se torció y
tocó la herida en su estómago. El dolor era insoportable.
Galo estaba por acercarse a su hermana para consolarla, pero Simón fue más
rápido y llegó primero a ella. Se aseguró de que ella se recostara derecha para
que su cabeza se relajara sobre la almohada.
"Simón, ¿qué haces aquí? Pensé que te habías ido anoche."
Simón ocultó todas sus emociones. "Me voy ahora".
La cara de Nancy se torció de nuevo, no por dolor esta vez, sino por genuino
temor de que Simón se fuera, pero no podía pedirle que se quedara, no
mientras Galo estuviera allí, así que sólo dijo: "Simón... gracias."
Él asintió y se puso su abrigo. "Bueno, que descanses". Si ella quería verlo, él
volvería, pero sólo para verla a ella."¡Espera!" Galo lo detuvo cuando, apresurado, casi había llegado a la puerta.
Simón se dio la vuelta.
Galo le susurró algo a Nancy y llamó a una enfermera para que entrara.
Cuando esta llegó, Galo sacó a Simón de la sala.
Comenzaron a caminar hacia el consultorio del médico y Galo preguntó:
"¿Qué le pasó a mi hermana?".
Simón le contó cada detalle de lo ocurrido la noche anterior, y cuando
terminó, dijo: "Ahora, todos esos bastardos están encerrados, así que ya lo
ves, si anoche, Álvaro no hubiera venido para recusar a Nancy y no se
hubiera enfrentado a esos dos hombres, las consecuencias habrían sido
desastrosas".

Enamorada del doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora