Recuerdo cuando a Maria, una vieja amiga del colegio, lloraba tirada en el suelo por la muerte de un familiar y de su dolor me reía a carcajadas.
Como olvidar la primera vez que me enamoré y la primera vez que me violaron, el primer golpe de la persona que creí amar. La primera vez que me llamaron "Zorra", la primera vez que me llamaron falsa.
Recuerdo todo menos cuando llegué aquí.
Quizás la culpa la tienen esas personas que en el colegio me dejaban encerrada por horas en el baño o todo mi grupo de clases por excluirme y ponerme etiquetas.
Quizás la culpa la tuvo aquél primer cuchillo que se posó en mis muñecas y bañada en sangre no sentía dolor alguno.
