EPÍLOGO - JAKE

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Jake estaba sentado encima de su escritorio en la parte delantera de la sala de conferencias, una foto del asesino en serie Ed Kemper mostrada en el retroproyector.

—¿Por qué creen que un asesino en serie como Kemper tendría interés en ayudar a la policía a perfilar asesinos como él?

—¿Ego? —una voz gritó.

—¿Revivir sus crímenes? —otro sugirió.

—Quizá ambos —asintió Jake—. Kemper fue excepcionalmente inteligente. Tenía un coeficiente intelectual alto, hablaba bien y era sorprendentemente consciente de sí mismo para ser un depredador...

Jake se interrumpió cuando la puerta en la parte trasera del auditorio se abrió con un crujido, como si estuvieran en una película de terror, luego se cerró de golpe y Yujin caminó de prisa hacia él, inclinándose para susurrar: —Lo siento, pero Sunghoon dijo que necesitaba darte esto. ahora.

Un escalofrío de miedo atravesó a Jake, pero asintió y miró dentro de la bolsa mientras ella se alejaba. Dentro había un sobre con Umnishka escrito con la letra de Sunghoon.

Metió una mano en el interior, la extrajo con cuidado, luego abrió el sobre y encontró una tarjeta con un corazón burbujeante con un candado. ¿Por qué Sunghoon querría que él viera esto ahora mismo?

Cuando la abrió, una visión de Sunghoon lo golpeó lo suficientemente fuerte como para sacarle el aire de los pulmones -Jake presionado contra pilas de libros, Sunghoon de rodillas, las manos de Jake agarrando su cabello mientras Sunghoon amortiguaba sus gemidos-. Jake cerró la tarjeta de golpe, apartándose con fuerza de su visión antes de avergonzarse frente a la clase, que lo miraba con atención.

Cuando examinó la tarjeta, estaba en blanco por dentro, pero en el reverso decía:

ENCUÉNTRAME.

—¿Eso es del profesor Kim? —uno de los de su primer año -Moka- sonrió.

—¿Es una nota de amor? —preguntó su pequeña compañera morena, Hyorin, formando un corazón con sus manos.

La relación de Sunghoon y Jake seguía siendo la comidilla de la escuela meses después. Afortunadamente, los rumores descabellados de que Jake era un paciente mental que buscaba dinero se habían desvanecido, dejando atrás a un grupo del personal y estudiantes que estaban extrañamente interesados en su relación. No era dulce, sino algo espeluznante.

Taehyun, un corpulento jugador de fútbol que actualmente se encontraba en la tercera fila, gritó: —Nah, hombre. Mira su cara. El profesor K quiere un mediodía. Un poco de amor a la hora del almuerzo. —Le dio un codazo a su amigo—. Los tranquilos son siempre raros.

Jake se rio entre dientes, colocando la tarjeta de nuevo en el sobre y empujándola a un lado.

—No va a dejar a su hombre colgado, ¿verdad? —preguntó Moka.

¿Lo estaba? ¿Sunghoon lo estaba esperando en el tercer piso de la biblioteca? ¿Estaba buscando recrear ese encuentro casual? Jake se movió, agradecido de que su camisa abotonada estuviera por fuera, ocultando su erección en rápido crecimiento.

—En realidad, no está pidiendo un encuentro casual. —dijo Jake. No exactamente—. No es que sea de la incumbencia de ustedes. —Echó un vistazo a su reloj—. Además, todavía nos quedan veinte minutos de clase y tengo otra después de esta.

Su asistente de cátedra, un larguirucho estudiante de posgrado -irónicamente llamado Ed- hizo un gesto con la mano. —Te tengo, profesor S.

Jake miró la tarjeta con nostalgia. —¿Estás seguro?

Bad Omens | Sungjake |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora