Mi alarma suena con el titulo de "Hora muerta" a las 11:44 que coloque desde hace quien sabe cuando por quien sabe que motivo y pienso debería de morir de una buena vez pero solo la pospongo un día mas, una promesa que tarde o temprano romperé... A resumidas cuentas tuve felicidad por momentos, no todo fue lagrimas y gritos a alguien que no existe, podría decir que me engañaba día a día haciéndome creer que todo estaba bien pero la voz en mi mente me susurraba que estaba llegando mi final y me encontraba realmente feliz por ello.
-¿Por qué no solo desapareces de mi lado?, digo a aquella sombra que se encuentra atrás de mi todos los días.
-¿Por qué no tomas el primer cuchillo que encuentres en la cocina y acabas con todo esto?, me responde entre risas y me cuestiono la gravedad de mi enfermedad.
Debe ser fácil pensar en lo que debe de pasar una persona diagnosticada con trastornos mentales, es lo mismo que mi madre decía hasta que le conté que no podía dormir por las noches y que no podía dejar de sentirme decaída pero jamás fui capaz de decirle que tenía instintos suicidas porque sabia que diría:
-¿Qué pensarán de una reconocida mujer de trabajo?, yo me reflejo a través de mis hijos... ¿Quieres que me tomen por loca?.
Jamás te tomarían por loca mamá aquí la de los problemas mentales soy yo.
Entonces recuerdo que hace unos días en medio de un ataque de desquicio encontré una hojilla en mi habitación y la verdad es que yo jamás he tenido una, no en mi habitación... Entonces aquella voz renace gritando que lo intente y le hago caso, haciendo que mi muñeca sangre pero ya no siento dolor alguno, en ese momento recordé cuando mi psicóloga me dijo "Hace tiempo leí que los problemas de los verdaderos suicidas comienzan cuando las cortadas ya no duelen".
Y oh dios, estoy en un gran problema.