cap 93

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Son diez millones de dólares.

Nancy se quedó boquiabierta al escuchar el nombre de Simón, tenía el
corazón en la garganta. Siguió el dedo de Ángela y vio a un hombre de
aspecto serio que llevaba un elegante uniforme negro, de esos que usan
exclusivamente los capitanes de policía armados, ¡era Simón!.
Él tenía un oído muy agudo, así que las escuchó enseguida, Ángela sabía que
Nancy estaba enamorada de él, así que se paró de puntitas y lo saludó con la
mano.
Simón las vio, se dio cuenta con quién estaba Ángela e inmediatamente miró
hacia otro lado, dejándolas como testigos de su patanería.
Nancy se sintió físicamente mal, sostuvo el brazo que agitaba Ángela y le
apretó el muslo, "Ángela, qué estás haciendo?", justo en ese momento, Simón
pareció cambiar de opinión y se apresuró a acercarse a ellas.
"¡Viene para acá!", Nancy fijó sus ojos en él, pero no se dio cuenta de que
pronto estaría en peligro, pérdida en la hermosura de su rostro, no notó un
destello de luz. Simón dio un salto, levantando su pierna derecha, de pronto,
se escuchó algo parecido a un centavo cayendo al suelo, había pateado
hábilmente una daga de la mano de un hombre. La daga era para Nancy, se
escuchó un grito doloroso, Nancy había visto la daga afilada que apenas la
rozó. Simón volvió a patear y el asaltante se tendió inmóvil en el suelo, la
gente alrededor se asustó cuando vio el cuchillo. El hombre tenía tatuajes de
pandillero en el cuello, no fue hasta entonces que Ángela vio al hampón,
Nancy tembló de miedo al mirar el rostro del delincuente, accidentalmente
dejó caer el té al suelo.
Justo cuando Simón estaba a punto de sacar las esposas, el maleante se
deslizó fuera de su alcance y se levantó de un salto, más personas se hicieron
presentes, corriendo por todos lados, era difícil decir lo que estaba pasando.
Simón les gritó: "¡corran!", Ángela sabía que la situación estaba fuera decontrol. Ella no podía decir quién era quién entre tanto alboroto. El hecho de
haber tantas personas corriendo hizo que se volvieron indistinguibles. Pero a
través de las agitadas multitudes, unos hombres enmascarados se hicieron
notar, Ángela pateó los trozos de té y trató de levantar a su amiga, Nancy
estaba en shock y no podía correr.
Los mafiosos impidieron su huída, dos hombres enmascarados bloquearon su
camino.
Ángela empujó a Nancy detrás de ella, confrontando a los hombres, uno de
ellos agitó una cadena, mientras que el otro sacó una navaja, entonces
corrieron hacia Ángela.
Ella contuvo la respiración.
De alguna manera logró defenderse, peleó con el hombre de la navaja y logró
detenerlo. Pero el hombre de la cadena estaba a punto de acercarse a Nancy,
así que Ángela levantó el brazo derecho y arrebató el cuchillo de las manos
del hombre, ahora ella lo tenía. Ángela ejerció toda su fuerza tratando de
apuñalar el brazo del otro hombre, sin embargo, falló.
Al ver tanta gente peleando, Nancy finalmente recobró la razón, volteó atrás
y vio a Simón de pie, mientras intentaba hablar, Ángela la tomó de la mano y
comenzaron a correr, entonces las persiguieron.
Después de correr por tres cuadras, Ángela estaba agotada y gritó
fuertemente: "¡Déjanos en paz, estoy tan... agotada!".
"¡Corre, sigue persiguiéndo... no es una persona lo que perseguimos, ¡son
diez millones de dólares!", ellas continuaron escuchando estas palabras detrás
de ellas sin cesar.
¿Diez millones?, dieron vuelta en la esquina y Nancy resbaló. Ángela la miró
y vio su rostro pálido, "Nancy... ¿estás bien?", ésta ni siquiera tuvo la fuerza
para sacudir la cabeza. Después dijo con debilidad: "Ángela ... huye... déjame
sola...", entonces, Nancy usó sus últimas fuerzas para sacudirse la mano de
Ángela.Los dos hombres se acercaron, Ángela instintivamente comenzó a correr,
pero miró hacia atrás como loca, Nancy estaba respirando con dificultad en el
suelo. Ángela corrió hacia atrás y vio a los hombres con cuchilos en sus
manos, a punto de asesinar a Nancy, entonces, tragó saliva, ella se paró entre
Nancy y los hombres, gritando: "¡Qué diablos quieren!".
"¡Ángela, vete!, ellos... vienen por mí... Ángela", Nancy estaba tan agotada
que ni siquiera podía hablar.
El hombre le gritó, "¡Estúpida niña, quítate de nuestro camino, a ti no te
incumbe!", Ángela se arrodilló. Después levantó la mirada y los vio
fijamente: "¿Quieren que abandone a mi amiga?".
"¡Sí o verás de lo que somos capaces!", eran hampones y hablaban en serio.
Ángela miró a su alrededor, no había más que un callejón lleno de
ventiladores, escapes de incendios y charcos sucios. Era un lugar
completamente abandonado y ni un alma pasaría por ahí, ella se golpeó la
frente, '¡qué estúpida!', se había alejado de la civilización, aquí nadie podría
ayudarla.
Ángela señaló una vieja máquina expendedora de bebidas colocada en la
pared, "¿Puedo... tomar algo primero?", ella estaba realmente sedienta.
Los dos maleantes no podían creer lo que escuchaban, era una petición por
demás ridícula.
"Sí, sólo quiero beber algo, ¿no tienen sed?", dijo con una voz casi inaudible.
Cuando Ángela estaba negociando con los delincuentes, le hizo señas a
Nancy, ella se fue arrastrando, sacó su teléfono e intentó llamar a la policía.
Justo en el momento, sonó un celular: "¡Maestro, no puedo soportarlo más!,
siempre hay un sueño en mi corazón, quiero aprender artes marciales en el
templo Shaolin de Songshan...", ambas chicas agarraron el celular que estaba
sonando.De repente, los mafiosos se dieron cuenta de la situación en la que estaban, se
abalanzaron sobre Ángela con una mirada de odio, ella echó la cabeza hacia
atrás y gritó: "¡Ve y llama a alguien!".
Los mafiosos le bloquearon el paso y la atraparon por el cuello, la hicieron
tropezar, ella se estrelló contra el suelo y esto provocó que su blusa se
rompiera por la mitad, el teléfono salió volando de su bolsillo y aterrizó a
unos metros de Nancy. Ángela se levantó y siguió luchando sola contra los
mafiosos, ella bloqueó sus ataques y sacó los cuchillos de sus manos, Nancy
lamentó no haber aprendido ningún arte marcial de Ángela. El nombre Ala
Grande brillaba en la pantalla del celular de Ángela, Nancy sabía quién era,
así que contestó la llamada, "¡Sr. Gu, ayuda!".
"¿Qué pasa?", Álvaro terminaba de salir de su cena de negocios y conducía
su auto, cuando escuchó llorar a Nancy, se detuvo con las luces encendidas.
"Estamos en la... Carretera Tonghua, cerca de la calle peatonal, Sr. Gu...
¡Ay... Ángela!", al escuchar los gritos de Nancy, Álvaro comenzó a sudar a
cántaros.
¿Carretera Tonghua? aceleró el motor y se apresuró a llegar a donde estaban
las chicas.
Uno de los criminales se había golpeado contra Ángela, su brazo se aplastó
con su propio peso contra la pared, y fue entonces cuando el matón pasó su
cuchillo directamente por el brazo de Ángela. El dolor era insoportable, aquí
venía otra puñalada, de pronto, Ángela sintió que la empujaron al suelo,
cuando pudo ver claramente, gritó: "¡Nancy!".
Al ver esto, los pandilleros voltearon y aventaron sus navajas al aire, éstas
aterrizaron en Nancy. Ángela estaba perdiendo sangre, todo lo que podía ver
era a uno de los ladrones sobre su amiga. Cuando él se puso de pie, ella vio
una navaja clavada en su pecho, el otro inmediatamente trató de apuñalarla
por segunda vez...
"¡Nancy!", Ángela gritó con voz entrecortada cuando vio que apuñalaban a
NancyFue exactamente ese grito lo que hizo que Simón las encontrara, se había
apresurado a tratar de encontrarlas, pero ya les habían hecho daño, era
demasiado tarde.
Simón quedó estupefacto con lo que vio, una navaja estaba clavada en el
estómago de Nancy, el hampón lo sacó con un pañuelo y la sangre se escurrió
por todas partes...
Simón voló en un arrebato de coraje, entró en acción al arrancar la otra
navaja de la mano del hombre. Ángela sostuvo a Nancy en sus brazos, ella
puso sus manos sobre su vientre sangrante, la sangre se agotaba con cada
suspiro, su rostro palideció como una sábana. Ángela se olvidó totalmente de
su propia herida, ella también estaba muerta de miedo mientras sus lágrimas
caían, "Nancy... Nancy...", continuaba gritándole a Nancy y su mente se
inundó de pensamientos. Su única prioridad era Nancy, cuya expresión era de
dolor y lo que era más aterrador, su respiración cada vez era más lenta. No
más palabras, ya no era capaz. Ella también dejó de decir su nombre, parecía
algo imposible, pero de repente Ángela sintío una soledad angustiante.

Enamorada del doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora