Capítulo 7 - Narcisismo

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Mi corazón nunca había latido tan rápido, mi mente se comenzaba a nublar y mi cuerpo a descompensar. -Eso no es verdad- respondió sin más.

Yo no quería escuchar de su boca un "Es cierto, ya no te amo" sin embargo, que me brindara esa respuesta no me tranquilizaba en lo absoluto, y eso es por una simple razón... no le creo. Si él nunca antes me hubiera amado como me amó, si él mismo no hubiera puesto mi estándar del amor tan elevado, si tan sólo él nunca hubiera sido tan perfecto amante como lo fue, yo no me sentiría de esta manera.

Él tomó su celular y vio el largo historial de llamadas entrantes -Oye, ¿no crees qué te pasaste con las llamadas?, si no te contesté las primeras era por algo, mi teléfono estaba en silencio así que tampoco iba a notar las llamadas siguientes.

Inmediatamente me sentí atacado, me daba mucha vergüenza haberle marcado tantas veces, pero es que sentía que en algún momento me contestaría, yo sólo quería saber que él estaba bien. Las ganas de llorar crecieron de nuevo dentro de mí. Odiaba llorar, sentía que terminaría fastidiándolo en algún momento.

-Ya pasó, quédate aquí conmigo hoy- dijo mientras se levantaba de la cama. Me quedé con las ganas de que me abrazara y me pidiera perdón, pero al menos la ansiedad había disminuido considerablemente.

Ya era el gran día, la boda de nuestros excompañeros de Blue Lock, el lugar era increíblemente lujoso como era de esperar. Llegamos al lugar saludamos a los demás y procedimos a tomar asiento para presenciar la ceremonia.

Nagi estaba vestido con un smoking blanco con detalles en plata, su cabello estaba peinado de lado derecho y la mitad de su flequillo caía sobre su rostro, llevaba un chaleco gris claro con un sutil estampado y unas florecillas blancas decoraban su traje.

Por otro lado Reo vestía un smoking exactamente igual al de su novio, con su cabello suelto y unos mechones recogidos de lado izquierdo, también había peinado su flequillo de una forma distinta a la habitual, portaba un chaleco, flores y corbatín púrpuras que complementaban su vestimenta.

Ellos se encontraban frente al altar mientras tomaban sus manos y se miraban a los ojos, declarando sus palabras de amor ante todos los presentes en la ceremonia. Las lágrimas empezaron a correr por las mejillas de Reo, quien se veía inmensamente feliz.

Nagi esbozaba una pequeña sonrisa, el amor se podía sentir en el aire, se evocaba un aura muy agradable. Sin poder percatarme a tiempo una lágrima también corrió por mi mejilla, la limpié antes de que alguien pudiera notarla, así que volteé a ver hacia varias direcciones y vi que Chigiri y Kunigami también estaban un poco conmovidos.

Los novios contestaron a la principal pregunta con un "Sí, acepto", intercambiaron anillos y se besaron. No pude evitar llorar, me generaba muchos sentimientos. Miré a mi lado y Rin estaba con un rostro neutral, no estaba particularmente feliz ni emocionado, aunque en general él siempre era así en público, tampoco estaba esperando que estuviera conmovido en realidad.

La ceremonia había culminado así que era momento de la celebración. Estábamos sentados en la misma mesa que Bachira, Chigiri, Kunigami y Zantetsu, mesa la cual estaba al lado de los novios, ahora esposos.

Por lo que Rin y yo fuimos a dar nuestras felicitaciones. -Estoy muy feliz por ustedes chicos, espero que estén juntos toda la vida- dije mientras sonreía. -Felicidades- dijo el chico de pestañas largas que me acompañaba.

-Gracias- contestó el peliblanco. -¡Gracias! Así será, te aseguro que Nagi es lo mejor que me ha pasado en la vida y no estoy dispuesto a dejarlo ir- respondió Reo de manera cómica -Ahora siguen ustedes- manifestó mientras me daba golpecitos con su codo.

De inmediato me sentí incómodo, antes uno de estos comentarios me habría hecho sentir diferente, pero ahora me causaba incomodidad. Arqueé mis cejas un poco y miré a Rin quién no dio respuesta alguna. -Sí, algún día- contesté intentado no darle mucha importancia.

Pero Reo no es tonto y él notó que su comentario no fue muy acertado así que de inmediato cambió de tema -Por cierto, ¿ya probaron la champaña?, la importamos especialmente para este día, tomen todo lo que quieran- dijo mientras me cerraba uno de sus ojos y sacaba la lengua -Lo siento, tenemos que ir a saludar a los demás invitados, disfruten de la fiesta- y procedieron a retirarse dejándonos solos.

No puedo negar que sentía que nos estábamos quedando atrás, los demás chicos estaban en otra etapa, podía entender que Bachira, por ejemplo, no se sintiera así puesto que él no había tenido ninguna relación estable.

Estaba feliz por mis amigos, pero la incertidumbre me estaba carcomiendo por dentro, por lo que intenté no darle más vueltas al asunto para poder disfrutar de ese día tan especial.

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Algo de tiempo había transcurrido y por mi cabeza empezó a rondar un pensamiento que no había tenido nunca desde que empezamos nuestra relación, y dicho pensamiento era "¿debería terminar con él?", cada que esto se cruzaba por mi mente yo sentía miedo y me engañaba a mí mismo.

Rin y yo desde el principio compartimos muchos gustos y maneras de pensar, ambos somos de la idea de que cuando un pareja termina nunca debe regresar, ya que si no pudieron resolver sus problemas en la relación terminar no solucionará nada tampoco.

Sigo pensando de la misma manera, y ese es el real problema, porque sé que si tomo esta decisión no podré estar con él nunca más. Yo lo amo tanto que no puedo siquiera poner en palabras los sentimientos que tengo dentro de mí, perderlo siempre ha sido un temor por el cual nunca me había tenido que preocupar realmente hasta hace unos meses.

Estaba seguro de que estaríamos juntos toda la vida, éramos tan compatibles y nos la pasábamos tan bien juntos que no había manera de que eso no ocurriera, a menos de que él me dejara de amar o me engañara con alguien más.

De igual manera nos prometimos terminar en caso de que nos gustara otra persona o en caso de que ya no sintiéramos amor. Creíamos en el matrimonio, en el amor y compartíamos otros ideales, y me dolía ver como actualmente parecía no ser así.

Lo entendería si no lo hubiésemos hablado desde el principio, pero el problema está en que sí lo hicimos. Yo estaba de regreso en Alemania, antes de regresar tuvimos una pelea muy estúpida, de hecho las peleas sin sentido se habían vuelto habituales.

Como si a Rin le molestara cualquier cosa que yo hiciera, como si siempre tuviera la razón, era imposible conversar con él, hay que aceptar que a veces se gana y a veces se pierde, no se trata de una batalla de egos, se trata de que somos un "equipo" se supone, y ahora parecemos enemigos.

Le hago una pregunta y se molesta, le propongo algo y se molesta, le expreso mis sentimientos y se molesta, no para de hacerme sentir miserable. Incluso cuando le estoy comentando sobre mis problemas en el trabajo se pone a hacer comparaciones con el suyo, y no se trata de una competencia, podría contarme de sus problemas cuando quiera, pero no me parece justo que los quiera hablar por encima de los míos.

Ya ni siquiera me gusta tocar el tema de Sae porque se molesta muchísimo, y yo solamente quiero ayudarlo, me gustaría que arreglara sus problemas con él, sé que sería mucho más feliz, pero no me deja indagar ni ayudarlo.

En una de las discusiones que tuvimos me dijo que él si charlaba de sus problemas personales con alguien más, yo me sentí insignificante, como si me hubiese sido infiel. ¿Cómo era capaz de abrirse con otra persona, pero no me contaba sus problemas a mí, con quién llevaba años de relación?.

Me indicó que no sentía que yo escuchara sus problemas, que parecía que no me importaban en lo absoluto, cosa que es falsa, incluso por años estuve insistiendo en que conversara conmigo, que yo quería escucharlo, y nunca lo hizo.

A veces me cuestiono si lo sobrecargué con mis problemas tanto que ya no se sentía capaz de apoyarse en mí. No lo sé.

Últimamente solo habla del mucho trabajo que tiene y lo mucho que entrena, claro, esto cuando me habla, porque a veces parece olvidarse de mí. Los ataques de ansiedad son mi pan de cada día, porque esta situación me está agobiando de sobremanera.

No puedo evitar seguirme preguntando qué debería hacer, me duele pensar en ciertas cosas y me duele pensar en otras. Extraño sentirme amado, extraño sentir que me ponen atención y odio todas estas sensaciones que me llenan a diario. Si tan sólo todo fuera como antes...

Entonces, ¿Qué me queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora