No se desde que momento mis noches se convirtieron en un tormento, dormir pasaba a ser una dificultad y llorar una prioridad.
Nunca tuve motivos pero cada noche se escuchaban lamentos en mi habitación y mi almohada totalmente empapada, entonces, como toda desquiciada me enamore de alguien que no existía y lo peor es que sabía que no era real pero mi subconsciente lo hacía parecer real.
Lo veía en cada atardecer, amanecer y en las noches de tormenta cuando se veía un relámpago.
Creía verlo cuando estaba frente al espejo, siempre a mi lado derecho con esa sonrisa que me volvía loca.
Recuerdo cuando mi mama recurrió a la iglesia porque pensaba que su hija había sido poseída por algún demonio. Y yo pensaba lo mismo cuando era joven.
Hasta que supe que podría controlar aquél impulso por ver mis muñecas sangrar y mi deseo por hacerle daño a los demás. Mamá un demonio no dejaría que "lo controlase".