DARKSIDE (Nueva Versión)

CAPÍTULO 11

RYAN

¿Que demonios? Ella acaba de atravesar un portal, eso no es posible, al menos no con el don que posee. Tenía un pañuelo en la nariz, haciendo presión para dejar de sangrar ya que la loca casi me rompe la nariz, Nadira la ayuda a estabilizarse y el enorme ave me observa con odio.

–No fue mi intención, no supe en qué momento perdí el control–Repito una vez más y nuevamente soy ignorado– nisiquiera Lori logro apagar el fuego.

–Lori no podría apagar unas llamas mientras el que las provoca está en trance–Dice Nadira caminando hacia mi– Se que no fue algo que hicieras intencional pero debes tener más cuidado, dejar de tener pensamientos mientras estas en una nueva fase de tu poder, en especial ese tipo de pensamientos.

–No se de que hablas–se de que habla pero no pienso admitirlo, no mientras ella está escuchando.

–¿Que pensamientos?–Sky se acerca y me mira furiosa, así que hago lo mismo.

–Ninguno que te interese, doble cara.

Su rostro cambia de molesta, a ofendida pero no me interesa eso es lo que es.

–¿Disculpa?–cruza sus brazos sobre su pecho y hace un gesto en el que según ella, se ve amenazadora.

–No te hagas, vi lo que hiciste tienes más de un poder, ¿Lo vas a negar?

–No, no lo voy a negar y tu no dirás nada, no fue decisión mía, sino de los dioses así que vas a callarte ya que si dices algo te voy...

–¿Vas a que?–la interrumpí y me acerque más a ella– ¿Vas a matarme? Inténtalo.

Deje que un poco de mi poder se reflejará en mis ojos, ella lo noto e hizo lo mismo pero no fue el color azul el que apareció, sino el negro, sus ojos se tornaron negros.

–No me retes Ryan, tu ego y arrogancia no pueden contra mi.

–Ya basta– Nadira se interpuso entre los dos– No me hagan encerrarlos en una habitación como en épocas pasadas, Ryan no dirás nada porque es una decisión de los dioses y Majestad, usted no matará al joven Derricks porque no está permitido.

Ella no dijo nada, solo camino hacía su ave mutante, subió en ella y se marchó. Me obligue a dejar de ver como se alejaban y Nadira seguía observándome con cautela.

–Sigue mi consejo y nunca más pienses esas cosas, cuando estemos en este tipo de lecciones.

–De acuerdo.

No dije nada más, se que ella lo sabe es una bruja y obviamente entro en mi mente para tratar de detener las llamas. Me di la vuelta y camine fuera del edificio, no quería seguir más aquí así que camine por el pueblo hasta entrar en una taberna.

No era el mejor lugar pero aquí me dejan entrar sin problemas y sin llevarle el chisme a mi padre, camine hacia la barra y tome asiento.

–¿Lo mismo de siempre?–pregunto la camarera.

–Si, no creo que hayas comprado bebidas mejores, así que si, lo mismo de siempre.

–Si no te gustan mis bebidas podrías ir a las tabernas de alta alcurnia, justo donde de perteneces, mi lord.–ella me sonrió mientras servía lo que pedi.

–La mejor bebida de mi taberna, aquí tiene su Sidra.

Tome el primer trago y tiene buen sabor, solo que jamás se lo diré.

–¿Que te trae tan temprano?–ella limpiaba unos vasos.

–Necesito despejarme, eso es todo.

Me bebi la jarra en 2 tragos, pedí que me sirviera más y así lo hizo. Jarra tras jarra, el tiempo pasaba y no me importaba. Terminé siendo guiado por la camarera y dueña de la taberna, hacia su habitación.

No es la primera vez que estoy aquí, al cerrar la puerta la bese y rápidamente fui desatando el corset tan ajustado que siempre llevaba, la lance en la cama y nisiquiera quite su vestido, solo lo alcé ya que ella nunca llevaba ropa interior, no desde que conoce los días que vengo a este sitio.

Sin caricias, sin ternura, solo sexo por diversión. Ambos disfrutamos, ella gime en mi oído pidiéndome más y así lo hago, la complazco, giro hasta que queda encima de mi; ella se mueve bien, demasiado bien, aprieto sus pechos y eso la hace gemir más fuerte, tomo sus caderas y las muevo a mi antojo.

En mi mente solo esta el placer que estoy sintiendo, pero de la nada regresan los pensamientos que tuve esta mañana con Sky.

"Es hermosa" "desearía tenerla solo para mi" "desearía verla todos los días, como una especia de muñeca en una cúpula de cristal"  su mirada pasa por mi mente, esos ojos azules, el cambio de color que no la hizo verse mal, al contrario el color negro le sienta de maravilla.

Gruñó ante todo lo que me provoca ya que con eso en mi mente llego a mi órgasmo antes que la mujer que se mueve más rápido sobre mi, hasta que ella también alcanza su liberación.

La quito de encima y subo mis pantalones, quise venir aquí y distraerme de todo pero resulta que ahora invade mi mente hasta cuando tengo sexo.

–¿Volverás en dos días?

–No lo se–le lanzó un costal con monedas a la cama–por las bebidas y por ya sabes que.

–Deja de tratarme como si fuera tu puta–el enojo es notable en su lindo rostro.

–¿Y que eres amanda?

–Todos estos meses, solo eh estado contigo, lo juro–se levanta rápidamente de la cama e intenta besarme.

–No más besos, el momento ya pasó, toma el dinero si quieres, piensa que es para que mejores este lugar ya que tus padres, te lo heredaron en un estado muy lamentable.–abro la puerta para irme, pero lo que dice me detiene.

–Esta bien, lo Tomaré como un pago pero para guardar silencio ya que al parecer imaginas a la princesa cuando estas conmigo, no pensé que yo fuera tan hermosa como para ser comparada con ella.

Me mira sonriente mientras cuenta las monedas, su sonrisa es de burla y anhelo.

–No negaré que dije su nombre, no me escuche pero si que estaba pensando en ella. Y no amanda, no eres igual de hermosa que ella, nisiquiera te acercas a su belleza.

No le di tiempo de responder, abrí la puerta y salí de la habitación, al irme alejando escuché que algo se estrelló contra la pared, no le di importancia seguramente esta furiosa por mi respuesta.

Maldita seas Sky Darkness, estas empezando a joder mi vida y eso si que no te lo voy a permitir, salí de la taberna y una sombra paso sobre mi cabeza, miré hacia el cielo y como lo suponía; Sky y su ave mutante pasaron cerca y note que se despedía de alguien, de mi no era así que me gire y vi que el despreciado del pueblo Chesed, le devolvía el gesto. ¿Desde cuando se conocen esos dos?