CAPITULO 2

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—Efectivamente estás embarazada, Lauren felicidades— Dice la Dra.Sheribel. 

—Quiero abortar. 

— Lauren, sé que estás asustada pero hay otras alternativas. — me aconseja. 

—No tengo otra alternativa, estoy sola en esto— empiezo a llorar. 

—Hay un grupo de apoyo para madres solteras—prosigue —Pero es decisión tuya, Lauren.

Salgo corriendo al baño a vomitar, mis malditas hormonas alteradas me tiene en un hilo, no he parado de vomitar, la doctora dice que sólo serán los primeros meses y en otros casos durante todo el embarazo. Escucho el ruido de mi teléfono y es una llamada de Brad. 

—Hola, Brad— digo entre arcadas. 

—¿Cómo estás, Laur? 

— Como ya te lo imaginas, ¿Qué pasa? 

—Lauren, hay algo que tengo que contarte— suena preocupado. —¿Puedes venir a mi despacho? 

—Sí, voy para allá.-  Me despido de la Dra. Sheribel, me entrega un par de folletos de toda la información acerca del aborto, consecuencias y riesgos. Ni siquiera sabía que existía tal cosa en hojas coloridas, con la ironía de fotografías de madres embarazadas y bebés sonrientes. Las entierro en mi bolso y me marcho al despacho de Brad, por su tono de voz no debe de ser nada bueno, pero ahora ya nada me puede sorprender, parece que estuviera en efecto zombi. No duermo, apenas como, todavía no sé qué decisión tomar, si pudiera regresar el tiempo y ser más honesta con Camila lo haría, pero todo es una mierda ahora en mi vida, no existe nada de eso; el arrepentimiento viene a ser lo último cuando estamos jodidamente tocando fondo. Quisiera verla y poder decirle que será madre, pero ha pasado una semana y no sé nada de ella, ni siquiera he hablado con Dinah, no he ido a trabajar, he recibo un par de mensajes de Jackie, pero le he dicho que estoy en reposo pero que guarde mi secreto del embarazo. Ha sido un buen amigo después de todo y ha estado junto conmigo al igual que Normani en esta montaña rusa de mi relación con la señora Cabello.

—¿Qué pasa, Brad? — lo saludo al entrar a su despacho. 

—Lauren, te ves fatal— me ve de pies a cabeza. 

—Gracias, tú también te ves bien— digo con sarcasmo. 

—¿Cómo están las cosas con Camila? 

— Alguien le mandó unas fotos, nos siguieron a ti y a mí la tarde del café, nos tomaron fotos abrazados y tomados de las manos. ¿Cómo crees que estoy con ella? —mis hormonas maternales salen a luz y empiezo a llorar. 

—Lo siento mucho, Laur. Esto es una pesadilla pero ahora que dices eso solamente confirman mis sospechas— dice en tono de advertencia. 

—¿Qué pasa? —empiezo a temblar por lo que está a punto de decirme.—Kelly salió libre bajo fianza, no sé cómo, pero lo ha logrado. 

—No puedo creerlo, seguramente ella nos siguió, está tan obsesionada con Camila. - Brad me ve desconcertado, parece que no es solamente eso que tiene que decirme. 

—Laur, creo que estás en peligro. Kelly es hija de uno de los de la mafia de España. 

—¿¡Qué!? — No puedo creer lo que estoy escuchando. 

—Parece que un familiar la sacó de la cárcel, todavía no sabemos quiénes exactamente pero se trata de la mafia de España.-  Empiezo a sentirme mareada, tengo revuelto el estómago de nuevo, quiero vomitar.—¡Laur! ¿Estás bien? — dice acercándose a mí, me sienta en su silla y empieza a abanicar un par de papeles.—Te llevaré a casa.- No me niego, dejo que me lleve a casa, en el camino lo veo cómo me observa mientras llevo mis ojos entrecerrados, me ve con ternura y hasta con lástima, sé que me quiere, sé que ha estado enamorado de mí siempre, pero no pertenezco a él, es más, parece que no pertenezco a nadie.—Llegamos—dice ayudándome a bajar del auto. Me ayuda a subir las escaleras y toma de mi cintura por el pasillo, sus manos son grandes, pero no son las de Camila, mis ojos empiezan a humedecerse, ninguna persona será como Camila, por mucho que me amé Brad, mi jefa se ha llevado mi corazón y mi vida.—¿Te sientes bien? —pregunta al apartar un mechón de mi rostro. 

QUEDATE CONMIGO SIEMPRE - TERCERA PARTE (TRILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora