Parte 9: la cita

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Después de la pregunta que Chilli le hizo a Bandit, hubo un silencio un tanto incómodo para la Red Heeler, quien ya estaba pensando que la iba a rechazar.

Chilli: Ya sabía yo que no querría, ahora dirá que no. Que vergüenza, madre mía.

Pero Bandit dio una respuesta que Chilli no se esperaba.

Bandit: Sí, claro que quiero. ¿Adonde quieres ir?

Chilli se quedó sorprendida por la respuesta.

Chilli: Wow, ¿en serio? ¿Quieres salir conmigo?

Bluey: Ya te dije yo que te diría que sí.

Chilli estaba emocionada. Quería dar saltos de felicidad, pero se contuvo para no armar un número delante de Bandit.

Chilli: Pues, ¿qué tal si vamos a tomar algo?

Bandit: Claro, por qué no.

Bluey: Yo me iré. Imagino que querréis tener un poco de intimidad.

Bandit y Chilli: Adiós, Bluey.

Bluey: Que os vaya bien.

Dijo mientras se alejaba, dejando a los dos amigos solos.

Chilli: Bueno... ¿vamos?

Bandit: ¡Vamos!

Dijo cogiendo de la mano a Chilli, lo que la sonrojó un poco. Pero no pudo decir nada porque Bandit ya estaba tirando de ella hacia la cafetería del camping.

Al llegar allí, fueron a ver qué podían tomar. Miraron a ver si podían tomar un poco de pescado.

Bandit: Oiga, ¿podríamos coger pescado?

Tendero: Claro. Díganme qué tipo quieren, ¿rebozado o empanado?

Chilli: Yo rebozado, por favor. El pescado empanado no me gusta.

Bandit: ¿En serio? ¡A mí tampoco!

Chilli: ¿A que sí? ¡Es asqueroso!

Bandit: Estoy totalmente de acuerdo en eso.

Tendero: Entonces, ¿serán dos rebozados?

Bandit: Oh, sí, señor.

Tendero: ¿Quieren con patatas fritas?

Chilli: Sí, por favor.

Tendero: Perfecto, serán 5 dólares.

Chilli: Demonios, no traje dinero. Lo siento, Bandit.

Bandit: No pasa nada. *sacando un billete* Precisamente hoy nuestra madre dos dio la paga a mis hermanos y a mí.

Chilli: Gracias, Bandit.

Bandit: De nada. *dirigiéndose al tendero* Tome, señor.

Tendero: Gracias, chicos. Tomad.

Dijo dándoles las cajas con el pescado. Cuando las cogieron, dieron las gracias al tendero y se fueron a los merenderos para sentarse y comer.

Mientras comían, Chilli se puso a mirar la luz de la luna.

Chilli: ¿No te parece hermosa la luna hoy, Bandit?

Bandit: *mirando a la luna* Oh, es verdad, está preciosa.

Chilli: Mi abuela decía que la luna es como una señora que todos los días alumbra la noche. De hecho, eso lo decía en un poema que nos recitaba a mí y a mi hermana.

Bandit: Ya. ¿Te imaginas estar en ella?

Chilli: No, pero, cuando la miro, imagino un montón de cosas bellas. Y entre esas cosas estás tú, Bandit.

Bandit: ¿Que?

Chilli: -Dios mio, se me ha ido la lengua. Bueno, supongo que ya no hay marcha atrás.- Bandit, no te he querido decir esto por miedo, pero tú... me gustas. Desde que te di la gorra aquel día. Me encantó todo de ti. No pude dejar de pensar en ti desde entonces, pero si tú no me quieres, entonces lo entenderé.

Dijo bajando la cabeza, temerosa por lo que dijera Bandit. Pero, en ese instante, Bandit hizo alzar la mirada a Chilli diciéndola.

Bandit: Chilli... tú también me gustas.

Chilli: ¿En serio?

Bandit: Sí, desde que te vi por primera vez. Pero yo tampoco lo dije por la misma razón que tú.

Chilli: Entonces... ¿quieres que seamos novios?

Bandit: Me encantaría.

Y, en ese momento, los dos se dieron un largo beso a la luz de la luna. Bluey, quien había mirado todo desde el primer momento, no pudo evitar sonreír de satisfacción.

Bluey: Bueno, se que esto es un sueño y nada de lo que cambie cambiará en el futuro, pero al menos mi conciencia está tranquila así. Creo que mi trabajo aquí ha terminado, será hora de que regrese a la realidad... ¿verdad?




Bluey en los 80 [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora