1.Un chico malote y una chica aburrida

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Otro día más a clase, que rollazo. Odio el colegio, además la gente de mi edad es muy tonta. Y encima, estoy sola. Bueno, sola, sola, no. Hay una chica de mi clase que me cae muy bien y obviamente también está mi mejor amiga, Emm. Pero excepto ellas, no es que sea popular. No se me da bien hacer amigos, o mejor dicho la gente no habla conmigo. Aunque cuando cojo confianza mi yo vergonzosa se va y aparece mi yo loca y divertida. De todas formas mi hermano Álvaro siempre es una opción. No es que hablemos todo el rato, pero si en algún momento le necesito, está hay. Tiene un año más que yo por lo que está siempre con sus amigos jugando a fútbol. No se que tiene que le gusta a todos los chicos. Es como una especie de norma, si juegas a fútbol eres guay y molas y si no no te hacen ni caso. A veces tengo la sensación de que no hablan conmigo por que yo no soy como las chicas de mi edad. Me dicen que soy muy infantil porque en vez de ser una pija y querer ir con tops y esas cosas, prefiero ir con camisetas anchas. A mi gusta como me quedan.

Mentiría si digo que no me da miedo que mi hermano pase a la eso el año que viene, porque si yendo los dos al mismo colegio y viéndonos todos los recreos no hablamos mucho cuando pase a la eso prácticamente me borrará del plano. Además el año que viene le regalarán su primer móvil. Lo último que necesitaba, su primer móvil. No quiero que llegue el año que viene. O sea, si, pero no. Por que estaré un año más cerca de la eso. Sinceramente una parte de mi quiere irse ya a la eso, por que así cambiaré de aires y todo cambiará, pero a la otra parte de mí le da miedo.

Como todos los días, me sonó la maldita alarma- Perdón pero todos la odiamos- me levanté y me preparé para ir al colegio con mi hermano. Como vivíamos muy cerca del colegio mis padres no tenían ningún inconveniente en que fuéramos solos. Y aunque Álvaro iba a lo suyo deseando ver a sus amigos a mi me gustaba. Al fin y al cabo pasábamos tiempo juntos. En cinco minutos- que era lo que solíamos tardar- estábamos en la puerta del colegio. Álvaro se despidió de mi y se quedó con sus amigos, que siempre le esperan allí mientras yo me subí a clase. Como no podía ser, mientras que subo las escaleras haciéndome gueco entre todos los niños voy y acabo al lado de Aleck, uno de los chicos que peor me caen de todo mi curso. Se cree mucho y en realidad no es nada. Le puse  una cara de asco que el me devolvió y entramos cada uno a nuestra clase, por que, y menos mal, no vamos a la misma. Ni el ni sus amigotes.

He entrado y, como siempre, Emma me estaba esperando en mi mesa. Ya es una costumbre, ya que ella siempre es super puntual y yo.., digamos que lo contrario. soy muuuuy lenta, por lo que ella siempre me espera. Es uno de los motivos por los que la quiero tanto.

-Hombre, si es mi perezosa favorita- Me dijo sonriendo.

A modo de respuesta puse los ojos en blancos y suspiré.

-Ja, ja, que graciosa- Dije con sarcasmo.

Emma se rio y cuando vio mi cara aún más.

Seguimos hablando y un poco más tarde llegó la profesora y cada una se sentó en su mesa. Nos pusimos a dar clase y desgraciadamente tocaba matemáticas, la asignatura que más odio. Por un momento pensé en no hacer nada y solo disimular por la pereza que me daba, pero me di cuenta de que la profesora parecía de muy mal humor y elegí no tentar a la suerte.

Tras tres largas horas al fin llegó el recreo, lo que más me gusta, y creo que a todos.

Como todos los días fui al baño, pensando en mis cosas solo que esta vez corriendo por que no me aguantaba. Iba tan distraída que no me di cuenta de que Aleck estaba saliendo del baño con sus amigos y sin querer nos chocamos.

Diario De Una MarginadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora