𝟑𝟖 | 𝐀𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧

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「 ✿ 𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐕𝐈𝐂𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀 ✿ 」

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「 ✿ 𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐕𝐈𝐂𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀 ✿ 」

𖹭

𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐈 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 𝐋𝐀𝐓𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐌Á𝐒 𝐑Á𝐏𝐈𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐎 𝐍𝐎𝐑𝐌𝐀𝐋, estaba frente a la puerta del departamento sin saber que hacer. ¿Saltar por la ventana? No, obvio no. ¿Usar a tomy y a luna como señuelo? Tampoco. ¿Llamar a juni y putearlo en todos los idiomas posibles por haber abierto la boca y ser chismoso? Si.

Seguramente se le escapo decirle a matias sobre que yo me iba a ir definitivamente del departamento, no solo de este, si no de su vida completamente. Miré hacia todos lados como si hacerlo me ayudara en que matias se fuera.

—¡Victoria!— volvió a golpear la puerta y sabía que en algún momento iba a tener que hacerlo.

Iba a tener que verlo de nuevo, después de algunos meses.

—¿Te vas?— su pregunta por alguna razón me hizo sentir un dolor en el pecho.

Creo que fue por el tono en la que la dijo, un tono en el que lo podía sentir desesperado y asustado con la idea de que esa pregunta fuera cierta.

—Quiero que te vayas, matias...— traté de que mi voz no delatara el como esto me estaba lastimando, —no. Abrime, por favor.

Con los nervios invadiendo cada parte de mi cuerpo, me quedé en mi lugar con la lucha interna en sí abrir o no la puerta. Tenía claro que si la abria y lo veía, no me iba a ayudar para que pudiera irme, verlo me iba a hacer mal.

—Déjame verte antes de que te vayas.

Respiré ondo y con mis manos limpié algunas lágrimas que estaban acumulándose en mis ojos, me acerqué más a la puerta, puse la llave y sin tener otra opción, la abrí.

Ahí estaba el. Matias. Estaba frente a mi después de meses sin poder verlo. Estaba igual que la última vez que lo había visto, excepto que ahora en su mirada podía ver tristeza y miedo, su pecho subia y bajaba demostrando que estaba agitado y tenía su pelo un poco despeinado.

Cuando finalmente la puerta permitió que el pudiera verme completamente, sus ojos se clavaron en los míos y ninguno dijo nada. Los dos estábamos asimilando lo que estaba por pasar.

Cada uno iba a tomar su camino.

—Victoria...— el trago grueso y no sabía que decir, —¿Porqué te vas?

—Porque...— suspiré desanimada tratando de buscar las palabras correctas para explicarlo, —no hablamos hace dos meses y ya se lo que eso significa.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓| 𝐌𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐚𝐥𝐭 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora