Capítulo 5 - Problemas

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Mis ojos se abrieron de par en par y le lancé una mirada fulminante, ¿acaso había escuchado bien?, él sabía que yo me iba el martes y aún así lo olvidó y encima hizo planes con otra persona. Mi humor cambió de inmediato.

-¿Entonces no planeas ir a despedirme al aeropuerto?, no puedo creer que te importe tan poco como para olvidar el día que me voy de Japón, se nota que me extrañarás- procedí a levantarme de la cama indignado y me dirigí al baño a ducharme.

Sus cejas se curvearon en expresión de enojo -¿Qué quieres qué haga? Perdón por no ser un novio perfecto, parece que todo lo que hago por ti se te olvida en cuanto cometo un error, siempre pesa más lo malo que lo bueno-.

No podía creer que tenía el cinismo de echarme en cara las cosas buenas que ha hecho por mí, no le estoy diciendo que sea una mala pareja ni que nunca hace nada bien, ¿por qué siempre tiene qué hacerse la víctima?.

-¿Y qué es lo tan importante qué tienes que hacer mañana cómo para no ir a despedirme?- pregunté con la esperanza de que realmente fuese algo vital o de que simplemente cancelara sus planes. -Saldré con unos compañeros de selección, iremos de paseo a un Onsen- contestó mientras mantenía su molesta expresión.

Claramente ir a un Onsen con sus compañeros de equipo no era algo de vida o muerte, es mas, él ni tan siquiera se llevaba tan bien con ellos y ahora de repente son su prioridad, además de que antes cuando hacía planes me avisaba con tiempo, ahora me los dice cuando no le queda de otra. De nuevo ese sentimiento de estar en segundo lugar me llenaba por completo.

No quería pelear, solo quería ser comprendido, sin embargo a la vez yo lo entiendo a él, tal vez si hubiese tomado medicación para la ansiedad y la depresión, no hubiese llegado al punto de cansarlo de esta manera y no me estaría dejando de lado. Tal vez si tuviera algo de autoestima y si no me hubiese vuelto dependiente de él...

-Está bien, que disfrutes- dije cerrando la puerta del baño, intentando contener el enojo que crecía dentro de mi pecho, abrí la ducha y entré. Aprovechando el sonido de la misma, empecé a llorar.

Transcurrido el mes y quince días en Alemania había llegado el día de regresar a Japón, durante ese tiempo nos comunicamos como de costumbre, bueno, no puedo negar que noté a Rin más distante, incluso habían días en los que era tarde y no me había escrito un mensaje de buenos días.

Me puso de excusa la diferencia horaria, aunque nunca antes esto había sido un problema, y en realidad tampoco son tantas horas de diferencia. También empezaron a escasear sus mensajes de "Te amo", siempre era yo el primero en decirlo y él sólo se limitaba a contestar con un "Yo también".

Tuve varios ataques de ansiedad durante el tiempo que estuvimos separados, nunca antes había sentido este nivel de apego hacia nadie, siempre fui muy independiente pero ahora era dependiente emocionalmente de Rin.

En cambio él parecía pasársela bien sin mí, durante ese período de tiempo salió con amigos en un par de ocasiones nada más. No sé si me molesta que salga con sus amigos porque los míos están lejos de mí o si es porque algún otro motivo.

Llegué al aeropuerto pero él no podía ir por mí ya que se encontraba en un entrenamiento, sin embargo me dijo que llegara a su apartamento que dejaría la llave ahí y que lo esperara.

-¿Será acaso qué me tiene alguna sorpresa?- dije en voz baja para mí mismo mientras metía la llave en la cerradura y abría la puerta. No, la respuesta era incluso más decepcionante, el apartamento estaba desordenado, ni siquiera se había preocupado de limpiarlo aún sabiendo que yo llegaría después de un largo viaje.

Entiendo que tenemos mucha confianza y que yo no me voy a escandalizar por encontrar su apartamento sucio, pero aún así es un poco desalentador ver que no lo motivo a limpiar, justo como lo hacía antes.

En fin, son las cinco de la tarde, su entrenamiento termina a las seis así que no tendré que esperarlo mucho, "estoy agotado por el vuelo, así que haré un espacio en su cama y me echaré una siesta".

Las horas corrieron y eran ya las siete de la mañana. -Buenos días, no quise despertarte porque sabía que estabas cansado, ven a desayunar, cociné algo- fueron las primeras palabras que escuché incluso antes de abrir los ojos.

Me sentía confuso y adormilado, después de todo el jetlag si me había afectado -Buenos días, no me habría enfadado si me hubieses despertado, quería verte- dije mientras me levantaba de la cama y rascaba mis ojos algo hinchados.

Corrí la silla y me senté en la mesa, pude observar un festín de desayuno. Esto era otra cosa que amaba de él, cocinaba muy bien y me solía hacer diferentes platillos, yo agradecía esto ya que cocinar no es parte de mis atributos.

Se acercó, me besó y se sentó delante de mí -No importa, ya estamos juntos así que da igual, ¿cómo te fue en el vuelo?- antes de que Rin pudiese terminar de hablar mi celular empezó a sonar, ¿quién podría ser a esta hora?.

Tomé mi teléfono y vi que era una videollamada de Nagi. -¿Contesto?, aunque me veo fatal acabo de despertar- consulté al contrario ya que no quería interrumpir el desayuno que había hecho para mí, sin embargo él asintió con su cabeza.

Toqué el botón de aceptar la llamada y entonces conectó -Hola Isagi- dijo el peliblanco saludando desenfadadamente como era habitual en él -Oh... hola- respondí a lo que hubo una tercera intervención -Hola Isagi, perdón por la hora de la llamada, aquí en Londres son las once de la noche, no vimos mejor hora para llamarte, perdona si te despertamos- dijo Reo quien se encontraba junto a Nagi.

-No pasa nada, llegué a Japón ayer así que esta hora es buena para levantarse- contesté peinando un poco mis despeinados cabellos.

-¿Eso quiere decir qué estás junto a Rin?- Preguntó el más alto -Sí, aquí está, íbamos a desayunar- respondí mientras mostraba la evidencia ante la cámara. No había problema ya que él ya se había duchado temprano, así que no estaba en las mismas condiciones que yo.

Rin procedió a saludar con su mano -Hola- contestaron al unísono la pareja que nos videollamaba -Verán, los llamábamos porque queríamos invitarlos a nuestra boda, la haremos en Japón porque allá están nuestros padres y familiares, es dentro de un mes así que creo que aún estarás por allá ¿verdad?, Kunigami, Bachira y Chigiri también estarán en Japón en esas fechas, y otros más, nosotros nos encargamos de eso- dijo Reo con una sonrisa en su rostro.

Mi pecho se llenó de emoción y felicidad, mis amigos, quienes llevaban juntos desde incluso antes de entrar a Blue Lock al fin se iban a casar. Ellos habían seguido jugando en el Manshine City, por lo que no tenían problemas de distancia, como Rin y yo.

-¡Buah chicos, felicidades!, claro que iremos, que suerte estar por acá en esas fechas- respondí feliz -Incluso si no ibas a estar en Japón te hubiéramos traído, entonces te pasaré la invitación digital- me indicó Reo.

-Nos vemos- se despidió Nagi, y la llamada acabó. Primero Kunigami y Chigiri y ahora Reo y Nagi, me hacía muy feliz ver a mis amigos siendo felices.

-¿Quién lo diría no?, ¿Crees qué fue Reo el qué hizo la propuesta o crees qué fue Nagi?... conociéndolos estoy seguro de que fue Reo, ya que a Nagi le daría mucha pereza planear una propuesta- hablaba casi que solo conmigo mismo mientras posaba mi mano bajo mi barbilla cuestionándome diversas cosas.

Rin no se veía muy emocionado, y creo que lo comprendo ya que yo soy más cercano a ellos. Así que sin darle mucha más importancia comenzamos a desayunar.

Entonces, ¿Qué me queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora