Cuatro

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Detención, amigos, ¿encuentro?

En ese momento quería golpear de nuevo a su amigo, estaban en detención, al parecer a Changbin le parecía una idea maravillosa debatir sobre su nulo conocimiento de investigación para encontrar a un chico sin cara, sin nombre, sin nada, ¡Estaban en detención, se suponía que no podían hablar!

Minho no le dejó de prestar atención a la banal plática de su amigo, simplemente se recostó en el pupitre y observó fijamente el bolígrafo y la hoja de papel que les habían dado para hacer un ensayo sobre por qué deberían reflexionar sobre sus acciones y mejorar como personas, pura mierda si le preguntaban a él.

Comenzó a cuestionarse cómo haría el ensayo, hablaría en voz baja con su amigo sobre los planes caóticos que estaba haciendo y llegaría a tiempo al turno de la cafetería, oh, su abuelo, estaba seguro de que le daría el regaño de su vida cuando llegue tarde y empeoraría si se enterase que todo su retraso se debe a que estuvo en detención. Minho maldijo en voz baja y se tragó la pataleta que quería hacer, estaba exhausto, pensar día y noche en un chico que no podía sacarse de la cabeza lo tenía hastiado, ¡Ni siquiera podía dormir en paz por estar pensando en él!

— Entonces podemos llevarte con un psicólogo para que te haga recordar el nombre del chico, mira que puede ser que lo hayas olvidado porque tienes un trauma por resolver, oh, mejor te llevamos al médico, que tal si son principios de alzheimer —. Minho no pudo evitar voltear a ver feo a su amigo, Changbin se limitó a alzar sus manos.

— Bin, podríamos hablar de esto afuera, después de terminar este absurdo ensayo y en un lugar en el que no debamos susurrar.

— Bien, bien, solo quería ayudar, amargado.

Minho suspiró derrotado y simplemente se dedicó a escribir su ensayo de mil palabras, no estaba reflexionando en absolutamente nada, solamente quería entregarle el papel al profesor y marcharse, tendría que ir corriendo a la cafetería o de lo contrario no lograría llegar a tiempo, oh, y Changbin, tendría que llevarlo consigo o se molestaría si lo dejase plantado en la escuela, ¿sí lo comprase un pastelito dejaría de pensar que lo odiaba? Estaba seguro de que su amigo no llegaría a pensar eso, pero con todo lo que susurran en su escuela, pensaban que Minho era un matón que tenía amenazado a Changbin para que sea su amigo, algunos días se dejaba llevar por los rumores y se cuestionaba si Changbin era su amigo por voluntad propia o por miedo, también se cuestionaba si el otro sabía que lo quería.

— Entonces iré contigo a la cafetería, planearemos tu boda, Jeongin con diez años se llevará el espectáculo porque su hermano mayor parece un oso gruñón y su mejor amigo, osea yo, es más espectacular que el oso gruñón que se casa.

Bueno, ahí tenía la respuesta, probablemente su amigo sí sabía que de alguna manera le tenía aprecio.

— ¡Deja de golpearme, Minho, soy tú próximo y único padrino de bodas!

Minho suspiró nuevamente y siguió en lo suyo, ignorando a su amigo que lloriqueaba porque según él no lo quería, sin embargo no era así. Fue entonces que pasó, los recuerdos de pronto llegaron a su cabeza.

Soltó el bolígrafo que tenía entre sus manos y cerró los ojos, de pronto estaba nuevamente en esa noche, se estabas yendo a casa después de ayudar a aquel chico.

— ¡Mi nombre es Jisung!

Soy Minho, tonto.

Abrió los ojos de golpe, ¡Lo tenía!

— ¡Se llama Jisung! —. Le gritó a su amigo, agradecía enormemente que el profesor encargado de detención estaba dormido como un oso en su escritorio o de lo contrario se hubiera llevado otro día más en ese salón, por su parte, Changbin sonrió en grande y comenzó a celebrar.

¿A primera vista? MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora