cap 87

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No quiero prepararme para el examen de. posgrado

Ángela estaba muy feliz de escuchar su nombre, envolvió sus brazos
alrededor de su cuello de manera encantadora. "Di mi nombre otra vez".
Álvaro tenía la mágica habilidad de doblegarla en su voluntad con tan solo
tocarla, la abrazó por la cintura suavemente. "¡Ángela, pequeña!"
"Sí..." Su amor era tan entrañable que se alimentaba con ansías de pequeñas
cosas.
Su susurro despertó de inmediato su deseo.
Esta vez, la besó apasionadamente...
Él dio vuelta a su cuerpo, quedando sobre ella.
"Álvaro..." Ella sintió su inquebrantable deseo, con voz temblorosa lo llamó
por su nombre, el sonido de su voz le quitó la razón.
El tiempo se detuvo, ninguno de los dos podía decir cuánto tiempo estuvieron
unidos. Ángela estaba a punto de caer exhausta, parecía que habían pasado
horas desde que Álvaro llamó su nombre la primera vez. Repentinamente,
Álvaro se levantó y fue directamente al baño.
Ángela estaba confundida.
'Dios mío... '
Ángela tocó su rostro caluroso, se puso ropa interior, salió de la cama y
corrió hacia el guardarropa para vestirse.
Después de eso, Ángela fue hasta la puerta del baño y escuchó el sonido de la
ducha.'Qué demonios', pensó. '¡Álvaro es más meticuloso que mi papá! Está
obsesionado con la limpieza.'
Abrió un poco la puerta e intentó tomar sus productos de higiene personal,
entró evitando hacer ruido, pasó por un lado de la cortina de baño y como era
tan descuidada dejó caer una botella al suelo...
El agua de la ducha se cerró de inmediato, ¡Esto hizo que tuviese miedo de
decir una palabra! Si Álvaro la encontraba en el cuarto de baño, ¡No tendría
explicación para ello!
Afortunadamente, el agua de la ducha comenzó a caer de nuevo. Ángela se
sintió aliviada, recogió la botella del limpiador facial, pero cuando levantó la
vista para buscar el cepillo de dientes, "¡OH, MI DIOS!"
Ángela tiró el limpiador facial nuevamente, el cual fue detenido antes de caer.
"Al... Al... Al..." Ángela se detuvo por un momento y miró a Álvaro muy
sorprendida: "¡Álvaro! Tú... Tú... ¿Por qué estás desnudo? Al... ¡Álvaro!
¡Eres un pervertido!"
Álvaro la miró confundido. "¿Llevas ropa cuando te estás bañando?"
Al oír esto, Ángela negó con la cabeza.
"Dios mío... No... ¡No! ¡Ese no es el punto!" El punto era... Dios mío... Que
ella vio algo que no debería haber visto.
"¡Pervertido!" Ángela recogió el limpiador y los otros productos lo más
rápido posible y salió corriendo del baño. Finalmente cuando cerró la puerta,
sintió una profunda sensación de alivio
...
El desayuno estaba listo. Álvaro se sentó en la mesa y esperó a Ángela
durante unos diez minutos, pero ella no llegaba.
Molesto por su retraso, dejó el iPad sobre la mesa, se levantó y fue aldormitorio.
En el dormitorio, Ángela estaba sentada en tocador, aplicándose en círculos
una crema sobre sus mejillas.
"¡Ángela!"
"Oh... ¿Sí?" Ángela miró distraída, y tiró la crema...
Desafortunadamente, la crema cayó en... la cama de Álvaro
manchando la sábana negra y la colcha.
"¡Oh Dios mío... ¡Mi crema!" "¡Es mi preferida!" Ángela se apresuró a
recoger la crema que había caído en la cama, tratando de reducir el daño, pero
fue inútil. La crema que recogió no era suficiente para la mitad de su cara.
Álvaro miró el desorden sin palabras.
Ángela finalmente se dio cuenta de que estaba en problemas al ver su rostro.
Corrió al tocador y trajo algunos pañuelos, frotó las sábanas de la cama
tratando de limpiarlas.
Álvaro le quitó los pañuelos de las manos, su expresión era más tranquila.
"No necesitas hacer esto, déjalo para el ama de llaves, ella lo limpiará".
"Pero..." Ella miró el desorden, el colchón estaba empapado, se sentiría mal si
no intentaba limpiarlo.
"¡Vamos a desayunar!" Álvaro tiró los pañuelos y haló sus manos, pero ella
estaba aferrada a su lugar.
"No, ¡No he terminado de arreglar esto todavía!" Ella trató de escapar.
Álvaro levantó su barbilla y miró su hermoso rostro: "Créeme, ¡No hay
problema!"Ángela bajó la cabeza, movió los dedos y respondió tímidamente: "tengo un
grano en mi cara, tuve que taparlo..."
"No debes cubrirlo, de lo contrario, se hará más grande". "Cuando lleguemos
al hospital, le pediré a Conrado que te envíe un poco de ungüento". Después
de eso, no dijo nada más y la llevó al comedor.
Ella tomó asiento y por primera vez se dio cuenta de que Álvaro llevaba la
camisa negra que le había comprado, se levantó de un salto con entusiasmo.
"¡Ala grande! Tú..."
Ella iba a decir algo, pero Álvaro la miró fijamente, Ángela era consciente de
lo que él quería decir. Entonces, ella susurró: "¡No hables mientras comes!"
Álvaro asintió con satisfacción y continuó desayunando.
Aunque a Ángela no se le permitía hablar mientras comía, no pudo evitar
hablar antes de terminar el desayuno.
Álvaro hizo caso omiso a su comportamiento y escuchó atentamente lo que
ella dijo, "Ala grande, mi pasantía casi termina, ¿Debo preparar para mi
examen de posgrado? ¿O volver al Hospital Privado Si?
Álvaro tragó su comida de un modo inapropiado y respondió: "Prepárate para
el examen".
"Pero no quiero prepararme para el examen de posgrado".
Álvaro no dijo nada.
"Quiero volver al Hospital Privado Si después de mi pasantía", Ángela soltó
nervioso su vaso con leche, y miró a Álvaro con expectativa.
Álvaro soltó una risa cruel. "Entonces, ¿Por qué lo preguntas? ¿Quieres
avergonzar a tu papá y a tu hermano?"
Ángela no respondió.Álvaro continuó: "Tu papá debe cuidar de tu madre, tu hermano debe cuidar a
su esposa e hijos. ¡Nadie va a preocuparse por ti!"
Ángela lo pensó, '¡Parecía que él tenía la razón!'
Álvaro se limpió los labios con una servilleta y dijo: "¡Por lo tanto, será
mejor que te quedes aquí y me dejes cuidar de ti!"
Ángela sonrió alegremente cuando escuchó sus palabras.
"Pero vas a postularte para el puesto de director", le recordó. "¡Vas a estar
muy ocupado! ¿Estás seguro de que no haré de tu vida un infierno?"
"No, estoy seguro de que mi vida será un infierno", respondió él sin dudar.
Ángela se quedó sin palabras. ¡Ella sabía que él diría eso! Entonces, ella
curvó sus labios con insatisfacción.
Cuando Álvaro terminó su desayuno, tiró la servilleta usada y dijo: "Puedes
quedarte en mi laboratorio, le pediré a alguien que te vigile. ¡No me mires!
¡Toma tu desayuno!"
Ángela era incapaz de decir algo, sintió que su garganta se secaba como el
desierto. Mordió una porción de su sándwich. "¿Hay algo en lo que pueda
ayudarte?"
"¿Cómo qué?"
"En tú campaña para el puesto de director, por ejemplo", dijo ella.
Álvaro no respondió nada y golpeó la mesa con su dedo medio e índice.
Cuando ella terminó su sándwich, Álvaro le dijo, "¡Sí! Ayudarme en la
campaña es algo que puedes hacer por mí...

Enamorada del doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora