¿A primera vista? Minsung

Seis

Entre conejos y cantos

Toda su familia sabía que estaban en aprietos, los tres mayores sabían que no debían dejarle una tarea tan grande como lo es salvar de la quiebra a la cafetería familiar al chico de apenas 17 años, lo sabían, pero también sabían el gran apego que le tenía Minho a la cafetería, sabían que el su más grande deseo es que Jeongin pasase tranquilamente sus días en la cafetería, en la comodidad del lugar, con los tan buenos empleados que tenían, con la deliciosa comida que vendían, también estaba el fuerte deseo de comenzar su historia en la cafetería, como sus papás.

Minho era apenas un chico que poco o nada sabía sobre la vida real, pero vaya que estaba preparado para defender con capa y espada el único recuerdo que le quedaría de sus abuelos, aquel lugar que lo vió crecer y en el cual pasó unos muy buenos días y que también estaba viendo crecer al pequeño Jeongin, definitivamente haría lo que sea para que la cafetería no cerrase.

Por ello estaba ahí, era domingo y sus papás tuvieron que regresar al trabajo, Jeongin y él fueron a la cafetería, el día de hoy Minho tenía descanso, un descanso indefinido hasta que buscasen de dónde sacar dinero para poder pagarle a todos los empleados del lugar, porque sí, pese a que le insistió a su abuelo que podía trabar sin recibir paga él se negó, porque pese a que eran familia, Minho también recibía el mismo trato que todos los demás.

La cafetería tenía una nueva vibra, una que a Minho le disgustaba bastante, se sentía solitaria, antes al entrar te recibían al menos tres personas que te dirigían a una mesa o al mostrador para atenderte, ahora solamente habían dos personas, un mesero y una cajera, en cocina solamente estaba el abuelo Lee, los únicos clientes eran Minho, Jeongin y Seungmin, el amigo de Jeongin.

Las mesas estaban vacías y el único ruido era el de ambos críos riendo y gritando, Minho decidió aprovechar que su hermanito estaba entretenido con su amigo para sacar su cuaderno y comenzar a pensar en ideas para aumentar las ventas del local, ¿qué se supone que atraería a la gente lo suficiente como para ir con regularidad?

Minho tomó un cuaderno y comenzó a llenarlo de ideas efímeras, las cuales comenzaba a desvanecer una tras otra, siendo incapaz de apuntar una que sea lo demasiado buena, bonita y barata como para llevarla a cabo. Organizar una competencia de patinaje sobre hielo era emocionante, la cuestión era de dónde sacarían una pista de hielo, una casa del terror sería divertida y apta para mucho público, sin embargo, aún faltaba demasiado hasta Halloween. Entonces, una visita del conejo de Pascua surgió, tentando con su encanto festivo, pero ¿quién entre los empleados estaría dispuesto a ponerse el traje de conejo? Y peor aún ¿cómo lograrían obtener dicho disfraz y qué dinámica seguiría la actividad?

Minho fue sacado terroríficamente de sus pensamientos por unos brazos que le rodearon por encima de sus hombros, era Changbin, el cual sabía de la situación y había llegado para ayudarlo. Minho estaba agradecido con su amigo, sabía que él no tenía por qué ayudarle a salvar una cafetería que no era suya, pero ahí estaba, con un café en mano y un plato con pudín, cuando Changbin terminó el abrazo se sentó a su lado y dejó el pudín delante suyo, no dijo nada, simplemente le sonrió y se limitó a tomar de su café.

- Gracias por venir.

- Es lo que hacen los amigos.

Changbin se tomó un momento para tomar el cuaderno en el que Minho había estado escribiendo sus ideas, él por su parte se tomó unos minutos de descanso y comió el pudín que le había dado su amigo, después de un rato en silencio Changbin tomó el bolígrafo y comenzó a anotar algo en el cuaderno, Minho lo vió con curiosidad.

- ¿Tienes una idea? -. Changbin asintió con la cabeza y Minho se alegró en demasía.

- Mira, tengo dos propuestas, la primera es hacer una noche de películas, la cafetería tiene espacio vacío que podría ser aprovechado para esto, la segunda también es en ese mismo espacio, solamente que sería un karaoke, siento que podemos decorar la cafetería con la temática y ofrecer un premio al ganador o ganadores, el único requisito es que se inscriban con anticipación, pondríamos una lista afuera para que la gente apunte su nombre o incluso en el mostrador, sería genial, incluso si no se inscribe nadie podríamos hacer equipos con los pocos que se inscriban, claro después de que canten en solista o en grupo, lo que sea.