PARTE I -1

12 2 3
                                    

Gota tras gota, formaban oscuros caminos, contaminando lo que tocaban a cada paso.

Gotas intensas, a tal río rojo cubrieron mi  cuerpo. Por mis brazos, mis hombros, mis piernas.

Toda mi vida y lo que no era se escapaban por esos pequeños cortes que me había causado con la pequeña navaja en mi pequeña habitación. Ya había desfogado bastante. Lo de hoy, lo de ayer, y lo de mañana.

 

Me limpie, me coloque vendas y me vestí, listo para un dia que no pedí tener.

Al caminar por la descuidada vereda se me ocurrió faltar a la escuela, aún no había adquirido el uniforme, por lo tanto estaba con mi ropa normal y nadie me iba a cuestionar porque no estaba estudiando. No tenia una razón significativa para esto. No daba un alumno con la imagen de escaparse para drogarse o algo asi, a si que a nadie le importaría.

Fui a una biblioteca, repleta de estantes de libros, estudiantes universitarios y gente mayor.

Entre con toda la normalidad del mundo, y busqué algo interesante. 

-Disculpa, ¿eres el hijo de Eduardo Castro?

-Hem…si, por?

-Yo lo siento, mis mas sincero pesame. He sido uno de sus más grandes amigo, Luis, no se si te habrá contado de mi.

¿Que? Mi padre no estaba muerto, él había viajado a Ecuador por cuestiones laborales. El hombre no parecía tener intención alguna de mentirme, vestía bien y no se veía tan viejo, por lo tanto esta completamente lucido. Su voz parece sincera, y sus ojos mantuvieron una mirada firme al decir.

Lo mire con cara de confusión, no tenía una respuesta.

-¿No lo sabes ?

-El…fue a Ecuador.

-Exacto, ahí fue donde se suicidó, hace ya un año…







los vacíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora