ELLA...
Es acaso posible librarme de las camaras por más de 24 horas.
Pero ella...
Su cabello.
Su mirada.
¡Rayos, pero que cabello!
Que tonterias estoy diciendo, parezco un psicopata.
Era hermosa, imposible negarlo, pero por que tenia que ser una paparazzi. Su cabello tenia una color y largo hermoso. No se que me sucede, ella es una oportunista. Estoy exagerando, pero no me puedo confiar de más, despues de todo es otra periodista más.
Miro por las percianas, al parecer sigue alli, pero no puedo ver que tenga interes en seguir tomandome fotos. El eclipce, ¡Rayos, ¿Por qué ahora? ! No es como que me agradara que fuera en otro momento, pero no esperaba que volvieran a truncar mis planes.
Es audaz lo reconozco.
Bueno debo comenzar a merendar tal vez para entonces ya no este aqui. Bajo al living para pedir algo de comer .
Ya en la mesa mi mente no dejaba de pensar en ella, una paparazzi, una entrometida eso es lo que es, es una acosadora. Porque es su trabajo genio, me replica mi conciencia.
Subo por el elevador, me preguntó la razon por la que estaria empeñada en tomar una foto, no es que eso fuera extraño, pero no era una situacion del que ella podria sacar ventaja. No es secreto que estudio astronomia. Algo no encajaba, peor aun por que buscaba justificar su comportamiento, ¿Qué esta mal comigo?
Cuando las puerta se abrieron, entré en la habitacion, ajusté la camara y de vez en cuando miraba de reojo por la ventana. Todo parecia tranquilo, nada de lo que preocuparse, cuando de la nada salió un joven de unos metro ochenta, quien se estiraba y parecia voltear para decirle algo a quien estubiera adentro. Apollaba sus codos en la baranda mientras me daba la espalda.
― Perfecto trajo refuerzos ― solte con una amargura que logró descolocarme.
Seguia con la vista al frente, sabia que este lugar se habia convertido en un magnifico lugar de retiro y centro de vacaciones no por nada habian intentado comprar este recinto hace un año, obviamente mi padre se negó. Si bien este terreno no habia sido comprado como un hotel de residencia sino como una casa de campo familiar. Mi familia estaba empeñada en conservarla y muy a mi pesar yo tambien pensaba lo mismo.
Luego salió un hombre robusto de pelo castaño con ligero parecido al chico del barandal, empezaba a acomodar varios artefatos fotograficos y un par de reflectores. Esto era el colmo, ahora no pensaban ocultar que quisieran una fotografia mía.
Sí claro y como tu eres descomunalmente grande nesecitaran de todos eso refletores, razonó mi conciencia. Era cierto esto no podria tratarse de mi, ¿O acaso tal vez si?
Ademas que hacian un par de paparazzis hospedados en uno de los hoteles más caros solo para tomarme unas fotos, que para nada podrian malinterpretarse. Habia sacado una impresion errada tal vez.
Volvi la mirada al frente cuando salio la acosadora con una camara en las manos parecia estar probandolo, su sonrisa era encantadora y ser consiente de aquello me abrumaba. Tal vez los efectos secundarios de ser victima de acoso.
Se veia verdaderamente feliz, seguia con la mirada en su camara tratando de sacar unas fotos, cuando de la nada el joven castaño se le atrabesó enfrente, parecia hacerle gracia el fastidiarla. Ella lo miraba con reproche y volvio a perderse por el balcon.
Todos esos instrumentos y esa pruebas de fotografia, parecia que estuvieran a punto de un buen titular,atraparian a un pez gordo. Y una cosa era claro no estaba dispuesto ser atrapado.
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Un final feliz para la Luna | Trilogía El precio de felicidad | #0.5
RomantikUn flash está apunto de cambiar sus vidas . Que tan bueno será que dos almas rotas se conozcan . ― Las niñas malas no tienen un final feliz - la mirada severa de la abuela me recorría todo el cuerpo que me temblaba por estar sollozando. ― Y por eso...