Sophia Winterbourne se adentra en un mundo de misterio y oscuridad cuando su familia hereda una mansión en un remoto pueblo después de la muerte de su abuelo, a quien nunca conoció. Pronto descubre que el tranquilo pueblo de Whispering Pines alberga...
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Sophia se sentó a desayunar en la amplia mesa del comedor junto a sus padres. El aroma tentador del café recién hecho y las suaves notas de tostadas recién horneadas llenaban la habitación. Gresley, con su habitual elegancia y precisión, había preparado un desayuno digno de los Winterbourne, tostadas doradas, mermelada casera y una variedad de frutas frescas dispuestas en un elegante plato.
La joven con un uniforme impecablemente planchado proporcionado por Gresley, estaba ansiosa por comenzar su primer día en la escuela pública del pueblo. La anticipación burbujeaba dentro de ella mientras tomaba un sorbo de su café caliente, dejando que el líquido avivara sus sentidos.
Los cálidos rayos del sol se filtraban por las cortinas, pintando patrones dorados en el suelo. La atmósfera en la mansión Winterbourne era tranquila y serena, aunque el nerviosismo de la colegiala palpitaba en el aire.
Olivia, radiante como siempre en las primeras horas del día, sonreía a su hija con orgullo y ternura. Julián, aunque más reservado, irradiaba una calma reconfortante. Era reconfortante para Sophia tener a sus padres a su lado en este día importante.
Después de dar un bocado a su tostada, Sophia levantó la mirada y encontró la mirada serena de Gresley fija en ella. El mayordomo, con su impecable uniforme, asegurándose de que todo estuviera en orden y listo para el día.
—Señorita, Sophia —dijo Gresley con su tono habitualmente cortés—Les deseo un maravilloso primer día en la escuela. Estoy seguro de que dejará una impresión positiva.
Sophia asintió con gratitud, agradecida por las palabras de aliento de Gresley. Aunque a veces era un enigma para ella, no podía negar la calidez y el cuidado que demostraba hacia su familia.
Después de terminar su desayuno y desearle a Gresley un buen día, Se puso de pie junto a sus padres, lista para enfrentar lo que el día le deparara en su nueva escuela.
La chica se deslizó en el asiento trasero del carro junto a sus padres, sintiendo la tensión emocionante que vibraba en el aire. Julián, su padre, estaba allí con su cabello ligeramente despeinado. Aunque no se había dado un baño matutino como lo hacía habitualmente, estaba decidido a estar presente en el primer día de su hija en la nueva escuela.
Olivia, ocupaba el asiento delantero del pasajero. Su mirada reflejaba una mezcla de orgullo y ansiedad maternal mientras miraba a Sophia por el espejo retrovisor. No había duda de que este día era importante para ella.
En el transcurso del viaje, Olivia recordó a Sophia la importancia de usar exclusivamente su apellido Winterbourne en la escuela. Su voz era suave pero firme, con un matiz de expectativa. Julián, asintiendo con seriedad, agregó que usar el apellido Winterbourne podría brindarle más ventajas.
