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Martes 31 de octubre, la noche de Halloween. Es decir, el día que Alana Peterson organizaba su fiesta de disfraces. Todo el instituto lo sabía: cada año, después del concurso de disfraces y del baile, Alana invitaba a todo el American Western South College a su mansión. Y aquel Halloween no era la excepción.

El concurso había sido un éxito, Erik y Fletcher habían ganado un premio al mejor disfraz en conjunto. Mitsu los ayudó a maquillarse para la ocasión y estaba orgulloso, habían quedado igualitos a Buzz Lightyear y Woody. Él, por su parte, estuvo a un voto de ganar el premio al disfraz más adorable... Al parecer, Hatsune Miku triunfó sobre el Gato con Botas y Ayu Scott se llevó el premio. Fue una victoria justa.

El baile después de la entrega de premios terminó a las diez y media y todos comenzaron a desplazarse hasta la casa de Alana. Mitsu no fue la excepción.

Estaba esperando frente al instituto cuando escuchó el sonido de un claxon.

—¡Mitsu, Fletcher! Vámonos.

Sin más rodeos, subieron al descapotable de Erik y pusieron rumbo a la fiesta.

—Pon música.—pidió Fletcher desde el asiento de atrás.

Erik asintió y encendió la radio. Estaba sonando Baby One More Time de Britney Spears.

—MY LONELINESS IS KILLING ME!

—¡Grítalo, Fletcher!—bromeó Erik. Los tres echaron a reír.

Definitivamente disfrutaron aquel viaje.

...

Toki no sabía qué hacer. No le gustaban las fiestas y le agobiaban los sitios con mucha gente. Por si fuera poco, era seguro que Mitsu Smith estaría en esa fiesta. Desde el encuentro en el comedor cuatro días atrás el chico pelinegro no salía de su mente, pero ni siquiera había sido capaz dirigirle la mirada. Quería disculparse con él por el comportamiento de sus amigos. La discusión de la cafetería había estado fuera de lugar y era claramente un malentendido, él sabía que Mitsu no había esparcido aquellos rumores y, por algún motivo, quería dejárselo claro. Si tan solo fuera capaz de acercarse a él...

La solución estaba clara: quedarse en casa y fusionarse con las sábanas. Sin embargo... ¿Realmente podía hacerle eso a Nico y Ayu? Ellos habían insistido en que fuera a la fiesta y en que sería divertido... Incluso lo habían ayudado a disfrazarse para el baile. Toki nunca hubiera sido capaz de parecerse a Draco Malfoy si no fuera por el maquillaje de Ayu.

Se miró en el espejo y suspiró. Llevaba diez minutos en el baño del insti debatiendo entre ir o no a la mansión de Peterson.

—Toki, la madre de Ayu ya está aquí.—informó Nico, entrando al baño.

Él iba disfrazado de Harry Potter. Iban a juego.

—Oh... Claro, vamos.

En el camino hacia la entrada del instituto, Nico lo miraba en silencio. Iba a preguntarle si le ocurría algo, pero se le adelantó:

—¿Estás bien?—parecía preocupado. La pregunta tomó a Toki por sorpresa.

—¿Hm?

—Si no quieres ir a la fiesta, podemos...

—Oh, no. No te preocupes por mí.

—Toki...

—Ayu parece emocionado, solo... Démonos prisa.

Conforme se acercaban a la salida, podía notar un nudo empezando a formarse en su estómago. Sería una noche complicada.

...

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