¿A primera vista? Minsung

Siete

Preparativos, conejos y más conejos.

Minho maldijo una vez más, su cabeza dolía y sus manos estaban por quedarse en carne viva, llevaba todo el día armando parte de las decoraciones que usarían ese día en el karaoke, se quería tirar a llorar, además de las decoraciones interminables que tenía que armar, también de todos los lugares que habían para que la gente se inscribiera solamente habían tres, uno era de Felix, otro era de Jisung y el último era de Changbin y él.

Minho esperaba que al menos con el show que montarán llegase más gente, de todas maneras, después del duelo de karaoke habría micrófono abierto para todos los que quisieran cantar, y bueno, si no llegase tanta gente, estaba seguro que Changbin, Jeongin y él aprovecharían durante toda la noche el micrófono, quién sabe, tal vez Felix y Jisung podrían unirse, siempre estaba la posibilidad.

Lo que sí sabía era que llevaba toda la tarde pintando conejos, Innie le había ayudado con algunos y también su amigo Seungmin, a decir verdad, Changbin y él se habían aprovechado de bondad de uno de los compañeros de Jeongin, pero en defensa de ambos chicos, nunca debieron de decirles que Hyunjin, el compañero de escasos diez años de Jeongin dibujaba tan bonito, pero bueno, Changbin y él ya habían recibido un regaño por comprar el trabajo de un niño con galletas y tiempo de calidad con su hermanito.

Minho frunció el ceño ante el recuerdo, ¿por qué ese niño quería pasar más tiempo con su hermanito? La duda se evaporó a los pocos segundos, luego tendría tiempo de preguntarle personalmente a Jeongin sobre aquel niño, por ahora tenía que pintar otros cinco conejos y comenzar a guardarlos para llevarlos a la cafetería.

Minho tachó mentalmente todas las cosas que le faltaban, los conejos que irían en el escenario estaban listos y secos, la decoración que tendría el micrófono también estaba en la bolsa, la figura de un conejo en el que podían tomarse fotos, petición de Jeongin, también estaba lista para instalarse en la cafetería, por lo que sabía, las etiquetas específicamente decoradas para la ocasión ya estaban en manos de su abuelo, así que las bebidas y postres que se vendieran hoy también tendrían adornos de conejo y algunos también tendrían cosas de Cupido. Hablando de Cupido, también había decorado algunos conejos con corazones y flechas, debían mantener el nombre que su abuela le había puesto a la cafetería.

Minho suspiró exhausto, el trabajo durante esa semana había sido difícil, tuvieron que hacer malabares entre el trabajo regular de la cafetería, pintar paredes, acomodar sillas y mesas para hacer un pequeño espacio para el karaoke, también desempolvaron unos viejos micrófonos y convencieron a la mayoría de los empleados de ponerse las orejas de conejo, la cafetería estaba de manteles largos, habían preparado para la ocasión pasteles de zanahoria, también sacaron los mejores postes y bebidas del menú, el mostrador ahora estaba decorado con pequeños y lindos conejitos.

Toda la cafetería estaría repleta de conejos, algo un poco excéntrico, pero así fue como lo pensaron y a su abuelo no le pareció mala idea tener una cafetería repleta de conejos falsos.

A decir verdad, Minho pensaba que si el karaoke no funcionaba, al menos ya le habían dado un nuevo aire a la cafetería, quién sabe, tal vez eso atraería más clientes.

Minho decidió darse una ducha rápida, mientras sus papás metían todo a la cajuela del auto y se adelantaban junto con Jeongin, ellos ya estaban listos, sus papás llevaban las orejas de conejo y Jeongin llevaba incluso un par de bigotes que le quedaban lindos. Minho se apresuró con su ducha y se vistió lo más rápido que pudo, se puso las orejas y salió corriendo de su casa para llegar a la cafetería, afortunadamente vivían cerca. Llegó y se sorprendió un poco al ver a mucha gente, el local estaba por reventar, habían desde niños y sus papás hasta un par de adolescentes grabando la decoración, bebidas y alimentos, Minho quería ponerse a llorar en ese preciso momento, todo había salido bien.