Estaba embarazado....
Cuando Carola le confirmó el resultado de la prueba, Sergio no podía creerlo. Tal vez no quería creerlo. Tal vez no quería creerlo. Y cuando le preguntó si había alguna posibilidad de sufrir un aborto la respuesta fue indeterminada, nada que lo hiciera sentir seguro.
Sin saber que había provocado su primer aborto, Carola no podía prometerle nada.
Max parecía feliz y eso lo asustaba ¿Y si volvía a sufrir un aborto? Él se llevaría un terrible disgusto...Vagamente escucho a Carola hablando de nuevas consultas, de ecografías... pero en aquel momento eso no le importaba. Aprender a vivir con el miedo de perder a su hijo era lo primero que tendría que solucionar.
Mientras volvían a casa la conversación se centro en el bebé y, de repente Sergio sintió que se le revolvía el estómago...
—¡Para el coche!—Gritó.
—¿Parar?
—¡Ahora mismo!
Max piso el freno y, antes de que hubiera parado del todo, Sergio abrió la puerta. Pudo llegar hasta un árbol en la acera y se apoyó en él con las dos manos, respirando profundamente para llevar aire a sus pulmones.¿Cómo iba a soportar nueve meses si se ponía enfermo cada vez que Max hababa del bebé?
—¿Estás bien?-Le preguntó Max poniendole una mano el hombro.
—No—Respondió Sergio.
—Tómate tu tiempo, no pasa nada.
—Ya estoy mejor, se me ha pasado.
-¿Seguro? No tenemos prisa.¿Se mostraría tan amable si no estuviera embarazado?
—Estoy bien ¿Podemos ir a casa, por favor?
Una vez en ela uto, Max le puso el cinturón con mucho cuidado.—No pasa anda, no voy a romperme.
—Ya, pero necesitas atención especial.
—¿Por qué estoy embarazado?
—Por eso y por que has tenido un accidente—Respondió Max—Deja que cuide de ti, Sergio. Ya veo que la noticia te ha dejado un poco alterado y debo admitir que yo tambien estoy un poco abrumado. Jamás pense que ocurriría tan rápido.Parecía contento, pero él se sentía como si hubiera perdido el control de su vida. Había esperado tener tiempo para ganarse el corazón de Max y retomar la relación. Ahora temía que solo le interesara su hijo, que él no le importara.
¿Cómo ibaa serguir viviendo con él, amándolo como lo amaba cuando a Max solo le interesaba el bebé?
¿Cuál sería su sitio cuando naciera el bebé? ¿Seguiría deseandolo? ¿Y si lo peor volviera a pasar?
༺~ [❁] ~༻
Las semanas pasaron a toda velocidad. Max consultaba constantemente un libro sobre el embarazo que había comprado y se había llevado a la oficina, fascinado por cada paso.
Sergio estaba de catorce semanas y, aunque seguía estando tan delgado como cuando había llegado, su vientre estaba más duro y su pecho parecía más grande y sensible; era algo que a él le encantaba explorar cada noche mientres hacían el amor.
Max frunció el ceño ¿Hacer el amor? Era simple sexo cuando empezaron pero en algun momento sus sentimientos hacía Sergio habían cambiado.
Se estaba volviendo más protector, más posesivo con él cada día. Tanto que había rechazado su sugerencia de volver a su habitación ahora que estaba embarazado.
No era buena idea. Al fin y al cabo, su deber era cuidar de él.Sergio parecía frágil desde que había vuelto y últimamente lo parecía aún más. Como si fuera a romperse en un monton de piezas en cualquier momento. En su opinión trabajaba demasiado. Además de la oficina, pasaba las tardes estudiando o yendo a clases...
—Tengo que terminar algo en mi vida—Le había dicho Sergio cuando sugirio que tal vez debería dejar los estudios hasta que tuviera al bebé.
No quería que nadie en la oficina supiera que estaba embarazado, insistiendo en que era cosa de los dos. Max, por el contrario, querría gritarlo a los cuatro vientos, pero respeto su decisión, contándoselo solo a sus superiores inmediatos, para que le aflojaran un poco la carga de trabajo.