Bad Omens | Sungjake |

CAPÍTULO DOCE - SUNGHOON

—¿Quieres que hagamos de niñero de tu novio? ¿El ex agente del FBI?

Sunghoon miró hacia su hermano con el ceño fruncido, pero antes de que pudiera justificar su declaración, Harua soltó: —Nos encantaría.

La expresión del rostro de Jo le dijo a Sunghoon que ese "nosotros" en la declaración, era un concepto subjetivo. No tenía ninguna duda de que Harua quería echarle un vistazo a Jake y ver en él que era lo que tenía que atraía a Sunghoon. Si él hubiese podido enviar solo a Harua, lo habría hecho, pero esa no era una opción real.

Jo nunca dejaría que Harua fuera solo, sin importar cuán capaz era este de cuidar de sí mismo. Era como si Jo estuviera seguro de que Harua se daría a la fuga, si no pasaban juntos cada momento del día. No importaba lo obvio que fuera que Harua solo tenía ojos para Jo.

No se escapó de la atención de Sunghoon que Jake también era capaz de defenderse, pero, a diferencia de Harua, Jake tenía un obvio talón de aquiles. El solo hecho de haber tocado esa nota Post-it lo había paralizado y lo había dejado en agonía. Si algo así hubiese sucedido en presencia de Mingi, este podría haberle hecho cualquier cosa a Jake. Cualquier cosa.

El solo pensamiento hizo hervir la sangre de Sunghoon. Encontrarse con Jake en ese estado, había hecho que Sunghoon se sintiera impotente y enfurecido. Él iba a tomarse su tiempo con Mingi. Quería que sufriera por cada cosa inimaginable, y había pasado el día entero fantaseando con la cara de Mingi retorcida en medio de la agonía. Sunghoon incluso barajeaba hacer una excepción con él y quitarse los auriculares solo para escucharlo gritar.

Lógicamente, Sunghoon entendía que Mingi había conseguido llegar a Jake, solamente porque lo había pillado con la guardia baja. Pero, emocionalmente, Sunghoon se enfurecía al pensar que ese tipo podía intentar venir a por Jake. Jake le pertenecía a Sunghoon. Y a Sunghoon no le importaba hacer un ejemplo de Mingi Poulsen. Le sacaría las entrañas y lo dejaría colgando para que todo el mundo viera lo que pasaba cuando intentaban atacar a alguien que le pertenecía.

Mingi estaba probando a Jake, jugando con él antes de matarlo. No importaba. Mingi no iba a quedarse demasiado en este mundo. Pero, mientras tanto, Sunghoon necesitaba que Jake estuviera a salvo hasta que terminara su asignación de esa noche.

Sunghoon generalmente esperaba con ansias sus muertes. Había estado esperando ansioso por poder librar al mundo de esta amenaza en particular. Se habían pasado meses examinándola, y ahora que lo habían hecho, Seokjin había pedido que se le diera un manejo inmediato, que Sunghoon se hiciera cargo de forma rápida antes de que lastimara a alguien más.

Su padre no era como Sunghoon y sus hermanos. Él era el corazón de su familia. Heeseung decía que él era el corazón sangrante de la familia, el que tenía un interés personal en cada muerte y que de alguna manera necesitaba curarse a sí mismo tras cada asesinato.

Ninguno de ellos sabía qué le había pasado a Seokjin para convertirlo en lo que era, pero todos sabían que tuvo que haber sido algún tipo de... incidente lo que lo había provocado, y llevado a adoptar a un grupo de niños mentalmente inestables para entrenarlos antes de soltarlos sobre la peor parte de la humanidad. Nadie simplemente se despertaba un día y decidía crear su propio escuadrón de Los Vengadores sin haber tenido la mera provocación.

—Te gusta mucho, ¿eh? —preguntó Harua, sacando a Sunghoon de sus pensamientos.

—Es... perfecto. —dijo Sunghoon.

Jo se dejó caer en el sofá, su cuerpo estremeciéndose por la risa. —¿Quién eres tú?

—Supongo que esa es una pregunta retórica.

Jo bufó. —Sí, nadie es perfecto, hermano, ni siquiera Harua.

Sunghoon cortó a su hermano con la mirada, el músculo de la mandíbula le palpitaba. —Es perfecto para mí.